Cuando todavía no terminó el 2020, ya Tucumán superó la cantidad de mujeres asesinadas en el marco de los femicidios que tuvieron lugar el año pasado. Con el nuevo femicidio que ocurrió en Famaillá, ya son 19 las mujeres asesinadas en lo que va del año. Cabe recordar que en el 2019 se registraron de forma oficial el asesinato de 13 mujeres, en lo que constituye una verdadera pandemia al que las autoridades no logran encontrarle una solución.
Mucho antes de que se produjera el asesinato de la docente salteña Paola Tacacho, este medio fue uno de los pocos que puso en portada la problemática de la violencia de género. Luego del femicidio de la profesora de inglés a manos de Mauricio Parada Parejas, los demás medios de comunicación comenzaron a hacer hincapié en uno de los grandes males que afectan al país, pero sobre todo a nuestra provincia.
Y es que Tucumán encabeza desde hace tiempo el ranking de femicidios, a pesar de tratarse de la provincia más pequeña de todo el país. También, desde este medio hicimos hincapié en el hecho de que los funcionarios del gobierno, no han hecho más que utilizar este tema como una forma de transmitir a la sociedad que supuestamente algo estaban haciendo en materia de luchar contra la violencia de género.
Nada más lejos de la realidad, teniendo en cuenta el fuerte incremento de femicidios de un año al otro. En ese sentido las cifras y las estadísticas son contundentes y hablan por sí solas. Y es que está claro que si en el 2019 se produjeron 13 asesinatos de mujeres y en el 2020 ocurrieron 19 femicidios, la cantidad de muertes sufrió un incremento del 50% cuando todavía restan un par de semanas para que concluya este año.
Mientras duró la cuarentena, en Tucumán las autoridades locales quisieron utilizar el aislamiento social obligatorio como una excusa para justificar el incremento de la violencia de género, el aumento de las denuncias por maltrato y el ascenso de los femicidios. Pero muchos de estos asesinatos tuvieron lugar antes y después de que concluyera la cuarentena implementada en el marco de la pandemia de coronavirus.
De esta manera, Tucumán se convirtió en un lugar hostil para las mujeres. Las mismas que, por un lado, sufren la violencia machista contra ellas, pero también padecen por la ineficiencia de los funcionarios gubernamentales que sólo atinan a utilizar esta problemática para sacar rédito electoral, al tiempo que no dan respuestas con urgencia a las mujeres que se encuentran atravesando situaciones de violencia.
Pero no sólo el gobierno tucumano carece de medidas que sea inmediatas y eficaces. Y es que la justicia local tampoco está a la altura de las circunstancias. De esta manera, el Estado no actúa con perspectiva de género e implementando un abordaje integral y permite que más mujeres mueran en un contexto de violencia machista. Una problemática compleja a la que las autoridades no logran entender y mucho menos resolver.