A pesar del alivio que representó para el equipo económico el hecho de que ayer el dólar blue lograra bajar apenas $1 de su cotización en el mercado informal, no se trata más que de un triunfo pírrico, es decir, que equivale a una derrota. Esto se debe a que el enorme salto de $10 experimentado durante la jornada financiera del pasado viernes, prácticamente no se redujo y, para colmo, no deja ver lo que está ocurriendo en la economía argentina.
Y es que diversos analistas financieros aseguraron que el país se encuentra en medio de una corrida cambiaria. Es decir, Argentina continúa en una situación muy delicada para saber si tendrá nuevamente una crisis cambiaria, una nueva devaluación por delante, o lo que podría ser peor, una megadevaluación que coloque a la Nación a las puertas de una crisis no quedó atrás. Lejos de ello, está más presente que nunca luego del feriado del lunes.
Básicamente, el poder evitar una nueva crisis cambiaria depende de un abordaje que se puede contemplar desde tres variables. La primera, pasa indefectiblemente por las reservas del Banco Central. El error del Gobierno nacional fue elegir la “salida por las malas”, es decir, redoblar las restricciones a la hora de acceder al dólar ahorro como método para intentar frenar la pérdida de reservas. No obstante, ocurrió lo esperable, que se disparara la cotización del dólar blue.
Además, esto generó que se incrementara al doble la brecha cambiaria entre la cotización paralela y el tipo de cambio oficial. El BCRA perdió USD 3.918 millones entre junio y octubre, lo que demuestra que esta situación de sangría constante de divisas se convirtió en algo insostenible. En segundo lugar, se sitúa el grave problema de la brecha cambiaria, que fue una consecuencia obvia de haber restringido al máximo el acceso a los USD 200 mensuales.
Y es que defender un cambio oficial a $77, con una brecha que supera el 100% es algo absolutamente insostenible. Y en tercer lugar, el otro gran problema lo encarnan los depósitos en dólares en el sistema. Esto significa que ante el desfasaje cambiario, se retiraron USD 1.645 millones, lo que equivale al 10% de los depósitos. Esto se debe a que existe una creciente desconfianza y temor entre los ahorristas sobre lo que pueda pasar con sus dólares.
La gente que posee ahorro en dólares teme la posibilidad de que, ante la escasez de divisas que padece el Banco Central, pudiera ocurrir que el Gobierno nacional optara por confiscar los dólares que las personas poseen en los depósitos bancarios. O, de mínima, aplicarles un corralito como ocurrió en el 2001. Por lo tanto, la conclusión es clara al respecto y está relacionada con el horizonte económico muy complicado que le espera al país.
El equipo económico deberá saber que esta coyuntura deberá convertirse en el punto de partida desde donde el país comienza a recuperarse. De lo contario, el peligro es que la situación actual no sea más que la base para otro salto cambiario, otro impulso inflacionario, que empobrezca todavía más a toda la sociedad. Anoche Alberto Fernández dijo que Argentina no devaluará, habrá que esperar cómo toma estas declaraciones el mercado en la jornada financiera de hoy.
