Una investigación de la periodista Mariana Romero, junto al periodista José Inesta, abre enormes dudas sobre la actuación de la justicia en la investigación del crimen de Pablo Mariotti.
La cronista hizo una extensa y detallada publicación en Twitter:
Si les gustan las series de detectives, esta historia les va a volar la cabeza. Es la de una fiscalía tucumana que teniendo nombre, apellido, domicilio y pruebas contra un sospechoso de homicidio le dio 15 días para fugarse.
Es la tristísima historia de la muerte de Pablo Mariotti
Pablo desaparece, probablemente, el jueves 6 de febrero. Ese día, desde su celular comienzan a llevarges a los amigos mensajes escritos por Whatsapp.
Un detalle: Pablo era casi ciego. Veía casi nada, por eso, no escribía. Mandaba audios. Miren en esta foto los lentes que usaba.
El viernes 7, se incendia la casa de Pablo, en LAMADRID al 1.300. Entonces, su celular se apaga para siempre.
El sábado, sus amigos se desesperan porque, tras el incendio, Pablo no aparece. A eso se suman los mensajes escritos que Pablo no podría haber mandado: alguien tenía su celular y se había estado haciendo pasar por él. Se hace la denuncia y comienza la búsqueda en las redes.
El domingo 4 es el día D. Es el día con que cualquier fiscal podría soñar: que venga alguien, dé nombres, apellidos,direcciones y aporte pruebas sobre lo que ocurrió.
Es el día en que aparece un nombre que no debemos olvidar: LUCAS GORDILLO.
Lo impactante quién es ese testigo…
Hoy lo podemos decir, recién hoy. El testigo clave es la propia hermana de Lucas Gordillo. Va primero a la Policía y declara. Dos días más tarde, se presenta a declarar ante la Fiscalía.
No les dije antes pero la Fiscalía es la de Delitos Complejos a cargo de Mariana Rivadeneira.
La hermana de Lucas no solo cuenta todo lo que sabe, también aporta una prueba fundamental. Un celular.
Era un teléfono en el que habían quedado mensajes de Whatsapp que su hermano se mandó con otras personas, sus presuntos cómplices. Eran audios, estaba la voz de Lucas.
Esto es lo que Lucas decía en esos audios:
Además, la testigo aporta datos importantísimos sobre las horas en las que Pablo desaparece. Dice que el jueves, ella vio a su hermano Lucas en la moto de Pablo (que era nueva y no prestaba nunca). Le llamó la atención y le preguntó, pero él dijo que se la había prestado.
Dice que, el día del incendio, ella se entera por Lucas. Él le cuenta que había estado tomando y se le acabó la bebida. Cuando fue a comprar, pasó por la casa de Pablo que se estaba incendiando. Y que no se paró a ayudar porque tenía miedo de que le echen la culpa.
Un dato extraño: Lucas estaba tomando más o menos en 9 de Julio al 1.500. Lo lógico sería que, si se le acaba la bebida, compré por ahí nomás. No que haga semejante distancia para ir a comprar.
El domingo 9, Lucas desaparece. Se va con su teléfono, pero se deja otro, que usaba para trabajar. Ese es el teléfono que encuentra se hermana,donde están los audios comprometedores. Ese mismo día, la hermana lleva el teléfono a la Policía, que lo manda de inmediato a la Fiscalía.
A esta altura de la historia, cualquiera que esté leyendo pensará que la fiscal pensó “ya está, pido la detención de Lucas, lo indago a ver qué tiene para decir”.
Spoiler alert: NO.
Es la Justicia tucumana, no sé qué esperaban.
La fiscalía se tomó varios días… 4 en total
Según se reconstruye por lo que cuentan los amigos, Pablo y Lucas se conocían desde hace mucho. Una de las casas de Pablo, en el pasaje Zuviria, queda a la par de la de Lucas. pic.twitter.com/W6HSu5caWG
— ๓คгเคภค г๏๓єг๏ (@MarianaR31) February 21, 2020
Pero el tiempo pasaba y Lucas ni le recuperaba la propiedad ni le devolvía la plata. Pablo se puso inquieto. Según cuentan amigos, Lucas le dijo que había prestado la plata y se la iba a devolver con intereses. Pero pasaba el tiempo y nada.
Los amigos de Pablo le reprochaban ese vínculo que tenía con Lucas y le decían que deje de juntarse con él. Lucas tenía una “pyme” de seguridad privada: les cobraba a los vecinos por seguridad y ponía unos rondines a dar vueltas por el barrio.
A algunos allegados a Pablo les llamó la atención que, en los últimos días, él andaba sin plata. Era raro porque él no tenía problemas económicos. Suponen que la relación con Lucas se debe haber tensado porque él le debía mucha plata (¿$ 200.000?).
Bueno ¿volvemos a la historia de la Fiscalía y su investigación al mejor estilo tucumano? Volvemos. Estamos en el día martes 11 de febrero. La hermana de Lucas está en la fiscalía, se acaba de presentar de manera espontánea. Pide declarar.
La atienden y le explican que nuestra legislación impide que una persona declare contra se familiar directo. Su testimonio sería nulo. Ella, entonces, lleva a una persona ceracana y la hace declarar todo lo que ella sabía. De algún modo, la fiscal tenía q saber sobre el homicidio.
