Judith Gutiérrez será Profesora de Educación Física: le quedan tres materias. Anoche estaba estudiando en su habitación cuando el resaltador que pasaba por un fragmento del apunte se detuvo. El grito de una mujer al frente de su casa suspendió el tiempo por dos segundos y lo que vio fue terrible, confuso, horrible, violento, feo, grave y cada vez más preocupante: “Media hora antes de la publicación (23.30), yo estaba en mi habitación, escuchamos gritos al frente de casa entre Lavalle y Gorriti. Es una zona en la cual se escuchan robos, pero no lo que pasó anoche”.
“Frente a la empresa Aconquija, paró una camioneta negra sin caja. Cuando yo escuché el grito de la mujer, ya la vi tirada en el piso. No sé qué había pasado antes. Sí alcancé a ver que era una camioneta negra sin caja, que la chica estaba en el piso, gritó, y desde adentro de la camioneta un tipo, sin bajarse, la metió y aceleró por Lavalle. Traté de visualizar la patente, pero no pude. Fueron dos segundos. No es que estuve tres minutos viendo cómo arrastraban a una chica. Aceleró y se fue”, relata.
Durante ese par de segundos, algunos datos en concreto y otros que no llegó a distinguir: “Se trata de una chica delgada y cabello largo. No sé si tenía el cabello negro o castaño oscuro. Tampoco sé la marca de la camioneta, solo que no tenía caja atrás. Fue un momento muy feo y es la primera vez que me pasa ver algo así. Si me pasara a mí, si alguien me viera, me gustaría que hicieran lo mismo. Por eso lo publiqué”.
La aclaración de Judith llega a raíz de la increíble repercusión de la publicación que, si bien ha tenido comentarios positivos por un lado, también ha tenido críticos por el otro, palabras cargadas de odio que hasta han llegado a cuestionar (atentos) la veracidad de la publicación y, lo más increíble de todo (lean bien) que se trataba de una publicación orquestada con intereses políticos.
“Dudé antes de publicar lo vivido. No fue muy larga la historia, la idea era no ser indiferente ante lo sucedido, es decir, que ocupe dos minutos de mi vida y que siga como si no hubiese pasado nada. Sea una situación de violencia de género o de secuestro. La idea fue ayudar. Ante las repercusiones que incluyeron mensajes privados, sí pensé en borrarlo, pero ahí está la publicación: no la borré”.
De vuelta a lo importante, Judith llamó al 911 apenas vio a la camioneta negra sin caja acelerar en el medio de la noche vacía y fugarse por calle Lavalle al 3400. “Tuve que llamar dos veces al 911. Me atendieron bien. Me pidieron la dirección donde ocurrió todo. Me dijeron que iban a mandar una patrulla, llegó a los 15 minutos, y les comenté lo que vi”.
“Después me volvieron a llamar de la comisaría por si había recordado algo más, pero no hubo mucho más que recordar. Me preguntaron si creía que era una pelea de parejas o un posible secuestro. Ni afirmo ni niego ninguna de las dos versiones porque, insisto, no vi qué pasó antes. Pero el grito de la chica no parecía el de una mujer que estaba discutiendo con su pareja”, dice la joven, quien quedará atenta por si surgen novedades en las próximas horas.
O al menos eso es lo que se espera: una investigación en curso, la búsqueda de imágenes a través de las cámaras ciudadanas, denuncia de desaparición de personas. En fin: que lo que vio Judith no sean dos minutos más en la vida de una estudiante y que la vida siga como si nada hubiera pasado, ni dos minutos más en la vida de alguien ni el último minuto con vida de una mujer en una esquina de Tucumán.