Existieron dos mojones que establecieron límites férreos a la autoridad del Presidente en su gestión de gobierno y el manejo político en el Frente de Todos, la coalición oficial. El primero y más importante fue aquella renuncia inconsulta de Eduardo De Pedro, luego de la derrota en las PASO, que obligó a Alberto Fernández a realizar un cambio de gabinete que no estimaba conveniente.
No se fue ningún funcionario cercano a Cristina Kirchner ni a La Cámpora. Incluso el ministro del Interior permanece hoy en su sillón. El otro episodio fue una grave mentira presidencial. Mantenida oculta casi un año: la celebración del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, en Olivos. Realizada de modo clandestino mientras la Argentina atravesaba el trance más severo de la cuarentena (julio del 2020) a raíz de la pandemia que pervive.
El panorama permite comprender las dificultades internas que debió atravesar el Presidente para abordar un conflicto en el Gobierno que, en otras circunstancias, pudo saldarse fácilmente. Fue el desafío que planteó la titular del PAMI, Luana Volnovich, de La Cámpora, cuando decidió pasar sus vacaciones en una isla mexicana. Junto a su pareja y también autoridad de la entidad, Martín Rodríguez.
Alberto Fernández había pedido con énfasis a sus funcionarios que no salieran del país. Volnovich no fue la única. Jorge Ferraresi, el ministro de Vivienda, optó por descansar en Cuba. Claudio Moroni, de Trabajo, en Uruguay. Ninguno de ellos, a diferencia de la titular de PAMI, se expuso a la mirada pública. Quizás Luana no lo hizo provocativamente: fue filmada, sin embargo, en la barra de un bar isleño conversando atentamente con su pareja, Rodríguez.
Situación que, dado lo avanzado del siglo XXI, debió haber tenido en cuenta. Hubo algo que agravó aquel desenfado. Volnovich y Martínez son la conducción del PAMI. Directora y Subdirector. En el mismo momento de sus paseos por México, la Secretaría Administrativa de la entidad también quedó vacante por vacaciones. Un vacío temporario pero muy inoportuno. Fueron los días del calor agobiante que impacta siempre sobre las personas de mayor edad.
También días en los cuales se afianzó la inflación elevada (50,9% en 2021) y siguió creciendo el valor del dólar blue. Las magras jubilaciones y pensiones sufrieron otra pérdida. Los hombres más cercanos al Presidente, sólo un puñado, entendieron la necesidad de un gesto firme de su parte. Después de ocho días de iniciado el escándalo prevalece la indefinición. El Presidente carecería de alguna dosis de autonomía política para proceder.
Volnovich es intocable. Muy cercana a Cristina Kirchner y al titular de La Cámpora, Máximo Kirchner. Vale recordar algo para comprender de qué se trata: Luana acompañó a De Pedro con aquella renuncia después de la derrota en las PASO. Nunca se le pasó por la cabeza a Alberto Fernández aceptársela. La historia se repite. El Presidente indagó la posibilidad de una señal a la sociedad apartando a Rodríguez.
Conjeturó la chance de un traslado a otro organismo del Estado. Para no dejarlo sin conchabo ni salario. Hasta este martes a la noche tampoco parecía lograrlo. En los pliegues de todas las conversaciones está el diputado Máximo. No desea ninguna baja entre sus filas. El caso de Volnovich y su pareja se asemeja a otro sapo que estaría forzado a tragar la fragilidad de Alberto. Tampoco parece sería el único infortunio condenado a padecer.