Queda claro que desde el sector de Horacio Rodríguez Larreta se está apostando desde el comienzo a un perdedor como Germán Alfaro. Un intendente que, para colmo, se vio envuelto en cuanta polémica tuvo lugar en San Miguel de Tucumán en el último tiempo, pero nada comparable con el hecho de haber sido el padre de la derrota más estrepitosa que se recuerde en lo que hace a Juntos por el Cambio en esta provincia.
Y no se trata de eufemismos porque, en verdad, la realidad es que Horacio Rodríguez Larreta eligió al perdedor de German Alfaro para su lista. Se trata de algo verdaderamente insólito, a raíz de que el jefe de Gobierno porteño vuelve a apostar por el único candidato de Juntos por el Cambio que perdió en Tucumán, es decir, el intendente capitalino. De esta manera, Larreta se coloca un ancla difícil de levantar.
Pero el asunto es que el PRO Tucumán, alineado al perdedor de Germán Alfaro, también se encuentra en problemas debido a que se encaminaría a una nueva y escandalosa derrota en Tucumán. En ese marco, cabe recordar que, a principios de este año, el partido Propuesta Republicana (PRO) de Tucumán atravesaba un escenario de incertidumbre puertas adentro, a dos meses de los comicios provinciales.
Sucede que las autoridades de este aliado clave dentro de Juntos por el Cambio (JxC) finalizaban su mandato en febrero. Anticipando esta situación, y para evitar una superposición con la votación del 14 de mayo, (luego postergadas para el mes de junio), el Consejo Provincial y la Asamblea Partidaria resolvieron en noviembre de 2022, por mayoría, aprobar una prórroga por un año de la actual conducción.
Sin embargo, la semilla de la discordia germinó cuando un aspecto a tener en cuenta fue que los referentes locales habían quedado divididos en medio de la interna entre Germán Alfaro, líder del PJS, y el presidente de la UCR, Roberto Sánchez. Por entonces, el PRO decantó erróneamente por el intendente capitalino. Las versiones y los espantosos resultados electorales quedaron a la vista.
Sin embargo, desde el PRO local decidieron volver a tropezar con la misma piedra y hasta con el mismo pie. Y es que, en su momento, en la sede de 9 de Julio y Lavalle esbozaron alguna sonrisa ante la definición de los nombres para la intervención del PRO, dado que Pablo Walter dio su apoyo público a Alfaro como candidato a gobernador por JxC. Un vínculo que lastimosamente sigue intacto a pesar del fracaso del gobernante de la ciudad.
Pero como, además, el intendente goza de un estrecho vínculo con el larretismo, en el PRO local quedaron presos de un salvavidas de plomo. Y es que sus dirigentes, agarrados como garrapata al perro, se suman al peronista traidor del PRO nacional, algo que parecieran no querer recordar a pesar de que ese ruin acto tuvo lugar hace menos de un lustro cuando el matrimonio capitalino decidió traicionarlos.
Al día de hoy, todavía resulta inconcebible que, de parte de las autoridades nacionales, le dieran el visto bueno a quien ha dado sobradas muestras que fue toda su vida un kirchnerista disfrazado, cuando no vendido al mejor postor. Lejos de manifestar algún tipo de disidencia de parte del PRO Tucumán, sus dirigentes decidieron acompañar a Germán Alfaro en la lista de diputados en la boleta que encabeza Horacio Rodríguez Larreta.
Y es que, al momento de brindar su apoyo desde el PRO nacional, evidentemente sufrieron de una amnesia selectiva que, oh casualidad, parece haberles borrado la memoria acerca de quién es Germán Alfaro. Si para muestra basta un botón, sólo basta recordar que en la época en la que se debía debatir en torno a la polémica Ley 125, el accionar del intendente capitalino fue mucho más que lamentable al haber votado a favor.
¿Acaso todo lo anterior no cuenta para siquiera colocar en la balanza la posibilidad de evaluar la inconveniencia de apoyar a Germán Alfaro, el gran perdedor y máximo responsable del fracaso electoral de Juntos por el Cambio?
Y es que el nefasto y oportunista cálculo de Germán Alfaro y Beatriz Ávila, pasa por el hecho de que creen que, por estar nuevamente en Juntos por el Cambio, harán olvidar que están vinculado al poder desde 1995 por medio del peronismo. Y es que en ese año fue concejal electo por el PJ, por lo que trata de hacerles creer a la sociedad que él y su esposa son la renovación, cuando formaron parte toda su trayectoria del Partido Justicialista que ahora desconocen.
Pero Alfaro es todo lo contrario y no hace más que “jugar” a la mancha venenosa con otros para hundirlo junto con él mismo, tal es el caso de su propia esposa. Y también se llevará puesto a Larreta, quien ni siquiera podrá imponerse en su interna con Patricia Bullrich por culpa del intendente de San Miguel de Tucumán que no es más que un ancla que hunde todo lo que toca en el fondo del mar.
Y es que a un electorado independiente como el de la capital tucumana no le gusta el nepotismo y los tránsfugas. Y Alfaro y Ávila lograron juntar esos dos cables para electrocutarse, ya que Alfaro era un peronista que se sumó en la gestión de Alperovich y luego mudó a Juntos por el Cambio, mientras que Ávila es su esposa, que había asumido como diputada en JxC y a fines de 2019 se fue del bloque, cuando Macri salió a cuestionarla y la acusó de traición.
En definitiva, cabe preguntarse entonces una vez más por qué desde el PRO nacional y provincial apoyan a Germán Alfaro, cuando no se trata más que de un kirchnerista devenido a PRO por una cuestión de estricta conveniencia. ¿Acaso la amnesia selectiva pudo más en la dirigencia política de la oposición, tanto aquí como en Buenos Aires? En ese sentido, deberían tomar nota desde Juntos por el Cambio acerca de que la gente no come vidrio.
Y que, por el contrario, conoce a la perfección al camaleónico intendente de San Miguel de Tucumán. ¿El electorado tendrá la misma memoria selectiva que la dirigencia de la oposición en las urnas? La única verdad es la realidad y la misma dejó mucho más que claro en las elecciones provinciales de junio que definitivamente, le dio la espalda a Germán Alfaro. ¿Cuánto más los dirigentes del PRO esperarán para hacer lo mismo antes de que sea demasiado tarde?
