Alberto Fernández viajará esta tarde rumbo a Ushuaia, primera parada para su objetivo de aterrizar mañana en la Antártida. Ya lo había intentado el 25 de mayo pasado, pero la situación climática no lo permitió. Ese volverá a ser el factor determinante, en las primeras horas de mañana, para evaluar si el Hércules en el que se trasladarán Fernández y su comitiva puede aterrizar en suelo antártico. Para Fernández no es un hecho menor: quiere convertirse en el primer mandatario del siglo XXI en pisar ese suelo. De hecho, analiza hablar en cadena nacional. El último presidente que viajó a la Antártida fue Carlos Menem, en 1997.
La fecha elegida para aterrizar en la base Marambio no es accidental: mañana se celebra el Día de la Antártida, para recordar 119 años de presencia ininterrumpida tras la inauguración, en 1904, de la primera estación científica y el observatorio meteorológico en las Islas Orcadas del Sur (Base Orcadas). El mandatario visitará la base Marambio para “reafirmar el carácter bicontinental” del país y destacar el “valor del aporte científico y ambiental”, donde realizará una serie de inauguraciones.
Se espera, aunque no fue confirmado oficialmente, que el Presidente exponga también el reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas en su discurso. La política antártica depende de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, a cargo de Guillermo Carmona, quien será parte de la comitiva oficial. Bajo esa secretaría funcionan la Dirección Nacional del Antártico/Instituto Antártico Argentino (DNA/IAA) y la Dirección Nacional de Política Exterior Antártica.
Sí se se descuenta que, en su exposición, Fernández insistirá en señalar que su gobierno persigue la “utopía” de la igualdad entre el norte y sur del país, una constante en sus presentaciones.
El viaje se da a una semana del reencuentro entre Fernández y Cristina Kirchner. La última vez fue hace seis meses, el día después del atentado que sufrió la vicepresidenta en la puerta de su casa. El Presidente y su vice se volverán a ver en la apertura de la Asamblea Legislativa del 1° de marzo, en el marco de la presión del ala dura del oficialismo para que Fernández se baje de la carrera por la reelección, un reclamo al que el mandatario se resiste.
En la Antártida, el Presidente tiene previsto estar alrededor de tres horas, dependiendo de las condiciones climáticas. Viajará acompañado por dos de sus hombres de mayor confianza: el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, y el canciller Santiago Cafiero. También, por un grupo de ministros cercanos: Daniel Filmus, de Ciencia y Tecnología; Gabriel Katopodis, de Obras Públicas; Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social; Jaime Perczyk, de Educación; Carla Vizzotti, de Salud; Jorge Taiana, de Defensa; y Juan Cabandié, de Medio Ambiente. También cinco diputados, entre los que están Mara Brauer, Aldo Leiva y Marcelo Casaretto, y la portavoz, Gabriela Cerruti.
La comitiva partirá hoy a las 16 rumbo a Ushuaia, donde Fernández se mostrará con el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, con quien cenó en Olivos la semana pasada. El acto está previsto para mañana a las 11, tras lo cual comenzaría el viaje a Antártida, si las condiciones garantizan la “ventana” de tiempo necesaria para aterrizar en la base Marambio, realizar una recorrida y volver.
A su regreso, Fernández tiene previsto quedarse el jueves en Buenos Aires y participar de un acto con la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina. Para el viernes está agendado que viaje a Salta, donde anunciará “la entrega de la vivienda 90.000″, uno de las banderas de su gestión. La semana próxima dirá presente en La Pampa y luego se abocará a concluir su discurso para el 1° de marzo. Algunos funcionarios esperan un discurso de campaña, otros, solo una puesta en valor de la gestión. Fernández ya recibió informes de los distintos ministerios, dialogó con su entorno de confianza y avanza con un borrador en soledad, a la espera de lo que será un reencuentro de alto voltaje político con Cristina Kirchner.