El llamado al 911 entró cerca de las 2 de la madrugada del martes. La que hablaba era Rosa del Milagro Sulca, una maestra de 48 años de la provincia de Salta. “Me están matando“, gritaba desesperada. Pero su urgencia se perdió en la falta de respuestas. Habían pasado 16 horas cuando finalmente la encontraron, y ya estaba muerta.
El primer obstáculo fue la voz de otra mujer que interrumpió su pedido de ayuda y, haciéndose pasar por su sobrina, intentó que el operador desestimara la llamada sugiriendo problemas psiquiátricos. Aún así, un patrullero se acercó al domicilio de la docente: tocaron a la puerta y como nadie respondió, se fueron de la escena del crimen.
Sulca fue asesinada de 17 puñaladas. Tanta saña, para los investigadores, fue para robarle. El asesinato ya tiene cuatro detenidos. Los primeros en caer fueron una adolescente de 17 años y un varón de 19, que en las próximas horas serán imputados por el delito de homicidio criminis causa, con alevosía. Anoche, detuvieron a los dos policías que estuvieron en la casa de la víctima y se retiraron sin intervenir.
En diálogo con El Tribuno, una vecina de Sulca sostuvo que la maestra “había denunciado en la comisaría que varias veces habían entrado a robarle y los policías no hicieron nada para prevenir semejante tormento que terminó sufriendo”.
“Dios quiera que se haga justicia, mataron a una mujer inocente que había alertado en más de una oportunidad que la querían matar”, agregó la mujer. Más tarde, los vecinos protestaron de manera pacífica frente a la dependencia policial, con barbijos y cacerolas, para pedir mayor seguridad.