La apuesta del mercado financiero fracasó. Mauricio Macri ya no es competitivo para ser reelecto a partir de octubre. La diferencia, contundente a favor de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, hace que el mundo financiero tenga que recalcular violentamente a partir de hoy.
El dólar y los bonos, que el viernes pasado habían cerrado con un optimismo desmesurado por encuestas que marcaban una paridad que no fue, comenzarán bajo fuego a partir de este lunes.
Un ejemplo pinta de cuerpo entero cómo puede ser el inicio de la rueda cambiaria. Una sociedad de bolsa, Balanz Capital, que permite comprar moneda extranjera las 24 horas, ya vendía dólares a $48,50 a la medianoche del domingo (casi tres pesos más que el cierre del viernes tomando el precio al cual venden, y dos pesos más por sobre el promedio del mercado). Suele tener, además, el precio más “barato” entre lo que recopila el Banco Central.
“Va a estar muy complicado. Esto es el final de Cambiemos. No queda nada. Octubre es un trámite. La pregunta clave es qué va a hacer el Banco Central. No queda claro que vaya a ponerle el pecho a una suba del dólar”, decía un experimentado banquero internacional en diálogo con iProfesional.
Anoche en el Banco Central había silencio de radio. “Mucho más no se puede hacer”, se escuchaba entre algunos allegados a Guido Sandleris. La desilusión se hizo palpable no sólo en el Gobierno sino en los que a partir del lunes tendrán que salir a defender el valor del peso. ¿Qué harán?
La discusión incluso está porque el Fondo Monetario, que le permitió a partir de finales de abril al BCRA a intervenir en el mercado, podría pedirle al Central no salir a rifar reservas. Un encumbrado ex funcionario del FMI recordaba que el organismo no permitirá que se usen los dólares prestados para frenar una estampida de la divisa. “No tiene lógica que lo hagan.
Igualmente el Central tendrá que hacer algo porque se pueden jugar a que el próximo gobierno los lleve a la Justicia por inacción”, decía un economista que negoció desde el oficialismo el acuerdo con el organismo de crédito.
No sólo habrá un sell off en el peso argentino, algo que es lo más obvio dado el abultado resultado del kirchnerismo. Sino que los bonos será también castigados. El riesgo país, en torno los 860 puntos que supo estar el viernes con viento a favor, será una anécdota. La pregunta es hacia dónde se irá.
Según los cálculos que algunos bancos como BTG Pactual el riesgo país bajo el gobierno de Alberto Fernández está en torno a los 1500 puntos. “El mercado subestimó el resultado, y el golpe será fenomenal. Acá habrá que barajar y dar de vuelta. Pero en el medio lo importante es que la transición sea pacífica y que Alberto nombre ya a un ministro de Economía pro mercado. En caso contrario será muy difícil detener la ola de venta en bonos y en el peso”, decía otro trader que no podía salir de su sorpresa.
Wall Street mira con mucha preocupación los pasos que dará la fórmula K, virtual próxima gobierno de la Argentina. Hasta antes de las PASO, mantenían cierto optimismo en la moderación que mostraba Alberto F.
Luego, la misma campaña fue mutando esa sensación e hizo que el candidato a presidente tuviera muchos roces por las Leliq (las tasas del BCRA), el valor del dólar (que dijo que estaba pisado por el Gobierno) y prometió las típicas medidas populistas para salir de la recesión. Todo eso hizo que para muchos bancos de inversión, que antes pensaban que Alberto era un moderado, la ecuación cambiara.
Lo cierto es que dependerá mucho que hará el BCRA a partir del lunes. Si bien tiene más de u$s66.000 millones en reservas, habrá que ver como salen a administrar el golpe. Se cree que habrá una rápida suba de tasas e intervenciones en futuros. De manual.
Pero si realmente quieren que el dólar no se espiralice, deberán salir a vender en el spot. No alcanzará con lo que venían haciendo. Pero se desconoce la bajada de línea política que haga el gobierno. Dejarlo correr o no, es la cuestión.
El resto es anécdota. El dólar irá a un nuevo precio, desconocido, que sólo podrá ser amortiguado si los nuevos ganadores empiezan a dar definiciones. “Ya no podemos hacer nada”, decía un altísimo funcionario del Banco Central anoche a iProfesional, entre resignación e impotencia.