Domingo Acosta Aquino (58) fue en familia a Castelar para concretar la compra de un auto que había visto en Internet. Dos ladrones los esperaban en el punto de encuentro y los recibieron a los balazos. Les robaron 5 millones de pesos y el Ford Focus en el que habían llegado. Su hijo (29) terminó herido, Domingo murió por un tiro en la espalda.
Ángel Yerdeo (25) había pactado con Facundo la entrega de la moto que quería comprar. El vendedor lo citó en una esquina del mendocino barrio de La Favorita. Ángel llevaba en su mochila los 500 mil pesos. Facundo nunca apareció, pero sí dos ladrones que sabían que tenía plata encima. Lo mataron de un tiro para robarle.
En Villa Domínico, partido de Avellaneda, dos oficiales de la Policía bonaerense habían sido citados por el vendedor de un auto para hacer la entrega. También los intentaron asaltar, pero se defendieron a los tiros y mataron al delincuente. En Dock Sud ocurrió algo similar con un policía de la Ciudad, que se defendió a los tiros e hirió a un ladrón.
El jueves pasado, un custodio de María Eugenia Vidal y un amigo sufrieron una emboscada cuando iban a ver un Peugeot 206 en Villa Celina, La Matanza. El policía mató a un ladrón y sus dos cómplices escaparon.
El punto en común de los cinco casos es el mismo: ventas acordadas por Facebook Marketplace, la plataforma de compra-venta que tiene montada la red social de Mark Zuckerberg, un espacio fundamental para miles de emprendedores pero que también es terreno fértil para las estafas.
Si bien los engaños a través de plataformas digitales son una tendencia que está en aumento y se multiplicó desde la pandemia, Marketplace se volvió un punto particularmente propenso a distintos tipos de robos. Clarín realizó un rastrillaje y encontró plataformas de apuestas deportivas, presuntos esquemas piramidales y una batería de ofertas engañosas.
A la par, emprendimientos de todo tipo: muebles a medida, ropa nueva, importada o usada, grupos de compra-venta y un arsenal de usuarios que aprovechan las ventajas de la plataforma para vender productos usados. Todas entrelazadas sin filtro.
Los emprendedores
A diferencia de otros sitios de compras como MercadoLibre, Amazon o las tiendas online, Marketplace no es una plataforma de compra-venta. Funciona como un gran suplemento de avisos clasificados. Cualquier usuario puede publicar los productos que tiene a la venta, establecer un precio y ofrecerlo sin costo alguno.
“Es un espacio pensado para que las personas puedan contactarse y no admite transacciones, por lo que no tenemos opciones de pago y no procesamos pagos”, explican fuentes del sector cercanas a Meta. Para publicar, los usuarios tienen que cumplir las normas comunitarias generales de Facebook.
Julieta (43) es defensora de Marketplace. La utiliza para vender y compra juguetes, ropa, libros, objetos vintage. “Habiendo probado de publicar las mismas cosas ahí y MercadoLibre en simultaneo, es increíble la diferencia en el tiempo de respuesta. En Marketplace el 99% de las veces tenes contacto dentro de las primeras 24 horas. Nunca me paso con ML”, cuenta.
“Primero vendí por ahí porque no tenía comisión y quería probar qué onda. Fue con unos muebles de living. Cuando vi la cantidad de respuestas rápidas que tuvo empecé a probar con otras cosas”, agrega Matías (35), que arrancó a usarlo en varias mudanzas para despachar artículos que ya no tenían lugar. “Hay una gran demanda y eso te permite elegir el mejor postor”, relata.
Uno de los fuertes que tiene la plataforma de Meta son los grupos de compra-venta, páginas multitudinarias que reúnen a veces miles de usuarios bajo un denominador común. Puede ser por zona geográfica, o por interés en un rubro particular, sean generalidades como motos, o hipersegmentados como figuras de colección.
Funcionan como un gran Paseo de compras virtual, donde se comparten todo el tiempo publicaciones y ofertas. Las más destacadas sobresalen del resto. “Al haber grupos específicos por temática, marca o zona ya tienen una clientela fija con llegada. Antes de publicar en cada grupo te indica la cantidad de miembros que posee y podés elegir los grupos de mayor llegada”, dice Julieta.
Laureano (36) depende de esos grupos para vender los muebles de madera rústica que hace en su taller, un emprendimiento que arrancó hace pocos meses. Si bien publica en MercadoLibre y postea en Instagram, Marketplace es el punto por donde más vende.
“Es medio jodido a veces para que te tengan confianza. Cuesta. Pero la gente busca muchísimo por Marketplace. Mayormente laburo sin seña o con una simbólica para que se comprometa el cliente. MercadoLibre ya cerrás ahí, pero te depositan recién a los ocho días, es más difícil”, cuenta.
En MercadoLibre, por ejemplo, el vendedor se tiene que registrar, presentar el DNI y establecer un precio competitivo: La plataforma puede dar de baja un producto con un valor demasiado bajo puesto para atraer al usuario. Además deberá competir con otros vendedores que tengan mejor puntaje y referencias, lo que se vuelve una barrera de entrada muy alta.
En Marketplace hace falta tener solamente una cuenta de Facebook. Incluso se suele publicar artículos como celulares o bicicletas con el precio simbólico de $ 1 o menos para atraer más visitas. El precio real luego se coordina en el encuentro cara a cara.
