Según trascendió en las últimas horas, el presidente Alberto Fernández anunciaría en los días siguientes un plan federal con el fin de lograr reactivar la economía. Se trataría de un paquete de “incentivos” a la producción, y estaría destinado a las seis regiones que componen el país, es decir, AMBA, Centro, NOA, NEA, Cuyo y Patagonia. El propio mandatario nacional habló de “una serie de medidas que reactiven y pongan en marcha otra vez la economía”.
Se apuntará a potenciar las fortalezas de cada zona en el marco de “un plan general y un plan específico”. Para implementarlo, dijo, “va a ser necesario hablarlo con los gobernadores de cada región”. En esa línea, sostuvo que la idea consta de “un conjunto de medidas”, se calcula unas 60 hasta el momento, que están cimentadas en una serie de “incentivos” para la producción. Pero eso no sería todo, ya que la reactivación implicaría la participación de otros actores.
En ese escenario señaló que “buena parte del plan es obra pública y construcción de viviendas”, ya que “son formidables movilizadores de la economía”. Pero, además, Alberto Fernández destacó que no este sector no precisa la importación de “insumos”. “Las medidas van a marcar cuál es nuestro norte. Algunos van a decir que está todo nublado, que no es fácil caminar, eso es la pandemia”, comentó poniendo al coronavirus como excusa sin mencionar a la cuarentena.
“Pero lo que no queremos es discutir hacia dónde vamos, porque tratan de instalar que no sabemos qué hacer y nosotros lo sabemos perfectamente. El problema es que está lleno de neblina”, indicó sin brindar mayores precisiones al respecto. Por otra parte, habrá que esperar al impacto que tendrá en la economía argentina el desenlace, favorable o no, de las negociaciones sobre la deuda externa con los acreedores privados.
El jefe de estado afirmó que el objetivo de su administración pasa por el hecho de que “la Argentina resuelva su problema”. Aseguró que el gobierno “actuó de buena fe”, al punto de seguir los “criterios financieros internacionales”. En ese sentido, comentó que “hemos hecho una propuesta auditada por el Fondo Monetario. Los hemos escuchado. Y nos hemos extendido hasta este límite. Esta es la última oferta que hace la Argentina, no va a haber otra”.
¿Será cierto eso? ¿Estará consciente el Presidente que, en caso de no arreglar con los bonistas privados del exterior el default será una realidad irremediable para el sector productivo? En ese marco, Alberto Fernández señaló que “la oferta de ellos fue no pagar nada durante cuatro años y después pagar lo que la Argentina no iba a poder pagar, pero no tengo ningún interés en dejarle el problema a otro”. Más allá de esto, se vale de una estrategia arriesgada.
Cuando Alberto Fernández dice que “sería interesante que el mundo se ordene financieramente”, en realidad, espera que el sector financiero deje de ser especulativo. Al decir que “hay alrededor de 40 países que están en condiciones de defaultear”, apunta a que ese mal compartido por muchas naciones termine fortaleciendo la posición argentina de que ceder lo menos posible en la negociación, sin que eso implique caer en cesación de pagos