En el día de ayer, trascendió la notica acerca de que el edificio de la Asistencia Pública lleva casi cuatro años cerrado al público por problemas infraestructurales. Lo que no se dijo, es que desde entonces la administración capitalina encabezada por el intendente Germán Alfaro jamás hizo obra alguna en el lugar, que sigue tal como estaba en 2018. El problema es que, justamente, ese año fue clave.
Y es que resulta que fue el año en el que el alfarismo había hecho una de las promesas más resonantes de su gestión. Una que, a la postre, resultó en una de las mentiras más vergonzantes y en una decepción de las más resonantes de los últimos tiempos. En ese marco, Tucumán Despierta accedió a la prueba que deja en claro de forma contundente el engaño descarado que cometió la administración del peronista Alfaro.
En ese sentido, el día 3 de septiembre del 2018, el por entonces director de Salud de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Eduardo Gómez Ponce, se refería en un programa de Radio Nacional Tucumán al traslado de las dependencias de la Asistencia Pública. En el audio que acompaña esta nota, el entonces funcionario capitalino dejaba en claro que esta movida obedecía, supuestamente, a que se haría refacciones en el actual edificio de Chacabuco al 200.
“El pasado 28 de agosto, por decreto del Intendente -Germán Alfaro- tomé la responsabilidad de asumir en la Dirección de Salud para normalizar los servicios que presta, ya que el traslado que estamos haciendo en forma urgente a los dos nuevos edificios en Balcarce al 500 y Santiago al 100, dado el deterioro del actual edificio que tiene sus años de construcción”, manifestaba el facultativo dejando en claro que el ideólogo era Germán Alfaro.
Como si lo anterior fue poco, dijo también que “el traslado está avalado por el informe técnico de las entidades universitarias”. Pero el momento cumbre llegó cuando Gómez Ponce comentó que “en los próximos dos años se va a estar habilitando nuevamente el servicio, adaptando las nuevas exigencias de las necesidades de la gente a la que le damos prestación”. La única verdad, es la realidad.
Y la realidad indica que ya pasaron casi cuatro años desde aquella aseveración y absolutamente nada se cumplió. No sólo no se encuentra habilitada nuevamente el servicio. Sino que mucho menos se logró adaptar el establecimiento a las nuevas exigencias de las necesidades de la gente. Lo peor del caso, es que el edificio quedó inutilizado en plena pandemia de COVID-19, con el agravante de la Capital es, por lejos, la localidad más afectada por el virus.
Cabe recordar que el por entonces Director de Salud capitalino pidió investigar presuntas Vacunas VIP en Tucumán y renunció en febrero del año pasado. Eduardo Jorge Gómez Ponce, le presentó su renuncia a Alfaro luego de que éste se molestara porque el funcionario había solicitado ante la Justicia federal que se investigara “si existe comisión de delito en la aplicación irregular de la vacuna Covid 19 al personal de salud de toda la provincia”.
“Dicha denuncia no es compartida por usted, por lo que decidí renunciar a mi cargo para facilitar la continuidad de su gestión”, afirmó en su misiva dirigida a Alfaro dejando en claro que el intendente tendría cosas que ocultar y que en la Capital también habría existido una suerte de vacunatorio VIP como en la Nación.
¿Recordará los vecinos de San Miguel de Tucumán que cuando se decidió el traslado, en marzo del 2018, las autoridades municipales aclararon que se trataba de algo momentáneo para “trabajar en la recuperación del local, que tiene un daño estructural que requiere una intervención importante”? Al menos, eso fue lo que dijo Walter Berarducci, secretario de Gobierno de la Municipalidad en aquel momento y edecán de su jefe político.
Pero si de perros guardianes hablamos, o de meros perritos falderos, quien reemplazó a Berarducci en ese puesto, Rodolfo Ocaranza, intenta ahora en vano tapar el sol con una mano. Ahora, en un nuevo acto de hipocresía, asegura que existen proyectos para llevar a cabo en el lugar. Pero, al mismo tiempo, abre el paraguas de las excusas típicas del alfarismo y dijo que se trata de “una obra de un costo e inversión elevadísima”.
“Es mucho más complejo que simplemente conseguir los fondos. Hay que ver los alcances del proyecto. Ideas arquitectónicas hay muchas, hay proyectos, pero tienen que ver con la idea de gestión también”, advierte el funcionario sin ponerse colorado. Es entendible. A esta altura está curtido con altas dosis de sinvergüenza para decir algo así y ni siquiera inmutarse ni llegar a sonrojarse sus mejillas.
El asunto es que, en septiembre del año pasado, el peronismo de Tucumán denunció que el intendente de la capital provincial, Germán Alfaro, tiene contratado como “ñoqui” al dirigente del PRO en San Isidro Ramón Lanús, un hombre de Horacio Rodríguez Larreta. Cabe señalar que Lanús es el ex presidente de la Agencia de Bienes del Estado (AABE) durante el gobierno de Mauricio Macri.
Desde ese cargo construyó un buen vínculo con Alfaro, que además es el principal aliado de Larreta en Tucumán. Tras ocupar ese cargo, Lanús logró que Larreta lo designe como síndico titular del CEAMSE y lo mantuvo como su referente en San Isidro. Pero el acuerdo de Larreta con Gustavo Posse dejó a Lanús (duramente enfrentado con el intendente) afuera del espacio y ahora va como candidato a concejal de Facundo Manes.
