El 14 de noviembre perderá vigencia el decreto 566 que el Ejecutivo publicó en plena corrida post PASO y con el que congeló por 90 días el precio de los combustibles y del petróleo crudo para el mercado interno. Ese día, el Gobierno los liberará nuevamente a las reglas del mercado y, según adelantaron altas fuentes de la Secretaría de Energía a BAE Negocios, no habrá medidas complementarias para que la salida del congelamiento sea gradual. Así, el valor de las naftas y los gasoil se dispararían en los surtidores alrededor de 15%, la brecha que los funcionarios consideran que existe hoy entre el precio interno y el internacional.
Lo que sí analizan las autoridades de la secretaría que encabeza Gustavo Lopetegui es la posibilidad de otorgar un aumento parcial antes de que venza el decreto, tal como hizo en septiembre, cuando en medio de una escalada en el precio global del petróleo producto de un atentado a dos refinerías saudíes, concedió un alza del 4%. Sin embargo, aún no se tomó ninguna determinación. Tampoco las empresas del sector consultadas por este diario habían recibido confirmación oficial.
Por lo pronto, lo resuelto es que el día 91 los precios se liberarán. “No hay margen para otras medidas”, coincidieron las fuentes. Así, el barril de crudo se ajustará a la paridad de importación, que hoy es 15% mayor, de acuerdo a los cálculos del Gobierno. Ese margen se explica en 4 puntos por la diferencia entre el barril de crudo fijado por el decreto en US$59 y el petróleo Brent, que ayer cerró a US$61,29, y en 11 puntos por el impacto de la devaluación al tener un tipo de cambio congelado. Para las petroleras, la brecha es algo mayor al 20%.
Además de ese diferencial, resta conocerse qué ocurrirá con el otro componente de los precios finales, el impuesto a los combustibles líquidos, que se actualiza trimestralmente en base al IPC pero que el Gobierno no aplicó desde mediados de año a raíz de la campaña electoral.
De concretarse la suba del 15%, el litro de nafta súper en la CABA pasará de los actuales $45,49 a $52,31. Un incremento que impactaría con fuerza en la inflación de noviembre y diciembre, que ya de por sí será elevada producto del salto del dólar.
Lo que en el entorno de Alberto Fernández llaman “la herencia energética” forma parte de las conversaciones de transición. Sin embargo, respecto de la salida del congelamiento no intercederán en las decisiones del Gobierno saliente. “Es un problema que generaron ellos y lo tienen que resolver”, aseguró un cercano colaborador del presidente electo en diálogo con este diario. “Nosotros nos opusimos al decreto porque implicó parar toda la producción en Vaca Muerta, que tiene costos dolarizados y esto atrasó mucho la rentabilidad, y perjudicó el balance de YPF. Un salto del precio no es lo deseable, pero mantener el congelamiento tiene costos muy altos”, explicó.
Otro integrante del equipo técnico del Frente de Todos señaló que, en adelante, el futuro Gobierno se sentará con todos los actores de la cadena del sector para acordar modificaciones en la política hidrocarburífera para “buscar un punto de equilibrio entre los intereses en juego, garantizando rentabilidad pero sin tener combustibles dolarizados porque eso destruye cualquier proyecto de recuperación económica como el que proponemos”.
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