Juan Jesús Piero Pinna, empresario y rugbier tucumano de 34 años, acusado de asesinar este último fin de semana al empresario Maximiliano Rihl (44 años) en Mar del Plata, se entregó ayer lunes por la noche a la Policía de Tucumán. El ex jugador de Lince, era intensamente buscado por las fuerzas policiales y la Justicia marplatense.
Fue identificado por asistentes a la fiesta en donde tuvo lugar el trágico hecho como el autor de los disparos que terminaron con la vida de la víctima. Testigos aseguran que huyó del lugar a bordo de un Toyota Corolla junto a Romina Ulloa, hija de Rudy Ulloa, ex chofer del ex presidente Néstor Kirchner.
Las Justicia había perdido el rastro del tucumano en la madrugada, cuando fue detectado por cámaras de seguridad de la ciudad hasta el centro de la misma, donde finalmente se perdió el rastro. Piero Pinna está acusado de acribillar y asesinar a Maximiliano Rihl y de herir a otro hombre identificado como Ariel Núñez (49 años).
A quien le habría causado una lesión en uno de sus tobillos por causas que aún no fueron determinadas. Los peritos que investigaron el salón de fiestas Horizonte, donde tuvo lugar la fiesta, recogieron nueve vainas servidas de un arma 9 milímetros, que habría usado el acusado luego de extraerla de su propio vehículo.
La fiesta había sido organizada por Mauricio Ríos, otro empresario, que esa noche festejaba sus 51 años. Había niños y peloteros al momento del crimen. En horas de la tarde de este lunes, aparecieron una foto en el que se puede ver a Pinna abrazado al anfitrión. También se conoció un video de éste último, momentos antes de que ocurra la tragedia que terminó con la vida de Rihl en ese mismo lugar.
La investigación está en manos de la fiscal marplatense Florencia Salas. En sus primeras versiones, la letrada señala que se habría producido una pelea entre Pinna y Núñez, en donde el segundo habría resultado con uno de sus tobillos fracturados. Tras este altercado, el tucumano se habría retirado camino a su vehículo seguido por Rihl –la víctima-.
Quien se le habría acercado con intenciones de calmar los ánimos. Siempre según el relato de por lo menos 20 testigos –testimonios que ya fueron ingresados en la causa-, el rugbista sacó un arma 9 milímetros del vehículo y disparó cuatro veces a quemarropa en contra del anfitrión de la fiesta y sin mediar ningún tipo de palabra previa.