La de ayer fue otra jornada negra para Tucumán en materia de coronavirus. Y es que se volvió a establecer un récord de contagios en tan sólo un día. De esta manera, se volvió a superar la cifra de 100 personas infectadas en tan sólo una jornada, y la preocupación en torno a la posibilidad de que el sistema sanitario local no pueda enfrentar la coyuntura genera preocupación en la sociedad y en los funcionarios públicos.
La nota distintiva de los últimos días pasa por el hecho de que el coronavirus ha empezado a circular de forma comunitaria también en los barrios populares que integran la capital en lo que es el acceso por la zona norte. De hecho, ya se cercó la zona conocida como “El Sifón”, una de las barriadas populares de mayor vulnerabilidad para sus numerosos habitantes. Así también la preocupación comenzó diseminarse tanto como el covid-19.
Y es que la magnitud del problema pasa por la capacidad que pueda tener el sistema sanitario si los habitantes de los barrios populares empiezan a necesitar las camas que están dispuestas en la parte pública. Además, dos factores inciden en un horizonte complicado a la hora de evaluar el desarrollo de la pandemia. Por un lado, se trata de una población que no tiene una alimentación que le asegurase un sistema inmunológico óptimo.
Por otro lado, las condiciones estructurales en las que viven estas familias no permiten implementar de forma adecuada las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio. Esta situación debería hacer reflexionar a la clase política en su conjunto para intentar encontrar una solución a una provincia cuyo estado paupérrimo ha quedado claramente visibilizado por medio de la pandemia mundial de coronavirus.
Como si la amenaza del mortal virus no fuera suficiente para las personas que viven en los barrios populares, sus habitantes deben lidiar también con la crisis económica que se hace más patente en estas zonas. Y es que, además de la recesión que afecta a la ciudadanía tucumana en su conjunto, eliminación de los empleos informales, así como de las changas, impactó de lleno en los ya de por sí, escasos ingresos que percibían.
Mientras tanto, casi no hay comuna o municipio que no haya registrado a esta altura algún caso de coronavirus entre sus habitantes. Al tiempo que hasta la posibilidad de viajar en taxi se ha restringido, debido a que sólo podrán hacerlo 2 pasajeros por cada vehículo. La Justicia, incluso, debió blanquear la vuelta a la fase 1 de la cuarentena, y se manejará, de momento, a través de los canales virtuales para evitar contagios. Pero el gobierno provincial, con Manzur a la cabeza, se niega a sincerarse respecto de la cuarentena de hecho que está atravesando la provincia entera. Por su parte, el titular de la Legislatura, Osvaldo Jaldo, tal vez intenté diferenciarse y posibilite que el Poder Legislativo se les une al Poder Judicial, dejando, de esta manera, sólo al Poder Ejecutivo como el único de los tres poderes de la República que se niega a aceptar, formalmente, la vuelta de la cuarentena estricta.