La disputa en el seno de Juntos por el Cambio (JxC) por la candidatura presidencial y la estrategia para reconquistar el poder nacional en 2023 ingresó ayer en una nueva etapa. Cuando faltan diez meses para las PASO, una instancia clave para la redefinición de liderazgos en la principal coalición opositora -la eventual suspensión de las primarias que impulsa el kirchnerismo podría poner en jaque al espacio-, el tablero de JxC se sacudió a un ritmo vertiginoso. Mientras que el fuego cruzado por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta en la Capital provocó una severa crisis en Pro, Gerardo Morales y Martín Lousteau, referentes de la UCR, lanzaron un fuerte desafío a Mauricio Macri, durante el acto organizado por el radicalismo, para rendirle homenaje a Raúl Alfonsín, al cumplirse un nuevo aniversario de su triunfo de 1983, en el retorno de la democracia al país.
De la cumbre de la UCR en Costa Salguero no solo participaron casi todas las figuras del centenario partido -Facundo Manes fue el gran ausente-, sino también Horacio Rodríguez Larreta, contrincante del expresidente y la exministra de Seguridad en la pulseada por el liderazgo opositor y el armado electoral de 2023. El juego de Larreta, quien tuvo una aparición fugaz por la cumbre radical -pasó a “saludar” y se retiró raudamente antes de que arrancaran los discursos- quedó expuesto. Es que su guiño a los radicales –aliados estratégicos para su proyecto presidencial ante el resurgimiento de Macri- promete tensionar aún más su convivencia con el ala dura.
En el cierre del homenaje a Alfonsín en Costa Salguero, Morales y Lousteau, quienes se mueven en tándem en el ecosistema radical para contener el avance de Macri y alejar a JxC de los extremos, fustigaron contra las recetas económicas y políticas que propone el fundador de Pro para 2023. También hubo advertencias a Patricia Bullrich, quien lanzó junto con Macri una ofensiva para dinamitar un eventual pacto entre Larreta y Lousteau por la sucesión en la Ciudad, fortaleza electoral del macrismo desde 2007 y principal campo de batalla de la interna de Pro. Desde el centro del escenario, Morales y el líder de Evolución Radical -hasta hace poco rivales en la interna radical- les enviaron un mensaje a sus socios de Pro: reclamaron “fórmulas cruzadas” o “mixtas” para garantizar que JxC sea una “verdadera coalición de gobierno” en caso de volver a la Casa Rosada en 2023.
Hasta ayer nunca había quedado tan expuesta la contradicción ideológica entre las dos grandes ramas internas que conviven en JxC: los opositores dialoguistas y los “halcones”, con posturas más intransigentes frente al kirchnerismo.
Bajo el lema “Unidos, ganamos”, Morales y Lousteau buscaron enviar una señal de cohesión interna y ratificar su vocación de disputar el liderazgo de JXC. Con una cuidada puesta en escena, quisieron exhibir que el radicalismo renovó su fisonomía y tiene candidatos competitivos en los distritos más importantes del país con miras a 2023. Y ratificaron que Lousteau buscará arrebatarle al macrismo su bastión.
Al final del cónclave, Morales copó el centro del escenario con una andanada de críticas a Macri. Si bien se cuidó de no nombrarlo, sus mensajes tenían como único destinatario al jefe de Pro, quien recuperó protagonismo en el escenario político y tensiona con sus socios del radicalismo al estimular el debate sobre la identidad de JxC y reivindicar las ideas del liberalismo. “Liderar no es creer que tenemos el mejor equipo de los últimos 50 años para después fracasar”, lanzó. Y advirtió que nadie “va a correr” al radicalismo.
A su vez, el jujeño respondió a las advertencias de Macri sobre la necesidad de erradicar de JxC al “populismo light”, que parecieron apuntar hacia el radicalismo. “No acepto la descalificación de quienes nos dicen populistas. Y creen que somos unos atrasados porque nos abrazamos a los ideales de nuestro partido que siguen aún vigentes. Que son los que nos devolvieron la democracia”.
Minutos antes, Lousteau había arremetido contra Macri, Bullrich y el ala dura de Pro por su oposición intransigente al Gobierno y su apuesta a una “reducción drástica” del déficit fiscal. Sin mencionar al expresidente, el senador aseguró que la Argentina no saldrá de la profunda crisis y del estancamiento con “un shock” económico que sea “una guadaña”. Y dijo que el legado de la gestión de Cambiemos es haber terminado con “doce años de populismo” y haber dejado de pie a una coalición con chances de retornar al poder. Sin embargo, Lousteau subrayó que el país necesita de una coalición amplia que “aprenda de sus errores” y que sea “fuerte y grande”, para avanzar con transformaciones. En simultáneo, pidió darle lugar a una nueva generación de dirigentes. Larreta difundió un mensaje similar tras retirarse del complejo.
Los radicales -pese a las divisiones que quedaron ayer a la vista- intentaron mostrar una postal de unidad frente a la interna de Pro. Movilizaron al aparato militante del partido y exhibieron musculatura propia para advertirles a sus socios que tienen poder de fuego, sobre todo, estructura territorial. Para los radicales ese no es un activo menor ante la posibilidad de que el Gobierno avance con la eliminación de las PASO de 2023.
