El sueño de Los Pumas podría terminar muy pronto: fueron ampliamente superados por Inglaterra, cayeron por 39-10 y están prácticamente afuera del Mundial de rugby en Japón. El equipo de Mario Ledesma necesita que Francia no sume ni un punto ante Tonga e Inglaterra y además vencer a Estados Unidos en la última fecha. Misión imposible…
Son muchas las conclusiones que sacará el equipo argentino en las próximas horas. Pero la clave de esta pronta eliminación estuvo en el debut ante Francia: Los Pumas debían ganar porque se intuía que Inglaterra era el gran candidato a quedarse con el Grupo C. Sin embargo, ese primer partido fue derrota. El resultado movió la estructura de todo el equipo.
El triunfo ante Tonga por 28-12 dejó algunas dudas en el juego colectivo. Como ante Francia, Argentina mostró dos caras en cada tiempo.
Los Pumas llegaron al choque con Inglaterra con la necesidad de un triunfo. Ganar o volver a casa. Los europeos, candidatos al título, comenzaron a quedarse con el partido cuando Tomás Lavanini fue expulsado por un tackle alto a Owen Farrell. Como si el panorama ya no fuese lo suficientemente negro, Argentina tuvo que afrontar el trámite con un jugador menos.
Se terminó dando la lógica: Inglaterra ya era más en la previa y lo confirmó en el césped. Fue un triunfo contundente que no dejó lugar a dudas. Argentina nunca estuvo en partido y cayó por 39-10. “La tarjeta roja nos hizo modificar todo, además de tener un jugador menos. Los chicos nunca bajaron los brazos. Viajamos muchísimo, mis jugadores se esforzaron. Les agradezco el compromiso”, dijo Mario Ledesma.
“De alguna forma, el Mundial que viene empezó hoy. Hay muchos chicos jóvenes acá que van a sumar experiencia. Haremos cambios, se lo merecen, van a jugar. Contra Francia jugamos bien, lo borramos de la cancha. El análisis de hoy es que jugamos 70 minutos con un tipo menos, no es sencillo. Haremos los análisis en estos días, no creo que nos haya faltado frescura”, cerró.
La crónica del partido
Argentina el equipo que se adelantó en el marcador, con un penal en el minuto 6 que anotó el apertura Benjamín Urdapilleta (0-3).
Pero poco después, en el minuto 8, por el lado izquierdo el ala Jonny May anotó el primer ensayo para Inglaterra, muy esquinado, sin conversión de parte de Owen Farrell (5-3).
Desafortunadamente para los Pumas, en el minuto 17 tuvo tarjeta roja directa el segunda línea Tomás Lavanini por un placaje alto, con lo que Argentina se quedó con catorce jugadores para el resto del partido.
Llegó el juego a los 30 minutos con un gran equilibrio entre los dos equipos, pero cinco minutos después, en una larga jugada de diez fases disputada muy cerca de la línea de ensayo argentina, la ofensiva inglesa hizo un brusco cambio de juego por la izquierda y el zaguero Elliot Daly anotó el segundo ensayo para los ingleses, con conversión de Farrell (m.35, 10-3).
Ya en el tiempo de descuento, en otra jugada de diecinueve fases, el medio scrum Ben Youngs anotó otro ensayo para los ingleses (m. 40+1, 15-3) y otra vez fallo de Farrell en la conversión.
Al reanudarse el segundo tiempo, no tardó mucho Inglaterra en conseguir otro ensayo, en esta ocasión por el apertura George Ford (m.44, 20-3), y esta vez sí conversión exitosa de Farrell.
El capitán inglés tuvo oportunidad de aumentar la cuenta con tres puntos de un penal, que anotó con un disparo fácil frente a los dos palos (m.53, 25-3).
Argentina perdió una figura clave en el minuto 58 por una lesión del medio scrum Tomás Cubelli, que salió cojeando y fue reemplazado por Felipe Ezcurra.
Pero los Pumas siguieron presionando en el campo inglés, y en el minuto 71, en una jornada rápida que brotó por el lado izquierdo permitió al ala Matías Moroni anotar el único ensayo argentino, con éxito en la conversión de Emiliano Boffelli (25-10).
Sin embargo, no tardó Inglaterra en aumentar también el marcador, con el ensayo esquinado que marcó en el minuto 73 Jack Nowell (30-10), y éxito de Farrell en la conversión gracias a que la pelota entró después de tocar en el palo izquierdo.
El try de Inglaterra llegó en el minuto 79, gracias a Luke Cowan-Dickie y con éxito en la conversión de Farrell (39-10).