Opinión. “Lo que nos dejó la semana“
En la semana que pasó para ya no volver más, quedó claro que Cristina Kirchner motoriza con fuerza la eliminación de las PASO. Hay una ley vigente para las elecciones primarias abiertas que impulsó Néstor Kirchner, pero ella, prefiere la trampa. Cambiar las reglas cuando falta tan poco para que el pueblo argentino decida en las urnas, es un verdadero atropello institucional que no se debe permitir.
En ese marco, cabe preguntarse entonces: ¿Qué la motiva a Cristina Kirchner? Es una jugada tenebrosa a dos bandas. Primero, porque sabe que así, le hace mucho daño a la oposición que necesita como el aire ese mecanismo transparente para elegir a sus candidatos. Segundo, porque de esa manera, Cristina Kirchner mantiene la lapicera que arma todas las listas de candidatos del país.
Por eso la apoya en forma incondicional su guardia de hierro, que es La Cámpora. El Cuervo Larroque hace unos días y el mismo jueves de la semana que se fue para jamás retornar, Wado de Pedro salieron a bancar ese intento anti democrático. Una vez más se quieren quedar con todo. Con las cajas millonarias que manejan ahora y con los principales lugares a nivel nacional, provincial y municipal. Aquel “Vamos por todo”, está más vigente que nunca.
Esta vez Cristina Kirchner no se juega solamente el poder y el dinero que implica seguir en el gobierno. Esta vez se juega su libertad ambulatoria. Sabe que, si el cristinismo sale debilitado de las urnas, aumentan las posibilidades de que vaya presa, condenada por la descomunal cleptocracia que lideró. Cristina Kirchner y el Cartel de los Pingüinos Millonarios, van a mover cielo y tierra para conseguirlo.
Y también algunos millones de razones para convencer a los diputados más remisos. Pero no le será fácil lograr el número en diputados. Simplemente porque el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y la CGT de Héctor Daer juegan con Alberto Fernández. No los une el amor, los une el espanto de saber que, si no hay elecciones primarias, se quedarán afuera de todo y no podrán mojar ni el pancito en la sopa.
Alberto Fernández lo dijo tibiamente, pero lo dijo: “No hay que tergiversar los procesos electorales. Las PASO son el mejor camino para definir candidaturas”. En ese sentido, un histórico dirigente sindical ferroviario como Omar Maturano confesó lo que piensan muchos. Dijo que el kirchnerismo invadió al peronismo, y que la CGT va a defender la realización de las PASO.
No se bancan más que “ellos armen las listas para poner a sus familiares”. “Ellos”, son Cristina y Máximo. Maturano declaró que el peronismo está cerrado y roto y amenazó con armar un partido laborista propio e incluso con acercarse al peronismo republicano de Miguel Pichetto. Insisto. De Pedro dijo que “están tratando de convencer al presidente” para que apoye el proyecto de voltear las PASO”.
Es por ello que cabe preguntarse: ¿Lo lograrán? Hasta ahora, Alberto Fernández se arrodilló siempre, obsecuente ante todas las exigencias de Cristina. Pero ahora se juega su propio futuro. Veremos. Mario Negri, el presidente del bloque de diputados del radicalismo, lo dijo por las redes: “Saben que se viene una paliza en las urnas y reaccionan yendo contra los derechos de los ciudadanos. Tienen miedo a la voz del pueblo. Lucharemos para defender la democracia”.
Desde Tucumán Despierta les recordamos que las PASO fueron aprobadas el 2 de diciembre del 2009 bajo la presidencia de Cristina. En ese momento les convenía la norma a la que llamaron pomposamente, como de costumbre: “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”. Podríamos decir que como ahora no les conviene, no quieren democratizar la representación política, ni apostar a la transparencia ni a la equidad.
Nuestra humilde opinión es que las PASO son muy útiles para que sean los ciudadanos y no las roscas de cúpula partidaria las que elijan los candidatos. Y que ayuda a la renovación de los partidos. Siempre el voto de la gente le da mayor legitimidad a cualquier acto democrático. La emboscada que el gobierno está preparando es cambiar las reglas del juego de las elecciones ahora, en pleno mundial, a menos de un año de que los argentinos elijamos nuevas autoridades.
Si alguien dice que son muy caras las primarias o cuestionan sus objetivos, es correcto que se debata, pero no para esta elección del 2023 que va a ser una de las más trascendentes de la historia de la democracia. Se elegirá entre República o Autocracia. ¿Se entiende? Si los legisladores quieren aprobar otra ley que derogue las PASO, lo deberían hacer para las elecciones parlamentarias del 2025.
Cambiar el formato del comicio tan cerca de la fecha es un traje a medida del gobierno nacional, el peor desde el retorno de la democracia. Sería una malversación, una estafa antidemocrática. Pero no se descarta que Cristina Kirchner y su tropa lo aprueben entre gallos y medianoche. Si se escudan en los costos habría que decirles que también se oponen a la Boleta Única de Papel que bajaría notablemente los gastos.
Y si están tan preocupados por ahorrar, que hagan todas las elecciones el mismo día. Y eso sería un gran ahorro. Pero son excusas. Son especialistas en ignorar los reglamentos, los estatutos y los códigos. Avanzan a paso redoblado y a tambor batiente. Usan y abusan de todos los recursos. De hecho, en la cuna del ladri progresismo K, en Santa Cruz modificaron en 29 ocasiones los mecanismos electorales.
¿Escuchó bien querido lector de este medio? Cambiaron 29 veces las reglas del juego. Elecciones primarias si y elecciones primarias, no. Ley de lemas si y ley de lemas, no. Lista completa, diputado por el pueblo o uninominal. Siempre para su propia conveniencia y para quedarse eternamente en el poder, como lo lograron. Desde que los Kirchner llegaron al gobierno provincial con Néstor como gobernador, nunca perdieron una elección.
Tienen recontra mayoría en la legislatura y dominan el Superior Tribunal de Justicia. Hacen lo que quieren y se acabó. A llorar al campito. Es por ello que Mahatma Ghandi dijo que “mañana, tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así, porque no nos animamos a pelear”.
En definitiva, lo que quedó más que claro en la semana que se esfumó para jamás retornar, fue el hecho de que los regímenes autoritarios y feudales son así. Son totalitarios. Quieren la suma del poder público. Violan la ley y aman la trampa. Y eso es el peronismo ahora que el Frente de Todos lo encarna y desde que el kirchnerismo se convirtió en la tragedia política del siglo XXI.
El que avisa, no traiciona.