El presidente de Francia, Emmanuel Macron, arremetió contra aquellos ciudadanos franceses que se niegan a recibir la vacuna contra el coronavirus en el país y reconoció que “ésta vez” son ellos quienes “se van a quedar en casa” y “no nosotros”.
“Estoy a favor de la línea francesa ahora mismo. Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la de mis hijas, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez se queda usted en casa, no nosotros“, señaló Macron en cadena nacional.
El lunes 12 de julio, el mandatario francés anunció un conjunto de medidas para alentar la inmunización. Entre ellas, la generalización del certificado sanitario para poder ir a restaurantes o cines y la vacunación obligatoria para el personal de salud.
“Es la única manera de volver a la normalidad”, sostuvo para luego anticipar que desde agosto todos los franceses deberán presentar certificado de vacunación o un test negativo para ingresar a restaurantes, cafés, comercios, hospitales, aviones y trenes.
El presidente francés informó también que la vacunación contra el Covid-19 será desde ahora obligatoria para todo el personal de salud, los empleados de las residencias de ancianos y quienes trabajen con personas frágiles.
“Tendrán hasta el 15 de septiembre para vacunarse. En caso contrario, no podrán seguir trabajando y no serán pagados”, explicó el ministro de Salud, Olivier Véran. “Nuestro país se enfrenta a un aumento de casos en todo el territorio”, concluyó Macron.
El miércoles 14 de julio, cerca de un millón de franceses tomaron cita para vacunarse después del anuncio del presidente. Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo. Alrededor 19.000 personas protestaron en contra de las nuevas medidas.
Hasta el domingo 18 de julio, 35,5 millones de personas (algo más de la mitad de la población francesa) han recibido hasta ahora al menos una dosis de la vacuna contra la enfermedad infecciosa, mientras que 27 millones completaron el esquema.