El abandono que existe en las calles de la ciudad de San Miguel de Tucumán, da cuenta del abandono y falta de mantenimiento de las arterias de la capital. Sin embargo, pareciera ser que al intendente Germán Alfaro poco y nada le importa el estado en el que se encuentran, ya que el nivel de deterioro llega a tal punto, que es obvio que llevan mucho tiempo en ese lamentable estado.
En ese sentido, la posibilidad de que ocurra un accidente está latente en cada tramo de calles destruidas. Sólo basta realizar un mínimo recorrido para relevar el estado de abandono de la gestión del intendente capitalino, en lo que hace a las calles. Si para muestra basta un botón, alcanza con contemplar el estado en el que se encuentra la intersección de calles Monteagudo y Perú o Rivadavia al 1.200, como así también en el cruce de avenida Juan B. Justo y México.
Están en casi todas las esquinas, en cualquier barrio y, en muchos casos, desde hace años. No son decenas, ni cientos. Son miles. Y Alfaro y su desidia son el combo perfecto para esta realidad.
Se registran cráteres en el medio del pavimento como es el caso de avenida América y Ecuador. Las imágenes son el mejor y más crudo testimonio del abandono sufrido por la administración del intendente Germán Alfaro.
Cabe recordar que durante los cuatro primeros años al frente de San Miguel de Tucumán, el intendente contó con una ayuda extra, que muchas ciudades no tuvieron a su favor, como fue el hecho de tener a Mauricio Macri brindándole ayuda financiera. Y es que durante el transcurso de los cuatro años del gobierno del ex presidente, el municipio que conduce Alfaro recibió cientos de millones de pesos porque era oficialismo durante la gestión macrista.
Mientras tanto, las calles se han convertido en un campo minado o una hilera de sucesivas trampas mortales para los automovilistas, al punto de que se acumulan las denuncias y reclamos de parte de vecinos que regularmente sufren la rotura de sus vehículos a causa del estado de las calles. Esto demuestra que el abandono que existe de parte del intendente Alfaro, no sólo daña la propiedad privada, sino que podría ocasionar una desgracia en caso de accidentes mayores.