“Para todos los que se preocuparon tanto, la vacuna más comprada por la Argentina es Pfizer”, manifestó el presidente Alberto Fernández en una conferencia de prensa por zoom a un grupo de periodistas durante su última gira por el exterior.
De esta manera, el primer mandatario confirmó días atrás la nueva estrategia de vacunación contra el coronavirus que en la actualidad lleva adelante nuestro país, en una táctica donde se destaca la aplicación de vacunas ARN mensajero (de los laboratorios Pfizer y Moderna) como dosis de refuerzo o tercera dosis, seguida por AstraZeneca y Sputnik V.
“La vacuna más comprada por Argentina es Pfizer. La segunda es Sinopharm. Y la tercera es Sputnik. Hablaron tanto, tanto del tema… quédense tranquilos que Pfizer está encabezando el pelotón”, reiteró el mandatario, según reprodujo Infobae, en una clara contestación a quienes reclamaron por el retraso en la compra de dosis de la vacuna norteamericana durante 2021.
El 9 de febrero, el país alcanzó un total de más de 107,5 millones de vacunas de todos los laboratorios proveedores. Mientras en la primera etapa del plan de vacunación, la mayoría de los cargamentos correspondía a Sinopharm, AstraZeneca y Sputnik, en los últimos meses se hizo una vuelta de timón hacia Pfizer y Moderna. Esto se apoya, fundamentalmente, en los exitosos ensayos de combinación de vacunas que tuvieron lugar en el país y en varios países del mundo en el segundo semestre del año pasado.
Pero, ¿qué es una vacuna de ARNm? Para empezar, cuando un virus ingresa al organismo, el cuerpo tarda semanas en desarrollar anticuerpos y otros mecanismos para combatirlo. Sin embargo, el sistema inmunológico tiene memoria, por lo que si el cuerpo reconoce al virus, puede activar rápidamente las defensas. Eso es lo que hacen las vacunas: le dan al cuerpo la posibilidad de generar defensas a un virus al que todavía no estuvo expuesto.
La forma tradicional de desarrollar vacunas es inyectarle a un paciente el virus inactivado. Al exponerse al virus “muerto”, la persona desarrolla anticuerpos. Sin embargo, este es un proceso largo. En el caso de las vacunas de ARN mensajero, en lugar de introducir un antígeno, se introduce directamente una secuencia de ARN (ácido ribonucleico) con las instrucciones para producirlo y que el cuerpo genere los anticuerpos.