Es la primera vez en dos años del gobierno del Frente de Todos que el fiel de la balanza de la disputa política interna no aparece con indiscutida claridad inclinada en favor de Cristina Fernández. ¿Podría decirse, entonces, que Alberto Fernández ha pasado a prevalecer en la pulseada del poder? En realidad, la aparente afirmación del Presidente y sus hombres se estaría constatando antes por un repliegue táctico del kirchnerismo que por una avanzada propia.
Siempre la interpretación política habilita las dos caras de una moneda. La renuncia de Ricardo Feletti fortalece, objetivamente, al ministro de Economía, Martín Guzmán. Ese fortalecimiento provino de un apartamiento voluntario del ex Secretario de Comercio. Un gesto que consultó, antes de hacerlo, en el Instituto Patria. No debió irse ni corrido por Alberto, ni corrido por Guzmán. De hecho, elevó su dimisión a la Casa Rosada.
Sorteando el escalón de dependencia política que representa la cartera de Economía. A tal punto llegó en aquella área el retroceso kirchnerista, que el diputado Máximo Kirchner también sugirió la salida de la subsecretaria de la Defensa del Consumidor, Liliana Schwindt. El terreno quedó despejado para el nuevo secretario, Guillermo Hang, del directorio del Banco Central, amigo de Guzmán de los tiempos de la Universidad de La Plata.
La movida implica que la vicepresidenta descree del camino que ha tomado el ministro de Economía para enfrentar una inflación que no termina de aflojar. De allí las concesiones que acaba de hacer. Tampoco estarían sumidos en la resignación. Dejarán pasar junio y julio. Si agosto no ofrece buenas novedades sobre el alza de los precios, volverán a la carga. Habría que estar preparados para una crisis interna de otra dimensión.
Alberto Fernández, que parece comprender el sentido de la maniobra kirchnerista, hizo un esfuerzo por no mostrarse ganador. Al aparecer junto a Martín Guzmán, en un acto en el cual se anunciaron incentivos para la explotación de hidrocarburos, se ocupó de elogiar la solidaridad de Roberto Feletti. “Trabajó codo a codo con nosotros”, dijo. Le tocó una circunstancia especial, justificó.
Dicha circunstancia es la misma que el ex secretario de Comercio expuso en el texto de su renuncia. La influencia que ejerce sobre los precios de los alimentos la guerra en Ucrania. Ya no sirve para el relato oficial la herencia de Mauricio Macri. Tampoco el drama de la pandemia. Ahora es la situación mundial que se confabula contra la Argentina. Contra el kirchnerismo. El argumento parece deshacerse antes de convertirse en relato.
Es verdad que el conflicto en Ucrania aceleró la inflación en el planeta. No hay antecedentes que la inflación se dispare como en la Argentina o Venezuela. Dejemos las naciones involucradas en la guerra o Turquía, también con precios elevados mucho antes de la conflagración. Chile y Uruguay, acechados por los aumentos, prevén una inflación anual que orillará el 10%. En la Argentina se calcula en torno al 60%. Pequeña diferencia.