Murió Germán Moldes, uno de los fiscales más poderosos de Comodoro Py que investigó causas de corrupción K y lideró el pedido de justicia por la muerte de su colega Alberto Nisman.
Moldes tenía 77 años y se había jubilado en 2019, luego de haber estado de licencia durante varias semanas por un problema de salud. En septiembre de aquel año se había realizado una intervención en el Sanatorio la Trinidad de Palermo por una obstrucción en la carótida.
El funcionario judicial tuvo, durante años, una fuerte influencia sobre el resto de los fiscales. Como único fiscal ante la Cámara Federal de Casación, le correspondía decidir si mantenía o desistía las apelaciones de los fiscales de primera instancia contra los fallos de los doce jueces de Comodoro Py.
Nombrado fiscal durante la presidencia de Carlos Menem, también había sido secretario de Población de José Luis Manzano en el Ministerio del Interior. Volvió al Poder Judicial en 1994, cuando lo nombraron fiscal ante los Tribunales Orales en lo Penal Económico de la Ciudad de Buenos Aires.
En mayo del 95 fue designado al cargo del que se jubiló en 2019. Llegó en reemplazo de Gustavo Hornos, quien había sido ascendido a camarista de Casación. En su oficina tenía una leyenda que decía: “Quédese tranquilo que no entré por concurso”.
El funcionario judicial participó activamente de las marchas en favor del esclarecimiento de la muerte de Alberto Nisman, el 18 de enero de 2015 en el baño del departamento de Puerto Madero.
Moldes fue un personaje clave días después de que apareciera sin vida Alberto Nisman: fue el letrado que se pidió la reapertura de su investigación, que había sido cerrada en primera instancia por el juez Daniel Rafecas.
“Tuvimos una sospecha de que esto podía ocurrir, por el grado de desesperación que cundía entre los denunciados por Nisman para que la causa no se investigara”, dijo en aquel momento, tras la detención de Carlos Zannini, Héctor Timerman, Luis D’Elía y Yussuf Khalil.
En los últimos años, Moldes fue uno de los que pidió detener a Cristina Kirchner por los “cuadernos de las coimas”. Varias veces hizo pública su opinión y sostuvo que si el Senado le quitaba los fueros, debía ser “detenida de inmediato como jefa de una asociación ilícita”.
En 2018 presentó un durísimo dictamen que sorprendió a buena parte de Comodoro Py por su cruda definición sobre las irregularidades que investiga del kirchnerismo. “No fue magia, fue corrupción”, lanzó parafraseando a Cristina Kirchner.
En aquel documento, el fiscal detalló cómo era el entramado de negocios de la familia Kirchner con el empresario patagónico Lázaro Báez por más de 46 mil millones de pesos. “Se hace difícil para el ciudadano común comprender la cuantificación del robo”, empezó.
Un año después, pidió que le coloquen a Amado Boudou una tobillera electrónica mientras el exvicepresidente era investigado en las causas que lo acusaban de enriquecimiento ilícito como el Caso CIccone.