Laureano cuenta algunas técnicas que fue agarrando con la práctica, como publicar a determinados horarios, compartir en grupos de compraventa o ir eliminando y volviendo a republicar. Mientras más preguntan, más arriba se mantiene la publicación. Si avanza, pasa a WhatsApp.
Aun así sufrió una estafa con una usuaria que le encargó un mueble para un local de comida. Estuvieron charlando casi un mes. El día que fue a llevarlo, el local no existía.
Los estafadores
Las metodologías para el crimen se multiplican. En el penal de Sierra Chica, en Olavarría, desbarataron una banda que realizaba estafas en la plataforma simulando alquilar gazebos. En Chaco, un preso decía vender cuatriciclos. En Berazategui, encontraron a un joven que usaba Marketplace para vender rápido bienes robados. En Wilde, eran motos. Este último caso fue particular. La dueña de una Zanella robada la encontró navegando con su celular y realizó la denuncia. La policía encontró un desarmadero.
Mercedes (29), por ejemplo, publicó en la plataforma un iPhone usado que quería vender. De las varias respuestas que recibió, empezó a charlar con un usuario que se mostró muy interesado. Se fijó en su perfil y parecía todo normal, varias fotos en lugares distintos, activo desde hace tiempo. Dijo que lo necesitaba urgente. Como era de Zárate, él acordó mandarle un remís para retirarlo.
A las pocas horas le envió el comprobante de una transferencia a su CBU y le dijo que ya estaba el auto en la puerta de su trabajo, en Constitución. Pero la plata no se había acreditado. El comprador comenzó a apurarla por teléfono, amenazaba con denunciarla y el coche en la puerta le tocaba bocina. Cuando Mercedes dijo que llamaría a la Policía, se fue. Al rato confirmó que el comprobante del pago había sido hecho con el editor de fotos de Instagram. Así de fácil.
De la otra vereda, Matías había acordado la compra de un celular a través de Marketplace. Lo citaron en el departamento de un edificio céntrico. Parecía todo legal. Le abrieron la puerta, subió al ascensor pero no llegó a bajar: ahí mismo le dieron un golpe en la cabeza y quedó noqueado. Los ladrones se llevaron la plata que tenía para comprar el teléfono y el celular viejo.
Según datos de un estudio del sitio ThinkMoney citados por ESET (una firma especializada en detección de amenazas online), uno de cada 6 participantes dijo haber sido estafado en Facebook Marketplace.
“Aunque han tomado medidas para mejorar la seguridad y es relativamente estricto cuando se trata de vigilar el contenido que aparece en su plataforma, los ciberdelincuentes siguen siendo creativos e ingeniosos”, explica Sol González, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
“Las campañas de estafas que realizan los cibercriminales son cada vez más sofisticadas y profesionales, ya que se ha mejorada la capacidad para poder ser más convincentes a la hora de establecer el contacto con la potencial víctima”, agrega.
De las estafas al drama de la inseguridad
Pero más allá de los cuento del tío clásicos, en el último tiempo se vienen multiplicando los casos de robos violentos que nacen a partir de la plataforma, especialmente en la compra de vehículos. Son emboscadas, donde los ladrones aprovechan que el usuario asiste con el dinero en efectivo para concretar la compra. Los cuatro casos del comienzo de la nota son solamente de los últimos cuatro meses de 2023.
El último denunciado ocurrió la semana pasada, cuando cuatro delincuentes le robaron a punta de pistola 87 mil pesos a un hombre en Avellaneda, al que habían citado para venderle una moto. Este caso sí salió bien: la víctima llegó a contactar al 911 y pudieron recuperar la plata.
Cómo cuidarse de las estafas
Desde Meta reconocen el aumento de los casos y comenzaron a tomar medidas para advertir a los usuarios de posibles robos. Son alertas que se muestran en las publicaciones dentro de las siguientes categorías: Vehículos, Alquiler de propiedades, Electrónica y Viviendas en venta. También, se despliegan en las conversaciones que los usuarios tengan con los vendedores vía Messenger.
Pero además elaboraron una serie de recomendaciones para evitar las estafas dentro de la plataforma.
–Comprobar bien las ofertas que parezcan demasiado buenas para ser ciertas. Los estafadores suelen poner artículos a precios muy bajos para atraer y engañar a compradores. La excusa suele ser la necesidad de sacárselos de encima por una urgencia económica.
–No enviar depósitos para artículos de gran valor (por ejemplo, para departamentos, autos, etc.) sin confirmar primero que son auténticos. Siempre que sea posible, intentar confirmar la existencia y la propiedad (por ejemplo, la documentación de un coche) de los artículos en persona o mediante un chat de vídeo antes de enviar los pagos.
-Al comprar en persona, antes de completar la transacción, asegurarse de examinar los artículos detenidamente para comprobar si son auténticos, si están en el estado que se espera, si funcionan.
-Establecer un plan de reunión y compartirlo: el mismo debe incluir la ubicación, la hora y la fecha en la que se encuentra con el vendedor, Compartirlo con amigos o familiares para hacerles saber a dónde es el encuentro.
-Preferencias de reunión: al publicar un objeto a la venta en Marketplace, los vendedores pueden aclarar al comprador cómo prefieren concretar la venta. Además de la opción de un encuentro en persona, también se puede proponer realizar el retiro/entrega en la puerta, para minimizar las interacciones en persona.
-Perfil de la persona: Se recomienda obtener más información sobre la persona a la que le están comprando o vendiendo. Se puede buscar el perfil en la página del anuncio del producto para ver amigos en común y su actividad en Marketplace.