Dentro de nueve días el Ministerio de Economía realizará el primer pago al Club de París por poco más de 230 millones de dólares, tal como se acordó en el entendimiento anunciado por Martín Guzmán hace poco menos de un mes. Será el primero de una serie de vencimientos de deuda con organismos internacionales que aparecen en la agenda hasta fin de año y que demandarán una buena porción de las reservas del Banco Central. Mientras tanto, el Gobierno espera para las próximas semanas un desembolso del FMI que descomprima esa presión sobre las arcas públicas.
El acuerdo preliminar que alcanzó el Palacio de Hacienda con el consorcio de naciones acreedoras implicaba un pago desdoblado de 430 millones de dólares. El primero de esos giros de divisas se realizará el próximo miércoles 28 de julio. A través de este entendimiento, el Gobierno evitó que el 30 de julio el Club de París considere que la Argentina cayó en default por no pagar los USD 2.400 millones que quedaban pendientes.
El sentido de ese consenso con el grupo de países fue que el Ministerio de Economía consiga una ventana de tiempo hasta marzo de 2022 para poder concretar un acuerdo financiero con el Fondo Monetario Internacional que reemplace al Stand-By firmado en 2018 durante el gobierno de Mauricio Macri. Sin ese paso previo, admiten en el Poder Ejecutivo, no hay manera de reestructurar ese saldo pendiente con el Club de París.
El pago que realizará el miércoles de la semana próxima el Tesoro nacional no implicará un desafío para las reservas del Banco Central ya que se trata de un monto menor, pero será solo el primer vencimiento de organismos internacionales que aparece en el horizonte hasta fin de año: en el camino aparecen además dos escalas de devolución del préstamo del FMI en septiembre y diciembre que serán más onerosos.
Deuda: el panorama hasta fin de año
Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) analizó la letra chica del entendimiento anunciado por Guzmán a fines de junio y explicó que “se establecen dos pagos parciales, por un monto total equivalente al de otros compromisos bilaterales con terceros estados en el período julio 2021 – marzo 2022: aproximadamente USD 231 millones a pagar el 28 de julio de 2021 y USD 199 millones en febrero de 2022″.
De esta manera, el Gobierno intentó darle a la deuda con el Club de París el mismo tratamiento que tendrá la deuda con otros bilaterales -como por ejemplo, con China, con quien la Argentina no tiene en marcha ninguna negociación de reestructuración de pagos-, algo que había surgido como una de las condiciones que reclamó el consorcio de países para aceptar diferir el plazo de pagos y evitar la declaración de default soberano.
La deuda con el Club de París implica 40 préstamos con agencias oficiales de 16 países, denominados en ocho monedas diferentes, recopiló la OPC. Los pagos acumulados entre 2014 y 2019 totalizaron aproximadamente USD 7.987 millones (USD 6.694 millones de capital, USD 846 millones de intereses básicos y USD 447 millones de intereses compensatorios), mientras que el saldo remanente asciende actualmente a USD 2.437 millones, incluyendo el saldo de capital a mayo de 2019 y los intereses capitalizados en 2020 y 2021.
“De haberse pagado el capital objetivo desde el inicio del esquema en 2014, se habría terminado de pagar la deuda en 2019, y se estima que los servicios pagados habrían totalizado aproximadamente USD 9.283 millones”, estimó el informe del centro de estudios que depende del Congreso nacional.
El pago del miércoles próximo incluirá organismo y agencias de crédito de Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Israel, Italia, Japón, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza. Los principales acreedores son Alemania y Japón. En el primer caso, el 28 de julio el Gobierno pagará poco más de 80 millones de dólares a la compañía de seguros de crédito Euler Hermes y otros 2,2 millones al Banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania.
En tanto que a Japón se abonarán 37,7 millones al Banco Japonés de Cooperación Internacional, otros 1,9 millones a la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional y 12,8 millones de dólares a Seguro de Exportación e Inversión.
Otros acreedores como Estados Unidos recibirán 14,5 millones de dólares hacia el Export-Import Bank, y 1,2 millones para la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo. Respecto a España, la Compañía Española de Seguros de Credito a la Exportación recibirá 9,4 millones de dólares, el Instituto de Crédito Oficial de España otros 4,7 millones y el Gobierno español 2,2 millones más. Los Países Bajos serán acreedores de 18,3 millones de dólares hacia Atradius, la agencia de crédito a la exportación oficial del gobierno.
Tras esa primera etapa en el calendario de vencimientos de deuda, lo más complejo sobrevendrá entre septiembre y diciembre, cuando comiencen a caer las primeras fechas clave de la devolución del crédito del Fondo Monetario. De acuerdo a la información provista por el organismo, el 22 de septiembre y el 22 de diciembre la Argentina debería repagar casi USD 1.884 millones en cada ocasión, lo que da como total 3.767 millones en ese lapso de tres meses.
Pero la cuenta con el FMI no se limita a eso. Además, en los primeros días de agosto y los primeros de noviembre el país deberá desebolsar, en cada fecha, 350 millones más por intereses de los derechos especiales de giro (DEG), la moneda del Fondo Monetario. De esa forma, entre agosto y fines de dicimbre el Gobierno debería girar al organismo USD 4.467 millones.
La cuenta “calza” casi con precisión exacta con la cantidad de divisas que recibirá el Tesoro nacional -se prevé- a fines de agosto por parte del FMI. Serían poco más de USD 4.300 millones que le corresponden a la Argentina por el 0,7% de participación accionaria que tiene en el directorio del organismo. La recapitalización que hará el Fondo de sus países miembro será en total de USD 650.000 millones.
De esta manera, sumando la exigencia de reservas del Club de París y la del FMI, habría una demanda de divisas a la autoridad monetaria de casi USD 4.700 millones. La dimensión de estos montos implica una presión sobre el Banco Central, que durante la primera parte del año logró acumular reservas por la liquidación del complejo agroexportador y que, se espera, comenzarán a ser usadas durante esta segunda mitad del 2021 para contener el tipo de cambio y evitar tensiones con el dólar antes de las elecciones.
Además de las propias necesidades del sector público para cumplir con sus compromisos de deuda, habría desde el sector privado una “presión dolarizadora”, como la bautizó la consultora Equilibra. En números, se trataría de una demanda de USD 3.400 millones en los próximos meses, lo que representaría nada menos que un 83% de los USD 4.083 millones de reservas netas que acumuló el Banco Central hasta fines de junio.