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Hay una bomba en tu homebanking

OPINIÓN. Columnista invitado (*) | Los créditos preaprobados son el nuevo objetivo de los ciberdelincuentes La cuarentena generó un ambiente de improvisación que está costando caro a los clientes bancarios.

Ciberdelito y coronavirus, una combinación letal (Imagen Adobe Stock)
Descacharreo

OPINIÓN: Por Julio López

Rosa

Era domingo y Rosa hizo mate, abrió la laptop y se dirigió al home banking para pagar las expensas y transferir dinero a la señora que la ayuda. Los CBUs de los destinatarios ya estaban creados. Hizo dos giros: uno de $5 mil y otro de $15mil. Algo contenta por la simpleza de la tecnología, cerró la laptop y cebó otro mate.

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Sonó el telefono: “la llamamos del banco, recién realizó dos transferencias y queremos saber si fue usted la que las hizo” se escuchó.

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– Sí, fui yo.

– Un segundo, lo estoy dejando asentado. Mi nombre es Miguel y esto va a tomar unos minutos más. Soy del equipo de Maria Soledad (exactamente la ejecutiva de cuenta que tiene asignada Rosa), ya casi estoy terminando. Señora Rosa, le van a llegar 3 SMS, digame los códigos por favor así concluimos.

Rosa miró la pantalla de su móvil y efectivamente los vio llegar, le reveló los códigos y el operador le agradeció gentilmente su tiempo. Rosa perdió 160 mil pesos que tenía en su cuenta y 800 dólares que eran sus únicos ahorros. Además, le gestionaron un crédito a “solo click” de 800 mil pesos y pidieron un adelanto de sueldo para el mes que viene.

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Todo fue a través de esos tres SMS que llegaron mientras el falso operador le pedía que se los dijera.

Qué pasó

Sin duda, hubo información de adentro: nadie explica cómo supieron que se hicieron las transferencias ni cómo se obtuvo el número telefónico de la víctima. Muchos caminos apuntan a los call center que se mudaron a las casas de los operadores y ya no hay cámaras que monitoreen si el operador toma nota de algún dato que después es externalizado con fines delictivos.

Ciberdelito y coronavirus, una combinación letal (Imagen Adobe Stock)
Ciberdelito y coronavirus, una combinación letal (Imagen Adobe Stock)

El “credito preaprobado” es una bomba de tiempo en este contexto. Con un solo click y sin ninguna intervención extra, el banco en 24 horas o menos dispone de hasta 1 millón de pesos para las cuentas sueldo. En el caso de los estatales, es peor, ya que incluso se pueden pedir adelantos de sueldo. Este es el caso de Rosa.

El “crédito pre aprobado” en un home banking es como que la casa de electrodomésticos donde compraste la heladera te deje un televisor cubierto con una manta en tu casa y te diga “este TV te lo dejo acá sin cargo, pero si le sacás la manta y lo encendés, pasás a pagar la cuota y es tuyo”.

Y… total está acá, no estorba y lo aceptamos. Pero claro, negligentemente baldeo la puerta de mi casa a las 3 AM y un caco entra, me roba todo lo que tengo y hasta el TV que estaba ahí esperando. Ahora, la casa de electrodomésticos dice que lo tengo que pagar.

¿Por qué tengo que pagar por un crédito a un clic que no pedí tener? ¿Por qué es tan importante que ese crédito esté disponible tan rápido? ¿Por qué el BCRA no les pide a los bancos que lo desactive o no impone al banco la condición de que reverifique el crédito preaprobado con algún método extra?

Una cosa es que yo sea descuidado con las credenciales de mi banco y me roben lo que tengo, pero otra es hacerse cargo del disparo de un crédito “preaprobado”. Es un riesgo que uno no pide tener siendo que hay maneras de verificar la identidad.

El “credito preaprobado” es una bomba de tiempo en este contexto

De Yapa

Las redes sociales y la falta de experiencia de las entidades fueron la tormenta perfecta. La tontera de atender a la gente por cualquier método electrónico hizo que ahora que los call centers no da a basto, la gente busque en Facebook el banco o la entidad con la que necesita comunicarse sin saber distinguir si la página es real o ficticia.

Esto pasó con el caso del IFE: varias páginas falsas del ANSES o de determinados bancos indicaban cortésmente los pasos para liberar dudas pero apropiándose de las credenciales del cliente. Esto provocó que en algunos casos, cuando la gente iba a cobrar su IFE, el dinero ya había sido retirado por otra persona.

¿Qué deberíamos hacer?

– Las autoridades bancarias deben urgentemente limitar los créditos preaprobados y convertirlos en créditos preaprobados con necesidad de doble verificación por parte del banco.

– ANSES y las entidades deben urgentemente difundir que las únicas medidas de comunicación son telefónicas y dar a conocer los números porque hay gente que no sabe diferenciar páginas de Facebook reales de las que no lo son.

– Si te activaron un crédito en tu cuenta y lo transfieren junto con el dinero que tenias, hacé rápidamente la denuncia policial y buscá un abogado.

– Si todavía no te pasó nada, activá todos los controles que tu homebanking te dé, desde doble factor de autenticación hasta alertas de transferencias y saldos bajos.

(*) Julio López es periodista especializado en Tecnología.

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