El gobierno nacional y el mundo empresario defienden la idea de una reforma laboral sosteniendo que hay cosas que tienen que cambiar para el mercado de trabajo. Sin embargo, hay dos conceptos que parecen no tener posibilidades de convivir: una que lleva a la protección total del trabajador, la otra que lleva a una mayor libertad del empleador para contratar y despedir. Pero, hay una tercera vía de quienes dicen que, el éxito de unos y otros está “encadenado” y que no tiene que ser a través de la permanencia de uno en detrimento del otro.
El abogado laboralista Luis Cecenarro sostuvo que “cuando se habla de una reforma laboral profunda, yo a las posibilidades las veo practicamente nulas. En realidad, de todas estas serie de reformas que se han venido intentando no hay básicamente una reforma estructural de fondo de la Ley de Contrato de Trabajo que nos rige hace años”, explicó.
“Creo que, como en todo, el gobierno nacional vende un discurso público, tiene un discurso oculto y lo que hace no es tan profundo”, advirtió.
En cuanto a este último proyecto de reforma que se está tratando de introducir en el espacio público, dijo que “la temática que se propone o el eje de todo sería tan solo el blanqueo, con lo cual al estar cerca de las elecciones el gobierno está tratando de captar votos, va a tratar de vender este blanqueo como algo que favorece mucho a los trabajadores con la única intención de conseguir votos sin entrar a las reformas profundas que podría haber”, argumentó.
El especialista cuestionó que tengamos “una Ley de Contrato de Trabajo que regula de la misma forma para los grandes empleadores que para una pequeña pyme, y ahi es cuando hablamos del costo laboral. Los empleadores siguen incumpliendo y teniendo trabajo precario y el Estado es el primer pecarizador laboral del país, es el primer incumplidor de las normas”, afirmó.
