El escenario político provincial quedó sacudido por la designación de Juan Manzur como Jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, casi dos semanas después del triunfo de Lealtad Peronista sobre Todos por Tucumán en la interna del Frente de Todos en las PASO. Y es que esto se debe al hecho de que lo anteriormente mencionado dejó a Osvaldo Jaldo a cargo del Poder Ejecutivo, algo impensado luego de conocerse el resultado de los comicios.
En ese sentido, los dirigentes que responden a ambos bandos todavía se acomodan con resquemores al nuevo escenario local, luego de que se enfrentaran en la interna peronista, teniendo en cuenta que no estaba en los planes de nadie lo que terminó aconteciendo luego de la tremenda e histórica paliza electoral que sufrió el peronismo a nivel nacional, con las consecuencias políticas que tuvieron lugar en Tucumán.
Si para muestra basta un botón, cabe recordar que, por ejemplo, la interna entre Manzur y Jaldo le valió al ex legislador y apoderado del Partido Justicialista, Marcelo Caponio, su salida de la Unidad Ejecutora Norte Grande; luego, encontró cobijo como adjunto en la Defensoría del Pueblo y ahora regresó de la mano del ahora gobernador interino Osvaldo Jaldo a Casa de Gobierno.
En esa línea, Marcelo Caponio pareció más conciliador cuando destacó que Jaldo ratificó a los ministros del Ejecutivo, y aclaró que “la intención de Jaldo es que el gobierno continúe y los ministros pongan lo mejor de sí”. Sin embargo, acerca de las elecciones, ratificó que “nadie perdió” en nuestra provincia, y, redoblando la apuesta, auguró que Jaldo “será gobernador en 2023”.
Por su parte, Gerónimo Vargas Aignasse es uno de los legisladores más cercanos a Manzur, y, contrario a Caponio, opinó que “es una situación difícil de procesar, haber ganado una elección por una diferencia importante, que se fuera un gobernador y asume otro, que derrotamos contundentemente en una interna fue muy fuerte. Pero vamos procesando, buscando no afectar la gobernabilidad”.
Sobre la tregua que afianzó a Jaldo en Casa de Gobierno y al legislador Sergio Mansilla a cargo del Poder Legislativo, analizó que “es lo que correspondía, que cada espacio mantenga cada uno de los poderes con ciertas normas de convivencia. Buscando armonía. Nosotros tenemos nuestro propio espacio y vamos a apuntalar la gestión a nivel provincial y nacional”. De todos modos, pronto volvió a la carga.
Y es que manifestó que “veo muchas caras de perdedores que entraron a Casa de Gobierno como si hubieran ganado. Pero no empecemos a hablar de cambios con gente que le fue muy mal en la elección. Queremos que se respete nuestro espacio político”, advirtió al jaldismo. Pero, además, redobló la apuesta. Esto se debe a que insistió en la falta de legitimidad política para que el espacio derrotado ocupe hoy la gobernación.
“Hay una enorme injusticia porque se rompió una regla natural que es el que gana conduce y el que pierde acompaña. Y hoy quién perdió conduce”, lamentó Gerónimo Vargas Aignasse. La realidad es que las tensiones se encuentran a flor de piel entre el manzurismo y el jaldismo y está claro que, al menos de aquí a las elecciones de noviembre, estarán unidos más por el espanto que por el amor.