Al reforzar la identidad de la UCR, Morales y Lousteau pretenden equilibrar el mapa de poder en JxC. Por eso, advierten a sus aliados del macrismo que tienen capacidad de daño y cuentan con figuras relevantes de cara a las próximas elecciones.
En el tramo más tenso del cónclave, Lousteau defendió su alianza estratégica con Larreta en la Ciudad: resaltó que el acuerdo que selló con el alcalde en 2019 no solo permitió que JxC lograra un triunfo histórico en las urnas, sino que le permitió al gobierno porteño avanzar con reformas, como el nuevo estatuto docente. Al final de su discurso, reivindicó el diálogo en la política y pidió terminar con las “divisiones”. En esa línea, les mandó un mensaje a Macri y a Bullrich, los referentes de Pro que rechazan un posible pacto entre el senador y Larreta para la sucesión porteña.
“Yo soy candidato a jefe de gobierno de una coalición. Algunos parecen no entender qué significa una coalición, que pueda afianzar lo que se hizo bien y traiga ideas nuevas y renovación. Por eso, queremos fórmulas cruzadas”, enfatizó. Desde la platea lo miraban Enrique “El Coti” Nosiglia, su mentor, y Daniel Angelici, socio de Lousteau en la Capital y operador judicial de Macri.
Minutos antes, Bullrich había renovado su ofensiva contra Larreta: vetó la chance de que el jefe porteño “entregue” la Ciudad a Lousteau. El tenor de la frase generó un fuerte malestar en el entorno de Larreta. Álvaro González, uno de los laderos del alcalde, salió a responderle: “Hace populismo político y es una oportunista que no respeta el cargo que tiene en el Pro donde no la votó nadie y es presidenta a dedo”, sostuvo en diálogo con CNN Radio.
Del encuentro en Costa Salguero participaron casi todas las figuras de la UCR: Alfredo Cornejo, Maximiliano Abad, Gustavo Posse, Mario Negri y Luis Naidenoff, entre otros. También fueron invitados los presidentes de Pro y la CC, entre otros aliados en JxC.
Quien no estuvo fue Manes, rival de Morales en la interna de la UCR por la candidatura presidencial, a quien hasta hace poco la cúpula radical exhibía como la gran esperanza con miras a 2023. Pero no fue el único ausente de peso: Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes y uno de los impulsores de la renovación radical, llegó ayer de España y se fue a su provincia. Molesto con Morales por la organización unilateral del evento y la sospecha de que intentaría usarlo para presionar al Pro y negociar lugares, no estuvo en Costa Salguero. Entre los concurrentes hubo dirigentes que despotricaron contra el jujeño con los mismos argumentos a los que apeló el correntino para justificar su faltazo.
Manes -quien prefiere acentuar su perfil de outsider de la política- avisó que no podría estar en el acto en Costa Salguero porque tenía previsto viajar a España, para participar del acto del PSOE por el 40° aniversario de la victoria de Felipe González. Al evento, que estuvo teñido de folclore radical, fue su hermano Gastón, titular de la Convención Nacional partidaria. Es el consigliere del médico en la “rosca” partidaria.
Pese al desplante de sus mentores por el affaire con Macri -sus críticas al “populismo institucional” de la gestión Cambiemos-, Manes mantiene su deseo de pelear por la presidencia en las elecciones del año próximo. Sus principales escuderos dentro de la estructura radical son Abad, titular de la UCR bonaerense, y Ernesto Sanz, co-fundador de Cambiemos. Un dato no menor: Sanz tampoco estuvo en Costa Salguero. El radicalismo no pudo ocultar su fragmentación interna.
La cumbre comenzó con encendidos discursos de Mariela Coletta, titular de la UCR porteña, Negri, Naidenoff y Cornejo. En esas alocuciones, los referentes radicales destacaron el legado de Alfonsín y llamaron a la unidad de JxC. También pidieron hacer una revisión de los errores de la gestión de Cambiemos. A su turno, Abad advirtió que el radicalismo tiene vocación de poder y quiere gobernar al país en 2023.
La presencia de Larreta
Larreta llegó al complejo de Costa Salguero, el histórico búnker de Macri y Pro en las jornadas electorales, con una comitiva de leales. Lo acompañaban el diputado nacional y aspirante a gobernador Diego Santilli, el jefe de gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Emmanuel Ferrario, y su jefa de asesores, Julia Pomares.
A la reunión cumbre del radicalismo también fue Maximiliano Ferraro (CC) -Elisa Carrió se excusó de viajar a la Capital por las altas temperaturas–. En tanto, Bullrich no pudo asistir porque viajó a Uruguay, donde se reunirá con empresarios, pero difundió una carta en la que celebró la convocatoria. En su lugar, estuvo Gerardo Milman, su jefe de campaña y mano derecha, salpicado por la causa judicial por el atentado contra Cristina Kirchner -denunció que es víctima de una operación-.
Como había anticipado a los organizadores, Larreta saludó a Lousteau y Morales y se retiró del complejo. No se quedó a escuchar los discursos. En el encuentro radical también estuvieron presentes otros exponentes del ala moderada de JxC: Emilio Monzó -su tropa integra los equipos de Bullrich-; Rogelio Frigerio, y Margarita Stolbizer, líder de GEN, apuntada por sus socios tras su ausencia en la votación en particular del presupuesto. ¿Emergerá el sector moderado de JxC?