Lucas Bono era un chico de 16 años como cualquier otro, pero al mismo tiempo, era diferente a los demás y se caracterizaba por ser fanático de San Martín, club al que amaba tanto como la innumerable cantidad de amigos lo hacían con él. Los únicos antecedentes que llevaba encima fueron el amor incondicional de su familia, especialmente, su mamá Verónica que habló con Tucumán Despierta en la previa a una nueva marcha pidiendo justicia por su hijo.
Y es que la vida de este adolescente se apagó no por un accidente de tráfico, sino como producto de una persecución de parte de delincuentes que lo amenazaron con un arma de fuego para robarle la moto en la que se trasladaba cuando retornaba a su hogar. “Mi hijo fue a un cumpleaños en Lomas de Tafí y cuando volvió a casa fue perseguido por unos motochorros de la zona de barrio Los Pocitos”, explicó Verónica.
En ese momento, relató que “uno de ellos le sacó un arma e hizo que Lucas perdiera el equilibrio y dio contra un poste de señalización en la diagonal a Tafí Viejo”. Pero lo extraño fue lo que pasó a continuación, ya que, según contó, “una mujer agarró el celular de Lucas estando la Guardia Urbana enfrente y yo sinceramente no sé si ella tuvo o no algo que ver, si habrá rosado a la moto de mi hijo con su auto, no lo sé”.
El asunto es que esta mujer nunca se acercó a hablar con la mamá de Lucas. Sin embrago, “incluso fue hasta mi trabajo a amenazar para que nunca hable de ella y yo jamás hice eso ni revelé su nombre ni número de patente ni nada por el estilo”, comentó Verónica. Pero esta mujer llamó por teléfono para decir que Lucas había tenido un accidente y que ella supuestamente se volvió para socorrerlo.
“Y los de la Guardia Urbana han permitido que ella agarre el celular de mi hijo y jamás se acercó después a hablarme ni nada”, lamentó la mamá de Lucas. Además, contó también que esta mujer “llevó al auto a que le hagan pericias de noche ya que volvía aparentemente de una fiesta en ese momento del accidente de Lucas”. Acerca del estado en el que se encuentra la causa en la Justicia, dijo que “me costó conseguir que haya testigos que testifiquen”.
Y es que supuestamente saben lo que ha pasado y no quieren hablar, según dijo Verónica, quien sólo cuenta con un abogado de oficio. “Lucas era mi único hijo y me costó mucho levantarme de la cama y empezar a andar”, expresó en alusión a lo que fue el comienzo de la investigación que tuvo que empezar por su propia cuenta debido a que “en esto una como que también tiene que ser detective y policía hasta que empecé a marchar con una familia de Tafí Viejo”.
Se trata de una familia a la que asesinaron a su hijo en la noche de Navidad luego de que lo atropellaran. “Entonces empecé a marchar con ellos y recién ahí me han llamado autoridades de la comisaría para ir a hacer la denuncia, después para ir a fiscalía y para presentarme como querellante”, describió Verónica dando cuenta de la inmensa lucha que viene dando para encontrar justicia por su hijo.
Para colmo, ella describió que “la investigación también se entorpeció a causa de la llegada de la pandemia a principios del 2020 y de un accidente que sufrí”. Cabe mencionar nuevamente que en la causa “apenas hubo alguna que otra notificación a algunas personas identificadas y testigos”. Pero la realidad es que todo está hecho a pulmón. Es por eso que dijo que “es inhumano que una tenga que andar mendigando justicia cuándo a ellos igual se les está pagando”.
En ese sentido, agregó que resulta “lamentable la situación que vivimos. Incluso hubo papás de víctimas de la inseguridad que se han vendido y es algo verdaderamente desilusionarte. Nos habían prometido ayudarnos desde el Estado para apoyarnos y contenernos, pero nada que ver y somos varias familias en el grupo de nosotros”. En esa línea, recordó que “también hay otras familias que ya tuvieron el juicio y la condena que buscaban”.
Pero el problema es que estas familias “ya en la última marcha a tribunales del mes pasado los han llamado con la intención de que no sigan apoyando estas movilizaciones con el argumento de que ellos ya recibieron justicia y que no tenían que ser desagradecidos con los jueces y los fiscales”. Evidentemente, la falta de sensibilidad de parte del Poder Judicial de Tucumán piensa que la gente de a pie les debe algo cuando es su obligación impartir justicia.
Es por ello que Verónica les recordó a estas familias que “no debían olvidarse de quiénes los apoyaron a lo largo de todo este proceso. Pero existió una mano grande que les dijo que se retracten de apoyar está marcha”. Además, hizo hincapié en el hecho de que “no hace falta ser juez ni fiscal ni abogado para darse cuenta de que la mayoría de estos casos se podrían haber evitado porque se trata de tipos que están sueltos”.
En ese marco, recordó que “en el caso de Lucas existe un imputado que tiene 30 contravenciones y denuncias policiales, tiene más de 7 causas en tribunales, entra y sale de la comisaría de Los Pocitos y paga fianza como si nada. Yo si tuviera que pagar una fianza tendría que trabajar meses y meses para hacerlo pero ellos entran y salen y eso es la impunidad y la corrupción”. Es por ello que la marcha de esta tarde “también es un mensaje al gobierno”, señaló.
Y es que expresó que “nunca ninguno salió a atendernos ni han permitido recibirnos. También muchos de ellos se burlan y nos dicen que lo que nosotros hacemos no sirve de nada, pero para nosotros es mucho y es lo que podemos hacer en grupo y siempre de forma pacífica y educada”. Y remarcó, es que “la mayoría de los delincuentes con frondoso prontuario circulan libremente lamentable como también es lamentable lo que vivimos desde el dolor mendigando justicia”.
Para colmo, dijo que “para cuándo hay alguna condena termina resultando una burla y conforma toda una cadena horrorosa”. Acerca de su incansable búsqueda de justicia, Verónica contó que “después de la muerte de Lucas yo quedé muerta en vida y quizás esta búsqueda de justicia junto con otras mamás me hace sentir con la responsabilidad de buscar lo mismo porque a mi hijo se lo merece y se lo merecía”.
Y es que la misión de Verónica también pasa por hablar por otras mamás a las que quizás a veces les falte el aliento y ella tiene que hacerlo por el resto. Es por ello que pidió a la sociedad en su conjunto que la acompañen esta tarde y siempre que exista alguna marcha de este estilo “por Lucas y por varias familias víctimas de la inseguridad, la mala praxis y el femicidio”. Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de un grupo de familias que no conforman una fundación ni partido político ni ninguna personería jurídica”.
“Solo somos un grupo de familias que nos apoyamos y que tienen víctimas aquí en Tucumán”, aclaró sin dejar de mencionar que su legitimidad está justamente en el hecho de que luchan a diario y de forma incansable en búsqueda de justicia. “Estamos convocando a las 18:30 de este miércoles para que la gente vaya con tiempo y a las 19 marchar para terminar con una suelta de globos”, describió Verónica, una mamá que tiene mucho por seguir viviendo con la búsqueda de justicia como faro en medio de la niebla de la impunidad que se cierne cobre Tucumán.