En un sector del Gobierno, la interpretación sobre el informe de la AFIP lanzó sospechas. No es que 250 mil hayan presentado una declaración de bienes personales, dicen, sino que refleja quiénes son dueños de un bien, lo cual -si es uno- no es impedimento para recibir un plan Potenciar Trabajo. De hecho, afirman que, de ese total, unos 150 mil figuran por ser propietarios de una moto.
Otros por tener una vivienda. En ninguno de los dos casos, es irregular el otorgamiento del plan. Sin embargo, en el oficialismo no pueden justificar algunos movimientos de grupos determinados de dirigentes sociales. Los 2000 planes que se dieron de baja no sólo refieren a personas que accedieron a un promedio de 15 dólares para, por ejemplo, comprar online una app para el celular.
Si no que fueron detectadas personas que concretamente ingresaron al mercado de cambio para operar un volumen de varios cientos de miles de dólares. Si se trata de acceso al mercado de capitales, es responsabilidad del Banco Central. ¿No sería lógico entonces que el BCRA detalle quiénes compraron dólares billete y a la vez reciben –o manejan- planes sociales? De seguro, el escándalo sería mucho mayor.
Esto puso nerviosos a algunos miembros de organizaciones sociales de estrechos vínculos con el Movimiento Evita, ante la posibilidad que se investigue si estuvieron comprando dólares con dinero destinado a los planes. Basta un antecedente. En julio pasado, una serie de allanamientos dispuestos por la justicia en el Conurbano bonaerense y en la Ciudad, hallaron 50 mil dólares y más de 7 millones de pesos.
Los cuales se encontraron en domicilios y galpones de punteros de la Corriente Clasistas y Combativa. Eso habla por sí solo de la discrecionalidad y desparpajo con el que algunas agrupaciones sociales manejan dinero del Estado. Por otra parte, diez días atrás, uno de los asistentes al cumpleaños de Albistur en City Bell fue Máximo Kirchner. Esto echaría por tierra alguna ofensiva del cristinismo contra Tolosa.
Más bien, parecería apuntar a una estrategia para poder negociar en otros términos con Pérsico y compañía. Así tendría respuesta lo que en principio llamó la atención; el acercamiento en las últimas semanas de Cristina con Pérsico, a quien recibió en su despacho del Senado. La excusa del encuentro fue la necesidad de la vicepresidenta de alinear a todos, y limar diferencias con el Evita en pos de la unidad y ante unas elecciones 2023 que se presentan oscuras.
Pero uno de los motivos esgrimidos por un dirigente kirchnerista bonaerense es que el alineamiento de Pérsico con Cristina se debe a que si avanza la investigación judicial podría estar en problemas. Y en un recorte de planes el mayor perjudicado sería el Evita. El último viernes, Alberto Fernández sentó a todas las partes: Tolosa Paz, Pérsico y el gringo Castro de la UTEP. Allí el mandatario respaldó a la funcionaria y no se acordó nada, porque será la justicia la que decida.
Aunque después Juan Grabois, sobre quien Pérsico dijo que quiere ser candidato a presidente, salió a vender que se había parado el ajuste de los planes. Llama la atención la embestida de Grabois contra Alberto Fernández y Tolosa Paz. El problema para los piqueteros es más complejo porque está judicializado. Hay quienes no creen casual la tenaz ofensiva del fiscal Guillermo Marijuán.
Quien acaba de denunciar a Pérsico y a Tolosa Paz por malversación de fondos basándose sólo en el informe estadístico de la AFIP. El problema de Pérsico reside en que el encabeza la autoridad de aplicación y si se liquida algún plan Potenciar Trabaja que es irregular, deberá dar explicaciones ante la Justicia. ¿Por qué la Justicia no ordena una pericia que detalle quién recibe cada plan, si cumple con los requisitos, y cuánto reciben las cooperativas por “asistir” a los beneficiarios de los planes?
El gobierno de Cristina Kirchner dejó en 2015 unos 270 mil planes sociales; el de Mauricio Macri en 2019, 500 mil; y el de Alberto Fernández y Cristina lo triplicó y hoy orillan los 1.400.000. Está claro quiénes son los verdaderos perjudicados porque no es lo mismo un plan que un trabajo en blanco con aportes previsionales y obra social. Ahora, ¿Quiénes se benefician con el aumento exponencial de los planes?