Tras una prolongada audiencia que se extendió por más de 10 horas, la jueza Eliana Gómez Moreira determinó la prisión preventiva para tres de los cuatro jugadores de Vélez Sarsfield implicados en el caso de abuso sexual a una joven periodista de 24 años. Los futbolistas José Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio fueron los afectados por esta medida.
Cabe mencionar que haberles dictado la prisión preventiva claramente fue lo correcto ante el evidente posible entorpecimiento de la causa en la cual podrían incurrir, así como también en el eventual escape del país, máxime teniendo en cuenta que la mayoría de los involucrados proviene de otros países.
Sin embargo, la decisión generó críticas y controversias en las redes sociales, especialmente cuestionando ciertos beneficios otorgados a los acusados. Esto se debe al hecho de que la modalidad en la que deberán cursar la prisión preventiva es domiciliaria, algo que es completamente inusual y fuera de la norma.
De esta manera, cabe destacar que el criterio de la jueza que está a cargo de la audiencia, Eliana Gómez Moreira, deja mucho que desear debido a que se trata de una decisión judicial que estaría influenciada en gran medida por el perfil del juez que preside la audiencia, en este caso una magistrada que hace distinción.
Y es que el hecho de que los iban a detener era una decisión tomada, todo dependía de cómo se expresara la víctima en esa diligencia. Y, de hecho, como se expresó como debía, es decir, con la verdad y sumado a las pruebas que la fiscalía ya tenía, era más que esperable que a los acusados se les dictara la prisión preventiva.
Pero la cuestión pasa por el hecho de que es inexplicable a todas luces que la jueza los beneficiara con la posibilidad de volver a sus hogares. Las acusaciones de los tres jugadores son muy graves y por ende también las penas que les correspondería. Entonces si así lo entendió la jueza, ¿Por qué “premiarlos” otorgándoles el beneficio y el privilegio de la prisión domiciliaria?
Lo que queda claro, es que este caso es uno más que se inscribe en una larga y lastimosa lista de eventos en los cuales siempre el beneficio y los privilegios están del lado de aquellos que tienen dinero y/o poder, como también los hijos de determinados personales encumbrados, algo que resulta moneada corriente en nuestro país.
Se trata de una serie de beneficios y privilegios que jamás podrían ser ubicados en el común de la sociedad, donde ningún “hijo de vecino” podría jamás permanecer en su casa cómodo en el caso de estar siendo juzgado por un delito aberrante como lo es la violación de una persona, con el agravante de haber sido ejecutado en manada.
¿Acaso no debería rever la jueza su propia decisión? ¿No le parece lo suficientemente grave lo ocurrido como para otorgarles privilegios y beneficios? ¿No resulta harto evidente que la complacencia para con los acusados sólo se da por el hecho de que se trata de gente famosa que se desempeña como futbolistas en un club importante de Buenos Aires?
No es una cuestión de garantismo ni de feminismo, es una cuestión de privilegios. Los cuales siempre caen del mismo lado de la moneda, es decir, del lado en donde se encuentran ricos y poderosos o, en su defecto, personajes famosos. Esto significa que la Justicia se hace la que no ve, mientras actúa de forma arbitraria y parcial en favor de algunos y en contra de otros.