Luego de que se confirmara que el gobierno de Tucumán autorizó el aumento de la matrícula de los colegios privados, queda clara la poca sensibilidad social. Luego del amague con subir el precio de las tarifas, el oficialismo local estaba decidido a congraciarse con los dueños de los establecimientos educativos privados, antes que con la sociedad.
Y es que se trata de un gobierno que pareciera ignorar que este año estuvo marcado por el congelamiento de los salarios. Al mismo tiempo, y como si eso no fuera suficiente, las personas debieron enfrentar con el mismo ingreso una inflación que en el mes de octubre fue la más alta de la región, sólo superada por Venezuela. Además, la misma se irá incrementando luego de que se descongelen muchos precios que se mantiene controlados de forma artificial.
Pero también, es el propio gobierno el que contribuyó a que la situación de las personas, se torne por momentos desesperante por su mal manejo de la pandemia mundial de coronavirus. Y es que la implementación de la cuarentena más larga del mundo no sólo no impidió que a diario mueran muchas personas, sino que además hundió a la provincia en una crisis económica como pocas veces se pudo observar en nuestra provincia.
Sin embargo, eso no pareciera importarle al gobierno a la hora de dar luz verde a los “empresarios” del sector educativo, para que establezcan aumentos en la matrícula del 2021 que se ubican por encima del 10. Esto hará inviable que muchos padres puedan seguir enviando a sus hijos a la escuela y acrecentará la brecha que existe entre quienes pueden costear educación privada y quiénes no.
La hipocresía peronista llega a tal punto que termina haciendo lo mismo que le endilgaba al macrismo, es decir, beneficiar a empresarios en detrimento de la gente. Esto se debe a que favorecieron una vez más a los propietarios de los colegios privados, sin importarles la situación económica que viven los tucumanos. El aumento permitido en las matrículas es especialmente sensible debido a que es la llave de ingreso a las escuelas.
Es una suba que apunta a lograr aquello que no pudo conseguir el ERSEPT, es decir, realizar una transferencia de dinero desde la golpeada clase trabajadora hacia los empresarios. Es exactamente lo mismo que sucede cuando los gobiernos capitalino y provincial determinan la suba del transporte público, a lo que apuntan es a que sea la clase trabajadora la que banque a un grupo de empresarios ineficientes. Lo peor de todo, es que es presumible que la cuota de la escuela privada comenzará a incrementarse también a partir del año que viene. No en vano, el congelamiento de las mismas tendrá vigencia apenas hasta el mes que viene, es decir, el último del año. Por lo que es seguro que mandar a los chicos a la escuela en el 2021, se convertirá en un lujo difícil de costear gracias a la carencia de sensibilidad que exhibió el gobierno provincial.