Argentina acompañó este viernes a Estados Unidos en la condena a los graves abusos a los Derechos Humanos cometidos por el régimen Daniel Ortega en Nicaragua. Lo hizo apoyando un duro documento que se trató en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El proyecto que suscribió el Gobierno se titula “Declaración sobre la liberación inmediata de los presos políticos” y remarca la preocupación tras la muerte del histórico ex guerrillero sandinista Hugo Torres, quien estaba detenido por “traición a la patria” en una cárcel donde se los somete a reiteradas torturas físicas y psicológicas.
Sobre la situación en ese país, el documento sentencia: “Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados“.
Y agrega: “Consideramos que la continua detención de presos políticos constituye una grave violación de esos derechos a los que todos los Estados Miembros de la OEA han declarado su adhesión”.
En este sentido, el Gobierno argentino se mantuvo en una disyuntiva hasta último momento: condenar los hechos o abstenerse debido a las pujas internas de una coalición en la que algunos funcionarios son abiertamente partidarios del régimen sandinista y del chavismo.
Sin embargo, una fuente oficial había sugerido a Clarín la posibilidad de que el Argentina tomara una postura crítica dada la existencia de presos políticos.
Finalmente, Argentina fue parte de los 26 países miembros de la OEA que se pronunciaron a favor del documento que condena el régimen de Ortega y exigió la liberación de los presos políticos.
La declaración que acompañó Argentina
Los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que hacemos esta declaración en el Consejo Permanente, sabemos que todas las naciones de nuestro hemisferio defienden con firmeza los derechos humanos de todos nuestros pueblos, en particular los derechos a la vida, la libertad y la seguridad. de la persona, y que nadie debe ser sometido a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Estos derechos están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Nos preocupa profundamente la muerte en Nicaragua el 12 de febrero de Hugo Torres, preso político detenido, desde su arresto en junio pasado, en condiciones infrahumanas, como tantos otros que están presos por sus ideas políticas. Las circunstancias de su arresto y su prematura muerte son una dolorosa injusticia para él y su afligida familia, y una afrenta a los valores a los que se adhieren nuestras naciones.
Recordamos que este Consejo Permanente reconoció, en varias ocasiones a través de sus resoluciones adoptadas desde junio de 2018, las graves y deterioradas condiciones de los derechos humanos en Nicaragua y continuamente ofreció asistencia para ayudar a remediar la situación a pesar de ser rechazado por el Gobierno.
Cuando los miembros de la OEA adoptaron la Carta Democrática Interamericana en 2001, acordaron que la democracia es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de nuestra región y se comprometieron a trabajar juntos para defender la democracia allí donde sus valores y principios fundamentales hayan colapsado.
La situación en Nicaragua es un desafío a estos valores y principios. Nuestra organización, y nosotros los Estados miembros de la OEA, no podemos quedarnos satisfechos con la inacción.
Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados.
Consideramos la continuación de la detención de presos políticos como una grave violación de los valores comunes a los que todos los Estados miembros de la OEA han declarado su adhesión.
Juntos alzamos nuestras voces en solidaridad con el pueblo de Nicaragua, con las víctimas de abusos a los derechos humanos y con sus familiares, al reiterar nuestra firme convicción de que todos los presos políticos en Nicaragua deben ser liberados de inmediato.