En Gobierno nacional está cada vez más nervioso a causa de la escalada en los precios de los alimentos de las últimas semanas. En ese marco, busca acelerar acuerdos con el sector privado para frenar la tendencia y, como no podía ser de otra manera, el kirchnerismo no sabe negociar ni acordar nada sin que media una amenaza, el Poder Ejecutivo ya advirtió que tiene sobre la mesa la posibilidad de subir las retenciones a las exportaciones.
Si bien es cierto que la excusa pasa por evitar que la suba de los precios internacionales de las commodities impacte en las góndolas, la realidad es que se trata de una nueva coacción al campo. Cabe recordar que la aceleración de precios, especialmente entre los alimentos frescos, preocupa sobre todo por el hecho de que están fuera del alcance de otros esquemas vigentes como Precios Cuidados.
Según la mirada oficialista, el aumento de los precios de los commodities, está relacionado con la dinámica que impuso la pandemia debido a que aumentó la demanda de alimentos a nivel mundial y eso presionó sobre la inflación a nivel global y en los valores internacionales de esos bienes. A lo que aspira el Gobierno es que esto se convierta en una oportunidad pero que no se transforme en un shock regresivo.
Mientras tanto, el oficialismo hace malabares para tratar de controlar la formación de precios internos apoyándose en distintas medidas. Por un lado, amplió Precios Cuidados, que pasó de 400 a más de 600 productos. Por otro, extenderá el otro esquema que implementó al inicio de la pandemia, Precios Máximos. Pero todas estas medidas no son más que pan para hoy y hambre para mañana porque no han funcionado a largo plazo.
De todos modos, el Gobierno nacional insiste y sentó en distintas mesas de negociación a actores de la cadena de valor de los alimentos para conseguir acuerdos particulares. El más anunciado fue el de la carne. Al mismo tiempo, firmó un acuerdo con la cámara aceitera para llevar adelante un mecanismo que contenga subas de precios de aceites. Eso no es todo, la semana pasada empresarios panaderos pasaron por la Secretaría de Comercio.
Habían asegurado que el pan podría subir en los próximos días entre un 10% y 15% como consecuencia del aumento del precio de la harina, las grasas y la margarina, entre otros insumos. A todo esto, las consultoras midieron en las últimas semanas una aceleración de precios de alimentos que alertó al Gobierno nacional, debido a que manejan la información acerca de que estos niveles de precios dejan un arrastre para el resto de enero de 4,9%.
En este marco, el Gobierno acerca de que los acuerdos siguen siendo su primera opción, pero no la única. Pero debido a que no quieren que el impacto que tiene en toda la cadena productiva implique que eso se traslade a inflación en otros rubros de la canasta, la amenaza de una suba de las retenciones está latente. Cabe preguntarse entonces si no está a la vuelta de la esquina un nuevo round en la pelea del kirchnerismo contra el campo.