En los campamentos de campaña de Juntos por el Cambio en la provincia y la ciudad de Buenos Aires minimizan el eventual efecto negativo en las urnas del regreso al centro de la escena política del expresidente Mauricio Macri, a raíz de su indagatoria en la causa por el presunto espionaje a familiares de tripulantes del submarino ARA San Juan.
En las filas de Pro consideran que el exmandatario es víctima de una “persecución” judicial del kirchnerismo. Y sospechan que el Gobierno busca subir al ring a Macri en el tramo final de la campaña para las legislativas del próximo domingo con el objetivo de consolidar el voto duro del Frente de Todos. Es más, esperan que el juez federal de Dolores, Martín Bava, quien autorizó a Macri a viajar a Arabia Saudita desde el 15 hasta el 25 de noviembre, dicte el procesamiento del exjefe del Estado antes de los comicios. “Lo quieren procesar por cuestiones políticas. Ya lo esperábamos y no nos sorprende”, apunta una de las principales espadas de Juntos por el Cambio.
Estrategas de Diego Santilli, quien lidera la boleta de Juntos en Buenos Aires, y de María Eugenia Vidal, la postulante del oficialismo porteño, relativizan el impacto electoral del resurgimiento de la figura de Macri y su periplo judicial en Dolores. Argumentan que la profunda crisis económica, el creciente malestar social y la mala valoración de la gestión del gobierno de Alberto Fernández neutralizan cualquier eventual coletazo que pueda sufrir la coalición opositora en el segmento de indecisos o de “voto blando”. “La población está en otra. Quiere que los chicos estén en la escuela, que haya seguridad y laburo”, apunta uno de los referentes opositores que hace campaña en el conurbano. “La gente está votando 100% contra el Gobierno. No importa que esté Macri o no, siento que el Gobierno puede perder por paliza”, completa un alfil de la UCR tras un raid por el interior.
Por ahora, en Juntos por el Cambio no ven alteraciones en las encuestas de intención de voto en la provincia y la Capital respecto del escenario de las PASO. La foto del 12 de septiembre se mantiene casi idéntica.
En el sector de las “palomas”, quienes buscan correr con sigilo a Macri a un segundo plano con miras a 2023, no ocultan su incomodidad por la agresión del expresidente a un periodista de C5N, cuando ingresaba al juzgado en Dolores. El expresidente le manoteó el micrófono a Nicolás Munafó, que le hacía una consulta, y lo tiró al suelo. La imagen se viralizó y volvió a poner a Macri en el centro del escenario electoral. Luego pidió disculpas, aunque más tarde dijo que le habían lanzado encima el micrófono.
“Cuando las cosas están mal, están mal, y está bien que haya pedido disculpas, porque es lo que correspondía”, expresó Vidal en diálogo con Radio La Red. Larreta también se refirió al tema: “Se disculpó por lo del micrófono, ¿por qué no creerle?”, soltó el alcalde porteño. Sin embargo, los armadores de Pro y de la UCR consideran que el episodio no tendrá consecuencias en las urnas. “Comparado a las cosas que están ocurriendo, como la crisis o la liberación de José López, es un tema menor”, apunta un referente radical.
En cambio, Macri generó incomodidad en el oficialismo porteño cuando confesó que le gustaría que el liberal Javier Milei, rival de Vidal en la Capital, se incorpore a Juntos por el Cambio en 2023. “Las ideas de Milei son las que siempre expresé yo”, aseguró en una entrevista con LN+. Un guiño al economista, mientras Vidal puja por retener los votos de López Murphy y evitar un fuga del núcleo duro de Pro. “Esa declaración cayó peor que el eventual procesamiento”, cuenta una fuente porteña. También generó ruido el aval público de Larreta a un impuesto a la vivienda ociosa.
El “efecto Macri”
Si bien había tenido protagonismo en la campaña para las PASO, sobre todo en el sprint final, el fundador de Pro recuperó la centralidad en el espacio a días de los comicios de medio término. No solo por la decisión del macrismo duro de movilizarse a Dolores la semana pasada para respaldar al expresidente, sino por la necesidad de Macri de levantar su perfil mediático para defenderse. “El kirchnerismo está tratando de utilizar políticamente el caso para sacar un provecho electoral, pero no va a tener impacto”, apuntan desde el larretismo.
Otro armador de Pro descarta que la centralidad de Macri por su situación judicial le genere “complicaciones” a la campaña de Juntos por el Cambio: argumenta que la citación del expresidente en plena campaña dejó “expuesta” el presunto intento del kirchnerismo de sacar un provecho político del caso. “Es de manual de campaña. Que ocurra en medio de la campaña hace el procesamiento se vea como una conspiración política para perjudicar a Macri”, indica una fuente porteña.
Esa percepción en el electorado, entienden en Pro, se profundizó con la fallida primera indagatoria a Macri. En la mesa de campaña de Juntos repiten que la irrupción del expresidente en la escena pública, quien se mostrará con Santilli en Miramar y Tandil tras visitar candidatos en Entre Ríos y Chubut, no genera un cambio de estrategia y podría tener un efecto “búmeran” para el oficialismo. Consideran que la indagatoria a Macri es “una jugada política del kirchnerismo” para contener al votante propio y evitar fugas, por la mala situación económica.
Si el Frente de Todos mejora su performance en el territorio bonaerense en las generales, aventura, será por la batería de medidas que lanzó la Casa Rosada después de la derrota electoral que sufrió en las primarias o el “aparato” de los intendentes del peronismo. “La estrategia del Gobierno es procesar a Macri para consolidar el voto duro. Pero eso en algún punto puede ser funcional [a Juntos por el Cambio] porque la situación económica es dramática, sumado a los efectos de la cuarentena. Y vemos que la caída del Gobierno se profundizó después de las PASO”, apuntan desde el campamento de campaña de Juntos.
La incógnita para Juntos por el Cambio
Más que especular sobre el efecto Macri, en Juntos sobrevuela la incógnita de si un aumento de la participación electoral respecto de las PASO en Buenos Aires podría inclinar el resultado. Comparado a las legislativas de 2017, la concurrencia en la provincia cayó más de 9 puntos. Según las estimaciones del larretismo, Santilli puede pescar en esa fuente de votos. Históricamente, argumentan, Juntos por el Cambio suma entre 300 y 350 mil nuevos sufragios entre las primarias y la general en la provincia. “Estamos haciendo un trabajo y un esfuerzo para que los electores que pensamos que nos pueden votar a nosotros y no fueron a hacerlo en las PASO, vayan y lo hagan. Pero es una incógnita qué va a pasar”, señala uno de los estrategas de Juntos.
En la mesa de campaña del conglomerado opositor reconocen que es “probable” que una buena cantidad de votantes que no concurrieron a las primarias hayan optado por el oficialismo en 2019. Pero advierten: “La pregunta es: ¿no fueron por una cuestión de apatía por la pandemia o proceso electoral y/o por un descontento por la situación social? Si están profundamente descontentos con el Gobierno, puede ser que respalden a otra fuerza o votar en blanco. No hay una relación de causalidad entre ir a votar y apoyar al oficialismo”.
En la Capital, donde la concurrencia fue del 70%, una cifra más alta del promedio nacional, también especulan con que un eventual aumento de la participación en el distrito beneficie las chances de Vidal de sumar nuevas adhesiones, sobre todo en la zona norte de la Ciudad.