El acuerdo con el FMI incluye una meta de acumulación de reservas, una de reducción del déficit y un objetivo de disminución del financiamiento monetario al Tesoro. Este último término, que puede sonar muy técnico, no hace referencia a otra cosa que a la emisión de pesos para cubrir gastos del gobierno central.
El encargado de crear dinero es el Banco Central (BCRA), que tiene dos mecanismos para enviar esos pesos al Tesoro: la transferencia de utilidades (es decir, las “ganancias” de la entidad) y los adelantos transitorios (un préstamo).
Según el entendimiento, el organismo que conduce Miguel Pesce no podrá girar al Tesoro un monto mayor a $705.200 millones, equivalentes al 1% del PBI que el programa con el FMI estima para 2022. Se trata de metas nominales, que eventualmente podrían corregirse teniendo en cuenta la aceleración inflacionaria que engrosará el producto.
La meta del primer trimestre se sobrecumplió, ya que solamente se imprimieron $122.000 millones (en enero) de los $236.800 millones autorizados para el período. En lo que va del segundo trimestre, en tanto, el BCRA ya le envió al Tesoro $166.500 millones. Así, suma emisión por $288.500 millones en el año, es decir, cerca del 40% del techo nominal acordado con el FMI.
Según Portfolio Personal Inversiones, hay dos razones por las que en abril y mayo se aceleró el financiamiento proveniente del BCRA:
- El sesgo expansivo de la política fiscal.
- Una renovación de deuda en pesos del 90% en las licitaciones de abril, que no permitió a la Secretaría de Finanzas cubrir los vencimientos ni conseguir financiamiento neto.
Pese a ello, economistas consultados por TN consideraron que la meta del primer semestre ($438.500 millones) se cumplirá.
El segundo semestre se puede complicar
Las dudas son mayores con respecto a los compromisos de la segunda parte del año. “La meta de financiamiento la cumplió en el primer trimestre y sigue cumpliendo en el segundo. El tema es que las necesidades financieras de fin de año se puedan cubrir entre junio y diciembre”, sintetizó Gabriel Caamaño, socio de Consultora Ledesma.
“Aunque hay cierta holguracon la meta acordada con el FMI para junio, de persistir este ritmo en promedio, la meta de 1% del PBI sería sobrepasada teniendo en cuenta que los meses de mayor emisión monetaria usualmente se concentran en el último trimestre del año”, apuntaron desde Delphos Investment.
“Para el segundo semestre los desafíos son múltiples. Por un lado, hay que contener los gastos para cumplir con la meta fiscal. A la vez, la meta financiera requiere mayor financiamiento genuino en el mercado para cumplir con el 1% porque el déficit fiscal autorizado como porcentaje del PBI (2,5%) es más alto que el financiamiento monetario autorizado”, expresó José María Segura, economista jefe de PwC Argentina.
Según calculó la consultora Equilibra, en lo que resta del año el Tesoro debería obtener de $1,1 billones netos en el mercado para lograr sumar $1,7 billones en todo el año (2,2% del PBI), una cifra que sería compatible con el techo previsto de asistencia monetaria.
¿Pueden seguir subiendo las tasas en pesos?
Las licitaciones de abril no fueron una buena señal y el Gobierno se enfrenta a un delicado equilibrio. “Para conseguir ese financiamiento genuino, tiene que tener una tasa de interés real positiva y que los inversores vayan a financiarlo. Sin embargo, los rendimientos siguen siendo bajos en comparación con otros instrumentos que cotizan en el mercado”, afirmó Segura.
¿Podría el Gobierno subir los retornos considerablemente? “Si la tasa de interés en pesos se vuelve demasiado alta, se genera una inconsistencia en la deuda. Cuando la tasa crece por encima de lo que aumenta el PBI, la deuda se hace insostenible en el largo plazo y se termina reestructurando en el futuro”, respondió el economista de PwC.
Con ese escenario, Segura consideró que habrá cepo para rato: “La única forma en que el Tesoro puede conseguir esa financiación, es restringiendo las opciones que tienen los inversores para obtener una renta”. Y agregó que el Gobierno también tendrá que asegurarse de que el PBI efectivamente crezca (por ejemplo, evitando una paralización de las importaciones) para evitar que la deuda -aún sin subir las tasas- se vuelva insostenible.
Vías alternativas para “engañar” a la meta
Por su parte, Caamaño sostuvo que pese a que las necesidades financieras son más altas en el último trimestre del año, la meta de financiamiento monetario se puede cumplir porque la definición de financiamiento monetario que aporta el acuerdo es “muy estrecha” y no tiene en cuenta las vías alternativas que posee el Tesoro.
Una de ellas, indicó, es colocar deuda entre los bancos. Para incentivar esa vía, el BCRA permitió que las entidades financieras compren mayor cantidad de bonos del Tesoro y los usen para cumplir con los requisitos de encajes (esto es, el porcentaje de depósitos que deben dejar inmovilizados en forma preventiva).
Finalmente, Segura sostuvo que otro salvavidas adicional que podría ayudar al Gobierno es un ingreso extra de dólares a través de préstamos de otros organismos multilaterales. Al momento de anunciar el acuerdo con el FMI, el ministro Martín Guzmán aseguró que se destrababa financiamiento positivo equivalente al 0,9% del PBI. Con ese refuerzo, el Tesoro tendría mayor espacio para apuntalar la economía sin recurrir al BCRA.