Esta tercera persona declara todo. Da los nombres, apellidos y direcciones de Lucas y sus posibles cómplices. Son, al menos, 3. A uno de ellos se le encarga el pozo y se le reclama que apure, porque “esto” ya estaba despidiendo olor.
Cuando esta persona termina de declarar, se presentan dos amigos de Pablo a aportar casi la misma información. Les dicen que esperen, los tienen dando vueltas (se cruzan en el pasillo con la hermana de Lucas sin saber que era ella). Finalmente, les toman declaración.
Al día siguiente, los amigos de Pablo van hasta la casa incendiada y se ponen a buscar cámaras de seguridad cercanas. Hablan con los dueños y se enteran de que a nadie de la fiscalía se le había ocurrido hacer lo mismo. Vuelven a la fiscalía. Entregan la lista… de las cámaras, los domicilios y los nombres y apellidos de los dueños.
Ese día, aparece abandonada la moto de Pablo en el ex Arsenal. Estamos en el día 7 y la fiscalía todavía no ordenó ninguna medida.
Se hace un ratrillaje para ver si Pablo aparece en el predio donde se encontró la moto.
Recién el día 10 se realizan las primeras medidas: allanamientos e inspecciones oculares a las casas de los sospechosos.
ATENCION A ESTE DATO: Encuentran el pozo que mando a hacer Lucas
El dato de la hermana era real. El pozo existía y se había cavado en la casa de Pablo del pasaje Zuviria, al lado de la casa de Lucas.
Pero como THIS IS TUCUMAN no se le ocurre a la fiscalía pasar luminol por la casa ni recoger muestras para buscar ADN ni huellas digitales
Hagamos un salto en el tiempo, pasemos al día 15. Ayer. Todo este tiempo, los amigos de Pablo vinieron reclamando que por qué no se libraba orden de detención o se cita a declarar a Lucas, que a esta altura ya debería haberse fugado fuera de la provincia.
La fiscalía, al parecer, seguía considerando que los datos eran débiles o que provenían de una familiar directa. Y que el teléfono que tenía las pruebas quizás había Sido manipulado. Así a ojo, nomás, porque de pericias ni hablemos.
Llegamos al día 15. Ayer. Se realiza otro allanamiento, se secuestran más celulares y pen drive. Nada de valor.
Hasta que la fiscalía tiene otro golpe de suerte: se presenta uno de los sospechosos y se quiebra.
Yamil cuenta todo. Que Pablo fue asesinado y que el cuerpo está en el jardín de una casa de Olleros al 100. El Equipo Científico del Ministerio Público llega al lugar, excava y comprueba que es verdad. El cuerpo de Pablo estaba allí. En avanzado estado de descomposición.
Además, se encontraron su pasaporte, documentación a su nombre y títulos de propiedad. Una caja grande y un paquete lleno de sus cosas.
La tristeza en ese lugar era infinita. Durante dos semanas, los amigos de Pablo y su único familiar, su primo Eneas, habían movido cielo y tierra para investigar, para reclamar que Lucas se estaba fugando. Fue una noche larguísima y lluviosa y sin consuelo.
Esta mañana, recién esta mañana mientras los amigos de Pablo reconocían su cuerpo en la morgue y se daban cuenta que el estado del cuerpo no iba a permitir un velorio, recién esta mañana la fiscalía emitió las órdenes de detención.
Esta tarde, hace pocas horas, se presentó a declarar la novia del prófugo Lucas. Todavía no sabemos lo que dijo. No publicamos su foto porque, hasta donde se sabe, no es sospechosa.
La hermana de Lucas, en tanto, dice que no puede creer lo que pasó. Que ella se la jugó entregando a su propio hermano, no solo con su declaración sino con pruebas concretas. Que no entiende por qué nunca se le libro orden de detención.
Dice que no tiene miedo de que Lucas cobre venganza en contra de ella. Dice que hizo lo que tenía que hacer, que no porque sea su hermano ella iba a ser cómplice de.un homicidio. Que está destrozada y “sorprendida” por la actitud de la fiscalía. Remarcó que diga “sorprendida”.
Todavía no se sabe cuándo murió Pablo, nadie puede afirmar que se lo podría haber hallado con vida a tiempo antes de ser asesinado. Quizás el informe forense definitivo de una data más o menos certera de la muerte. Por ahora no se sabe.
Lo que sí se sabe es que la causa, pese a ser un homicidio, todavía no pasó a la fiscalía especializada en homicidios. ¿Por qué? No tengo idea.Y también se sabe que Pablo, ese pibe que, a fuerza de tener poca familia había armado una familia de amigos, no va a poder ser velado porque la fiscalía lo encontró demasiado tarde.
Estaba lleno de tatuajes y era loco de las bandas tucumanas de rock. Sus amigos son músicos y él viajaba con ellos en las giras. Dicen q era inocentón y generoso. Cada día de estos 15 infernales que pasaron le fui conociendo más amigos, a uno contaba mejores anécdotas que el otro.
Marolio le decían, vaya uno a saber por qué. En homenaje a este pibe sin padres ni hermanos, que se supo hacer amar por sus amigos y los convirtió en familia va esta historia. Tan amigos, tan familia que hasta terminaron siendo detectives. Ojalá la Justicia los hubiera ayudado.
Este texto y está investigación fue realizada junto a @JoseInesta, periodista que cuando agarra una pista no la suelta y que, enfermo de la cabeza, deja cualquier cosa en cualquier momento para ir a buscar la verdad.