Durante la gestión de Lanús, la AABE le cedió a Alfaro el predio del ex Hospital Militar, que en principio iba a ser destinado a la construcción de un centro de asistencia para hijos e hijas de víctimas de la trata de personas. Lanús descartó eso y entregó el predio de tres hectáreas a la Municipalidad. Además, la AABE también entregó el predio donde se construyó el parque El Provincial.
En el gobierno creen que esos acuerdos derivaron en la designación en agosto del año pasado- de Lanús como “asesor” de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, por el que cobraría 250 mil pesos por mes. En ese marco, quien echó un poco de luz en medio de tanta oscuridad fue Luis Romano, referente del MUP en Tucumán, que denunció al intendente capitalino.
“El intendente Alfaro viene utilizando recursos de la municipalidad para pagar los favores políticos que le hacen sus amigos de Buenos Aires, como es el caso de Ramón Lanús, que hoy es candidato a concejal del macrismo en San Isidro. Desde hace más de un año Alfaro le paga a Lanús un sueldo que ronda en los 250 mil pesos. En plena pandemia, Alfaro cerraba la asistencia pública y uno se preguntaba que hacía con el presupuesto municipal”, expresó
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En esa línea, agregó que “evidentemente se dedicaba a pagar ñoquis vip como este señor”. Como si esto también no fuera suficiente, en abril del 2020, es decir, en el comienzo de la pandemia, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán salió al cruce de un supuesto falso comunicado que incluso llevaba la firma del intendente Germán Alfaro que informaba del presunto cierre “hasta nuevo aviso” de la Asistencia Pública.
Autoridades municipales confirmaron eso no era cierto y que era normal el funcionamiento de la misma. “Esta fake news no es algo gracioso, sino peligroso”, alertó Rodolfo Ocaranza. Pero el asunto era que no se trataba de una noticia falsa. Por el contrario, era todo absolutamente cierto. El funcionario municipal advirtió que “todos pueden caer en el engaño de las noticias falsas, algunas de las cuales son muy burdas, aunque otras no tanto”.
Evidentemente, el primero en creer sus propias mentiras fue él mismo. Fue en ese mismo abril que Alfaro amenazó a trabajadores de la limpieza de la Asistencia Pública. Y es que los trabajadores de la limpieza de la Asistencia Pública denunciaron extorsión, deudas salariales de hace 3 meses y falta de condiciones de higiene y seguridad en plena pandemia del coronavirus y el intendente no se los perdonó.
Y es que denunciaron las condiciones laborales de los trabajadores de la cooperativa de trabajo “Por un futuro mejor”, donde en plena emergencia sanitaria por el coronavirus eran obligados a ir a trabajar sin ninguna garantía de seguridad ni los equipos de protección personal de higiene que amerita la situación. “Nos amenazaron con dejarnos si trabajo hace dos semanas en una reunión, nos dijeron que si nos seguimos quejando el pago nos iban a dejar sin trabajo”, dijeron.
Los que trabajaban en esta cooperativa en su mayor parte lo hacían en condiciones precarias, subcontratados, en negro, en condiciones insalubres dentro del entorno laboral y con sueldos muy bajo, de 6000 pesos por mes. “Por más que nos den los equipos de protección no son óptimas las condiciones ya que no estamos en blanco, no tenemos cobertura y nos deben 3 meses de sueldo” dice un testimonio.
Esta cooperativa pertenece a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, brindan servicio de limpieza en las reparticiones de salud, cultura y tránsito. Pero no solo hacen trabajo de limpieza sino también de lavado de tubos de ensayo con los que se hace las muestras de sangre en el laboratorio de la asistencia pública, sin ninguna capacitación exponiéndose mucho más. Muchos de los que entraron a trabajar en esta cooperativa lo hicieron durante las elecciones del 2015.
Las que colocaron a Alfaro en la intendencia, con la promesa de trabajo en blanco y en planta permanente, pero hace 4 años que están y eso no pasó. “El señor Germán Alfaro se quiera hacer el que no sabe porque el contador de la Municipalidad, el señor Miguel Millán, es el que nos paga ahí mismo en la Intendencia, y nadie quiere dar la cara ni hablar nada por las amenazas de que los van a despedir”, fue un testimonio de las amenazas que provenían desde el intendente.
Amenazar a los que trabajan en la limpieza de la sanidad en medio de una pandemia mundial que paraliza al mundo sin equipos de protección, con deudas salariales y en condiciones informales fue criminal. Trabajaban sin las condiciones mínimas necesarias en las situaciones de la vida cotidiana y fueron los más afectados en todas las áreas, ya que sus actividades se consideraban esenciales y no podían detenerse para cumplir con el aislamiento social.
En definitiva, lo que está claro es que ese edificio fue abandonado hace varios años por la Municipalidad, hubo declaraciones expresas del intendente y del secretario de Gobierno, Ocaranza, de que iba a ser remodelado ediliciamente para dar una asistencia acorde a lo que la ciudadanía requería. Y lo cierto es que hasta el día de hoy ese edificio está abandonado, es un cementerio de ambulancias, de roedores, de alimañas. Alimañas como Germán Alfaro.