Tucumán se encuentra a escasos días de la posibilidad insólita de vivir un hecho verdaderamente histórico en materia política. Y es que desde la reforma constitucional de 1994 en la que el radicalismo logró que se eligieran tres senadores por provincia, dos por la mayoría y uno por la minoría, sería la primera vez que en este distritito los tres respondieran a un solo partido, en este caso, el peronismo/kirchnerismo.
La intención de introducir un tercer senador de parte del ex presidente Raúl Alfonsín obedecía a la idea de que el oficialismo de turno no se convirtiera en hegemónico al punto de dominar el Parlamento. Y es que, con la sabiduría que lo caracterizaba, el mandatario radical temía que, justamente, el peronismo fuera el partido que se convirtiera en un poder que no tuviera un contralor en el Congreso.
Es por ello que, por lo general, la banca del Senado por la minoría, al ser del partido opositor, serviría para contrarrestar al menos algo del poder del oficialismo de turno. ¿Qué diría ahora si supiera que en Tucumán está a punto de suceder que el peronismo se quede con las tres bancas del Senado? Esto se explica por el hecho de que, por el lado de la oposición, podría resultar ganador un candidato que se identifica con el peronismo.
Es decir, presumiblemente, podría pensarse que al Frente de Todos lo votarán peronistas. Pero el caso es que, quienes voten por el espacio opositor de Juntos por el Cambio, podrían darle el triunfo en la interna del domingo que viene al actual intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, razón por la cual, nuestra provincia tendría por primera vez en la historia tres senadores peronistas.
Ahora bien, en los hechos, esto significaría que el gran derrotado sería Juntos por el Cambio, en el caso de que el domingo que viene se consume el triunfo de la lista que postula al mandatario municipal por la capital como pre candidato a senador por Tucumán. Esto no representa un detalle menor considerando que la titular de la Cámara alta, Cristina Kirchner, necesita una victoria contundente para asegurarse el quorum propio.
De hecho, en el arranque de esta semana, desde Tucumán Despierta hicimos mención al hecho de que el peligro de quedarse sin el control del Senado, era algo que afligía a Cristina Kirchner, razón por la cual la vicepresidenta mantiene una guerra fría con el presidente Alberto Fernández por estos días. En este marco, Tucumán, la sexta provincia en importancia electoral por su caudal de votos, podría terminar otorgándole involuntariamente una gran ayuda al kirchnerismo.
No en vano, la titular de la Coalición Cívica a nivel nacional, Elisa Carrió, advirtió acerca del historial de traición que condena por su pasado tanto a Germán Alfaro como a su mujer, Beatriz Ávila, ambos postulados a senadores. Cabe recordar que en el otoño del año 2008, Germán Alfaro, decidió votar a favor del kirchnerismo, es decir, en contra del campo. De esta forma, el intendente capitalino le daba un gran triunfo a Cristina Kirchner en Diputados.
Por aquél entonces, Germán Alfaro se mostraba a favor de expropiar a los productores rurales de sus ingresos genuinos desde su servil función al lado del alperovichismo/peronismo y kirchnerismo, sólo por cuestiones personales espurias en materia de “hacer carrera”. Incluso, hasta del mismo radicalismo enfatizaron que “el aparato del peronismo está dividido en tres: Juan Manzur, Osvaldo Jaldo y Germán Alfaro”.
Tucumán no estaría lejos de convertirse en un distrito parecido a Santiago del Estero, en donde elección tras elección, el kirchnerismo siempre obtiene tres senadores debido a que el oficialismo local va dividido de forma que allí la oposición termina siendo apenas una división interna del radicalismo local del gobernador Gerardo Zamora. De esta forma, un triunfo de Germán Alfaro, pondrá a Tucumán cerca de otorgarle al peronismo tres senadores por primera vez en la historia.
