Visto y considerando que la tan mentada reforma judicial está trabada en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo se prepara para dar un golpe maestro en favor de la impunidad. Y es que ayer elaboró un dictamen que reduce la mayoría necesaria para designar al procurador, de dos tercios a mayoría absoluta, pese a que Daniel Rafecas, el candidato que propuso Alberto Fernández, ya avisó que no aceptará el cargo si se flexibilizan los requisitos para la elección.
Y es que el kirchnerismo, verdaderamente se propone ir por todo e intentará colocar en ese puesto, nada menos que el del jefe de todos los fiscales del país, a algún títere que ordene qué causas investigar y cuáles desestimar. Las suspicacias apuntan al hecho de que claramente serán las causas que involucran a Cristina Kirchner y a su entorno, las que busca el oficialismo desactivar y así garantizar la impunidad de su jefa.
Tan apurado está el oficialismo en lograr esto que se calcula que la semana que viene ya se tratará en el pleno de la Cámara de Senadores, la cual controla a su voluntad la propia Cristina Kirchner. Pero además, la intención del kirchnerismo, es que el mandato del procurador deje de ser vitalicio como ahora, sino que pretende que dure cinco años. La impotencia del oficialismo se vio reflejada luego de no contar con los dos tercios para aprobar al Procurador.
Ni lerdo ni perezoso, entonces, el kirchnerismo modificará la ley para salirse con la suya. Lo importante también es aumentar el control de la comisión Bicameral del Ministerio Público del Congreso sobre el trabajo del Procurador. Y es que no será más que una especie de secretario que, en lugar de velar por buscar justicia, terminará haciendo lo que el Gobierno quiera y, sobre todo, lo que Cristina Kirchner quiera.
Y es que este proyecto transforma al Procurador General, en un empleado del Poder Ejecutivo. Pasa a ser el Procurador de una fracción política. Los senadores deberían pensar antes en las instituciones que en la coyuntura, porque el hecho de no poder nombrar un procurador debido a que no se logra el consenso necesario, no puede justificar el hecho de desnaturalizar una institución constitucional.
¿Hasta dónde más piensa llegar el kirchnerismo en su afán de lograr impunidad? Tal parece que no tiene límite la misión de volver mejores, sí, pero mejores para intentar llevar a cabo aquello que no pudieron durante el transcurso de los dos gobiernos de Cristina Kirchner. Es un momento de oscuridad para el horizonte institucional, salvo que surja una fuerza capaz de enfrentar la voracidad de poder de la coalición gobernante.
Y esa fuerza sólo la puede constituir el pueblo, que mediante numerosas movilizaciones logró generar un clima de época, que prometía ponerle un límite al poder y al avasallamiento de las libertades individuales y colectivas. Sin embargo, deberá pensar otro tipo de accionar, debido a que está visto que el oficialismo, no cambiará de parecer por más que la sociedad salga a las calles una y otra vez.