La exuberancia del sistema de recaudación de coimas revelado en la causa de los cuadernos sigue comprobándose a través de nuevos detalles. En una declaración espontánea formalizada a través de un manuscrito de diez páginas entregado por el chofer Oscar Centeno al juez Bonadio, el arrepentido ex conductor cuenta que su jefe Roberto Baratta mantenía informado a Néstor Kirchner sobre el avance de los negocios ilegales con mensajes en clave.
“De parte de Pescarmona, 173 litros EE.UU., de transporte, 650 litros EE.UU y de Atucha, 165 litros Europa”, enumeraba Baratta por teléfono a su jefe, según escribió ahora Centeno. En su declaración no hay interpretaciones ni detalles sobre ese código, pero no sería extravagante suponer que los “litros” podrían ser “miles”, que “EE.UU” sería el sinónimo de “dólares”, y “Europa” de “euros”. Por supuesto, esa posible lectura sólo se asocia al contenido de los bolsos que el Toyota de Centeno iba recogiendo y entregando por toda la ciudad día tras día.
“Me siento orgulloso de haber enfrentado el riesgo de seguir escribiendo hasta el final de la gestión kirchnerista, y que los cuadernos hayan sido de utilidad para el esclarecimiento de los hechos que se investigan en la presente causa de corrupción más grande de los últimos tiempos”, reflexiona el chofer en el comienzo de su escrito, cuyo contenido completo fue publicado por el diario La Nación.
El pintoresco mensaje sobre los “litros” recogidos “de parte” de distintas empresas habría sido formulado por Baratta el 20 de abril de 2010, “En mi declaración oficial digo que Rodríguez era el contacto para ir a Olivos, lo rectifico por Gutiérrez. También se comunicaba con Tatú, no se si es la misma persona. Por ejemplo, el 22/04/2010 (está anotado) a las 20.15, yendo el licenciado Baratta a su departamento, recibe un llamado de Tatú para comunicarlo con el Dr. Kirchner, el cual el Dr. le pregunta al licenciado (sic) cuánto había recolectado, este le dice en clave: “De parte de Pescarmona, 173 litros EE.UU., de transporte, 650 litros EE.UU y de Atucha, 165 litros Europa”, detalló Centeno.
El chofer también repasó cómo fue contratado por el ministerio de Planificación a través de una agencia, repitió que el trato recibido por su jefe era “distante y soberbio de su parte, se enojaba por simples cosas”, y que en alguna ocasión Baratta hasta habría manifestado su ira con golpes a su auto. Su enojo con él también se refleja en un supuesto pedido de dinero para cambiar el coche que Baratta habría rechazado: “de dónde querés que lo saque, no tengo”, consignó Centeno en su declaración.
Más allá de la utilidad que estos nuevos detalles puedan o no tener para la investigación, ratifican la intención de Centeno de colaborar con el caso, y la libertad con que mantiene su decisión de hacerlo. “Desde el lugar donde me encuentro privado de cierta libertad -como imputado colaborador es custodiado por personal asignado por el ministerio de Justicia- y por consecuencia de esta gente queorganizaron un grupo para desvalijar las arcas del país, aprovechando y usando el cargo que ejercían como funcionarios de la Nación, para delinquir lo más que pudieron, ahora por todo lo que leí y veo a veces en las noticias, me doy cuenta de la magnitud de los hechos. Siempre a derecho”, concluye el chofer.