La desesperación por repuntar la pálida imagen de una administración deficiente por donde se la mire, ha llevado a Germán Alfaro a convertirse en una caricatura de sí mismo. Y es que optó de manera desembozada en copiar directamente a Osvaldo Jaldo, en lo que hace al pago de un bono extraordinario para los estatales.
En ese marco, ayer lunes, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán confirmó que los empleados cobrarán un bono adicional de $10.000 en febrero próximo. La medida, según informó el secretario de Ingresos municipales, Claudio Viña, fue dispuesta por el intendente Germán Alfaro.
Para colmo del cinismo, se atrevió a decir que el intendente lo hizo con el objetivo atenuar el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores como consecuencia de la inflación. Es decir, la misma razón esgrimida por el propio gobernador interino un par de horas antes del anuncio de Claudio Viña.
El pago de este nuevo adicional se anunció tras el desembolso, en tres partes, de un bono de $40.000 que los trabajadores del municipio cobraron con los sueldos de octubre ($15.000), de noviembre ($15.000) y de diciembre ($10.000). No es casualidad que este anuncio realizado desde el municipio capitalino, coincide con el realizado por el Gobierno de la Provincia.
Y es que la administración provincial fue la primera que confirmó el pago extraordinario de $10.000 para los trabajadores. En ese sentido, Jaldo indicó en una rueda de prensa que “el Gobierno de la Provincia asignará para el mes de febrero $10.000 para cada uno de los empleados públicos, que se cobrará durante ese mismo mes”.
Asimismo, añadió que “este esfuerzo que hacemos, desde el punto de vista financiero y presupuestario, le costará a la Provincia casi $1.200 millones el mes que viene”. Mientras tanto, Germán Alfaro sólo atina a esforzarse por intentar tapar el sol con las manos y apela a lo más bajo como es la acción de copiar a otro dirigente para “salvar la ropa” de su pobre gestión.