Tucumán paso una semana muy intensa entre lanzamientos de lista, spots, e internas cada vez más marcadas, tanto, en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio. Pero a pesar de una semana convulsionada, ocurrió una visita más que movió a muchos actores de la sociedad, como el periodismo, empresarios, gremios e incluso políticos. Se trata de María José Alzugaray, Secretaria General del Sindicato de Empleados Fúnebres Argentinos, un sindicato que es único no sólo por el sector que representa sino también porque es una institución que, por la insalubridad de la actividad, se preocupa por el medio ambiente. Pero además se caracteriza por tener una mujer a la cabeza, considerando que la política gremial todavía es muy patriarcal. Y sobre todo porque es la coordinadora de la comisión de Consejo consultivo de la sociedad civil para la Cancillería Argentina de trata y tráfico, debido a que el 64% de los empleados del rubro se encuentran en negro y situación de explotación laboral. Pero, aun así, armo una agenda variada en nuestra provincia, y más allá de su objetivo principal, que es la regularización del sector en cada rincón del país y del mundo, dejo una gran impresión no sólo en los empleados fúnebres con los que se reunió, sino también en el sector empresario, para su grata sorpresa, y en la política. Esta impresión no sólo fue por su propuesta, sino también por la reflexión que dejo en cada reflexión, que el dolor no es sólo un negocio y que todos pueden adaptarse sin tener pérdidas. Antes de continuar, es bueno conocer a la visitante que revoluciono la provincia.
María José, nació Entre Ríos, pero repartió toda su vida entre Buenos Aires y Entre Ríos. La muerte la signo desde su infancia con la pérdida de un vecino, que le generaron dudas sobre la humanización de los procesos. Y con tan sólo 9 años debía operarse de nódulos que tenía en uno de sus brazos y que los mismo debían ser analizados mediante una biopsia, esto ocurrió durante el Motín de Caseros, un día en el que el sistema de salud desbordo, entre la atención de heridos, muertos y burocracia, con un personal desbordado, que le coloco mal la anestesia, y pudo sentir en carne viva todo el procedimiento quirúrgico. El dolor colapso su sistema de venas, y entre el dolor, gritos, y lágrimas, sobrevivió. Recuerda muy bien, como el personal en ese entonces, que no advirtieron este hecho, perdieron total paciencia con ella, al punto que se dedicaron a raspar rápidamente sus huesos, para terminar lo más rápido posible. Le quedo de recuerdo una cicatriz con un hueco que le recuerda más un dolor emocional que el físico en sí, ya que, durante su internación, mientras se recuperaba, se escapó de la sala y llego a un patio, en donde logro visualizar todas las camillas de muertos, los cuales aún no sabía que eran presidarios, y por primera vez sintió la necesidad de ayudar al fallecido, porque para ella eran personas y no sólo cuerpos.
Pero desde muy niña y durante toda su vida tuvo experiencias al límite de su vida. Como cuando a los 5 años se cayó en una pileta olímpica, luego la operación para extraer nódulos, que ya habíamos mencionado, a sus 9 años, o como cuando se electrocuto a los 15 años en una bañera durante un baño de inmersión y logro sobrevivir, gracias a que su novio se dio cuenta, llegando a tiempo para salvarla. Luego a los 22 años tuvo un accidente en moto camino a un trabajo, en el que busco esquivar un animal que se encontraba en ruta, en el que se quemó parte de su cuerpo y quebró su cuello de tal manera, que le implicaron cuatro años de cuello ortopédico. Pero estos golpes solo servirían para forjar su camino. El destino estaba marcado ya.. sin saberlo. También , con solo 19 años, perdió a su padre con un cáncer a los huesos, muy doloroso según comento y a su abuelo, que simplemente se lo llevo la edad y que además fue sindicalistas, con una diferencia de dos años. Dos hombres que fueron muy importantes en su vida, que le enseñaron valores, y la motivaron a ser quien es, pero además la hicieron entender, que no todos mueren igual y que el dolor no distingue y que se debe empatizar cuando las familias pierden a alguien y no entienden por qué. Ver como su padre, un hombre tan bueno y tan recto tuvo que pasar por un proceso tan doloroso, la hizo cuestionar sus creencias y hoy entender a muchos aquellos que cuando pierden a un ser querido de una manera inexplicable o de muy corta edad, el proceso es tan distinto a otros, como su propia experiencia con su abuelo, alguien que vivio lo que tenía que vivir, y se fue en paz con un dolor más reflexivo y menos inexplicable.
