El equipo económico encarará en los próximos días dos misiones clave para tratar de aliviar la situación financiera. El ministro Sergio Massa viajará este miércoles a la India para participar del encuentro de ministros de Finanzas del G20, mientras otros funcionarios irán a Washington para reunirse con los representantes del FMI.
En el encuentro del G20 se analizarán la desaceleración de la economía mundial y el mayor endeudamiento de los países en desarrollo. En ese marco, el jefe del Palacio de Hacienda mantendrá bilaterales con varios pares, entre ellos Fernando Haddad, de Brasil, con quien tiene pendiente avanzar en un mecanismo para financiar importaciones.
Massa ya se reunió la semana pasada con el embajador de India, Dinesh Bhatia, para ampliar las exportaciones al gigante asiático- quinto socio comercial de Argentina- e impulsar el uso de monedas locales en el comercio bilateral. También conversaron sobre la cumbre del G20, que será presidida por el gobierno indio con foco en un alivio financiero a los países más endeudados por los principales acreedores, incluido el Club de París.
El resto del equipo económico, encabezado por Gabriel Rubinstein y Leonardo Madcur, viajará a Washington para reunirse el viernes con la misión del FMI. Buscan la aprobación del organismo de las metas pactadas, las cuales serán tratadas por el directorio del FMI a fines de marzo. El Gobierno necesita destrabar el desembolso de US$ 5.300 millones para hacer frente al pago de US$ 2.700 millones que vencen el 21y 22 de marzo
Las negociaciones empezaron hace más de una semana con la visita de una misión técnica a Buenos Aires, donde el Ministerio de Economía mostró el “sobrecumplimiento” de las metas del tercer trimestre de 2022. En ese período, el déficit primario se redujo al 2,4% del PBI (sin incluir intereses de deuda) postergando pagos de gastos y las reservas netas sumaron US$ 5.000 millones con la ayuda de un nuevo dólar soja y fuertes restricciones a las importaciones.
El capítulo más complicado de la cuarta revisión del Fondo será la hoja de ruta del 2023, un itinerario que comenzó con cortocircuitos por las presiones oficiales para flexibilizar las exigencias del organismo ante el impacto de la sequía y la guerra. El equipo de Massa buscaría un perdón o “waiver” en medio de la sangría imparable de reservas, la aceleración de la inflación y las señales de estancamiento en la actividad en un año electoral.
“El Fondo lo que está planteando es que discutamos con honestidad cuál es el impacto con la sequía. Vemos con inteligencia por parte del staff técnico empezar a ver cuál es el impacto de la sequía, pero también somos conscientes de que nosotros tenemos que hacer más esfuerzo que otros”, dijo Massa el sábado en una entrevista con CNN en la que aseguró que el acuerdo con el organismo es cumplible. “Sí, claro, sí, sí”, sostuvo.
De esa manera, Massa se diferenció de Máximo Kirchner, quien a fines de enero advirtió que la ruta de vencimientos es “impagable” e insistió en renegociar el acuerdo por las consecuencias del conflicto bélico. “La sequía, los pagos netos al FMI, los mayores vencimientos por la deuda reestructurada y la dolarización típica de un año electoral pondrán mayor presión sobre las reservas”, señaló el Centro de Estudios Scalabrini Ortíz (CESO).
En lo que va del año, el Banco Central vendió más de US$ 1.000 millones en el mercado de cambios. El ministro todavía no pudo cerrar un crédito garantizado con títulos con bancos extranjeros por US$ 1.000 millones, una operación que se complicó por la fuerte caída de los bonos argentinos en moneda extranjera. Y recibió la reprobación del organismo sobre la recompra de deuda en dólares con reservas iniciada a mediados de enero.