El malestar de Cristina con quien fue su ministro de Salud entre el 1° de julio de 2009 y el 26 de febrero de 2015 quedó expuesto hace apenas una semana, cuando aludió a él en un discurso en Lomas de Zamora. Recordaba la causa por el plan Qunita, en la que se investiga un supuesto fraude al Estado: “Lanzamos el plan y estaba Nico Kreplak y estaba Manzur todavía. A Manzur nunca lo procesaron por eso, a los demás sí, pero no importa”, dijo.
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El ruido de esas palabras hizo dudar en algunos ámbitos del oficialismo que el presidente Alberto Fernández mantuviera en pie la idea de viajar a Tucumán a celebrar el aniversario de la Declaración de la Independencia. En 2020 se quedó en Buenos Aires por la pandemia, pero esta vez le había prometido al gobernador Juan Manzur hablarle al país desde la Casa Histórica. Finalmente cumplió.
Y de qué forma, ya que el Presidente le dio durante su discurso un permanente apoyo al gobernador, al tiempo que le brindaba una continua y permanente indiferencia hacia el vicegobernador, Osvaldo Jaldo. De hecho, dicen que al presidente de la Legislatura “le cayó la ficha” de que el espacio que representa, el jaldismo, no tendría lugar alguno en la lista oficial de candidatos a las elecciones legislativas de este año.
En agradecimiento por esta confirmación, a la hora de los discursos, el gobernador cubrió de elogios al Presidente y volvió a mostrarse como un soldado de su causa: “Cuente con nosotros. Ahí vamos a estar, a la par suya, confiamos en usted. Estoy más convencido que nunca, usted va a poner la Argentina de pie y vamos a estar a la par suya”. Ni lerdo ni perezoso, Alberto Fernández le devolvió el gesto ya que aludió varias veces a él en el discurso.
“Bonitas palabras, Juan. Las agradezco”, dijo al subir al estrado. Lo definió después como un “amigo” y destacó la gestión oficialista en Tucumán. Cabe recordar que Juan Manzur aspira a colocar a Pablo Yedlin al frente de la boleta para el Senado; es su hombre en Buenos Aires y actual presidente de la Comisión de Salud de la Cámara baja. El kirchnerismo aspira a colocar en el segundo lugar a un dirigente de La Cámpora. Por lo que no hay espacio para el jaldismo.
Pero Osvaldo Jaldo no fue el único dirigente tucumano que la pasó mal en el 9 de Julio. Y es que en un día lleno de tensión, el intendente de la capital, Germán Alfaro, recibió críticas de manera directa de un grupo de manifestantes. Esto pasó durante el recorrido que hacía el jefe municipal por la plaza Independencia, tras los actos en la Casa Histórica por el Día de la Independencia ayer viernes.
El funcionario municipal se topó en el lugar con ciudadanos que habían participado en las manifestaciones en contra el Gobierno nacional. Allí, le cuestionaron la obra en el paseo público y cuestiones políticas. Y es que la sociedad está cansada de la clase de políticos inescrupulosos que representa el mandatario de San Miguel de Tucumán. En ese sentido, lo que ocurrió con la Plaza Independencia, fue la gota que rebalsó el vaso contra Germán Alfaro.
Y es que la sociedad pudo comprobar los espejitos de colores que la gestión del intendente vende. Es por ello que ya no le creen más. Tal y como quedó expuesto en Tucumán Despierta, la ciudadanía pudo constatar que la enorme inversión y el tiempo transcurrido en lo que respecta a la obra no condice con el resultado. Se burlaron de la gente y encima lo hicieron con el dinero recaudado de los impuestos de la gente.
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¿Cómo no iba a estar enojada la gente? Sin cuando fue consultado por la evidente falta de árboles en la plaza, Germán Alfaro mintió que eso se debe a que estamos en invierno y que en verano “florecerán”, cuando es evidente que la Municipalidad quitó árboles de la plaza. “Es lo expresa la gente. Vivimos en democracia. Tenemos que ser tolerantes y escucharla”, dijo el intendente, mientras caminaba por la plaza mientras era reprochado por la gente.
Pero si de mala gestión hablamos, es necesario mencionar al fallo en el accionar de la seguridad de la provincia, cuyos efectivos no pudieron controlar a un grupo de personas. Pero no solo falló el operativo, sino que además los uniformados reaccionaron con mucha violencia contra la sociedad que sólo quería manifestarse. Y las grotescas imágenes recorrieron el país convirtiendo a la provincia en noticia otra vez pero por razones deplorables.
Todo sucedió durante el transcurso de la mañana, momento en el que se realizó una manifestación en contra de las medidas del Gobierno nacional. La marcha se extendió por calle 25 de Mayo y se instaló en el cruce con Córdoba, a alrededor de 400 metros de la Casa Histórica donde se realizarán los actos por el 9 de Julio. Durante el trayecto se registraron enfrentamientos.
Pero eso no es todo, ya que en la zona de El Bajo, hubo corridas y disparos de balas de goma, agrupaciones populares y de izquierda se enfrentaron con la policía que buscaba impedir que los manifestantes lleguen al microcentro donde se realizaban los actos centrales por el Día de la Independencia. Las organizaciones marchaban en reclamo de más asistencia social y querían llegar hasta el presidente Alberto Fernández, que ayer encabezó los actos en la Casa Histórica.
Al final, la fecha más importante de la historia de nuestro país y de nuestra provincia, el operativo de seguridad actuó de la única manera que sabe, denigrando y reprimiendo al pueblo tucumano. La fuerza policial, en lugar de estar protegiendo a los tucumanos de la incesante ola de violencia, reprimió el reclamo de manifestantes que ejercían su derecho como argentinos, bajo la excusa de proteger al presidente. En definitiva, fue un 9 de Julio con nada para festejar.