Pero María José, aún no había terminado de entender a que estaba destinada, ella aún vivía su vida cotidiana, entre su familia, sus amigos, sus clases de tenis en Olivos. Luego de estudiar un par de años de medicina decidió dejar y volver a casarse. Pero tiempo después tuvo su primer ACV, año 2002, que la imposibilito durante un tiempo, pero luego se contagió de Hepatitis B, por su marido (hoy ex pareja), y su sistema empezó a colapsar, al punto que los médicos del sanatorio habían declarado que le quedaban dos horas de vida. Ella se quedó sola en su habitación con la impotencia de pensar que en ese momento su familia no estaba cerca, que su entonces marido estaba rumbo a Brasil para evadir responsabilidades, con una hija de 15 años y un hijo de apenas 1 año en los que pensaba constantemente, y sumado a esto, que le había pedido al único hermano que estaba con ella, que se retirara porque no quería respetar su última voluntad de no recibir asistencia mecánica. Ante esta situación simplemente, deseaba que la muerte llegará pronto, así que se recostó, se puso de costado yendo en contra de lo que recomiendan en caso de hemorragias y sintió la compañía de su padre. Y pudo ver en ese instante toda su vida. Algo que a ella no le gusto, y sintió el dolor de todos aquellos a los que sentía que le habían provocado dolor. Pasaron las horas y se despertó viendo que su habitación estaba llena de gente, entre equipos médicos y familia, venció a la muerte ante todo pronóstico y en un año estaba recuperada, pero con una nueva meta, buscar cómo ayudar a los demás.
Comenzó ayudando gente en situación de calle, trabajo de voluntaria ad honorem en hospitales, e incluso en Cáritas. Luego fue engañada por una persona a la que intento ayudar, la cual robo dentro de su departamento, y eso la ayudo a ingresar en el mundo de lo penal, algo que también había incursionado mediante estudios en criminalística, asesorando para los beneficios y derechos de presidiarios. Y esto la llevo al mundo del derecho laboral, en donde conoció a un grupo de empleados mortuorios, a los que escucho, sintiendo que eso era lo que había buscado toda su vida. Decidió acompañarlos en una presentación de un Proyecto de ley de inclusión de insalubridad para el sector, en la provincia de Entre Ríos, pero considero en ese momento que esto debía ser nacional. Aun así, el tiempo paso y sus múltiples ocupaciones la alejaron del objetivo y volvió a recaer con un segundo ACV, con el cual fue incapacitada nuevamente, pero que la puso de nuevo en su eje. Recordó a esos empleados mortuorios y decidió no quedarse solo con un proyecto de ley. Eligio ingresar de administrativa a funeraria, en donde vivió los errores y los abusos, sobre todo de un empleado que fue despedido simplemente por ser una persona mayor. Y desde entonces supo que había que organizar el sector, y subsanar todos los errores burocráticos, de incompetencia y el lucro de la muerte que no respeta no sólo la voluntad del fallecido, sino también el dolor de quienes sufrieron la perdida. Buscó organizar un sistema que humanice este negocio, que proteja a sus trabajadores, aun en contra de situaciones que amenazaron su integridad física y que le costó tiempo con su familia. Pero en estos tiempos, luego de todas las experiencias vividas y de su último Tercer ACV en 2013, ella se siente satisfecha con lo conseguido y feliz de haber sembrado la actividad mortuoria en la agenda de la sociedad, un sector que tiene una mayor visibilidad, un sector que es netamente masculino y que es dirigido por una mujer, que se ganó el respeto de los pares gremialistas más fuertes del País que admiran su coraje y lucha, acompañándola a que cada vez, sean más las personas que se comprometen a que la lucha que lleva María José tenga sus frutos, este inicio de gira por el País, permitió que se comience a ver el alcance de su trabajo arduo, pero está en paz de decir que ella comenzó con esto que es humanizar el negocio de la muerte.
Aquí en Tucumán, inicio el sindicato en el año 2011, dos años antes de su último ACV, y en esta visita recorrió las distintas cámaras de empresarios y gremiales para entender los estados de los acuerdos, en los cuales muchos son arcaicos y en su mayoría están vistos como empleados de comercio, cuando su actividad, cuestión coincidente en casi la totalidad de la cámara diputados, es considerada insalubre y de importancia para la agenda legislativa por las consecuencias al medio ambiente y la salud de los empleados y demás sociedad. Hoy muchos de los empleados con los que estuvo reunidos, tuvieron una gran impresión y se sintieron escuchados y las cámaras de empresarios, a pesar de su actitud transgresora, como se definió en el programa radial Café Prensa, tuvo una gran recepción. Al punto, que muchas provincias del norte, están a la espera de su visita para comenzar este proceso de regularización, y que la burocracia comience a adecuarse a los tiempos humanos y al dolor de quienes perdieron a alguien.
Por: Gabriela Gatica Ruiz – Columnista invitada