La automotriz Toyota no trabajó el martes, día feriado, pese a que tenía todo dispuesto en su fábrica de Zárate para producir unas 600 unidades de su pick up Hilux y la todo terreno SW4.
Aun así no consiguió convocar la cantidad necesaria de operarios. ¿El motivo?
El zarpazo del Estado: la mayoría de los 5.000 empleados de la empresa hoy ganan un salario que los pone entre los que pagan mayor porcentaje del Impuesto a las Ganancias dentro de la denominada “cuarta categoría”.
De modo que las ocho horas extra que hubieran podido percibir les hubieran sido descontadas de su recibo de sueldo a cuenta de la AFIP.
La noticia, que había sido adelantada en el diario Ambito Financiero, fue parcialmente confirmada en Toyota. “No podemos afirmar que fue por un tema de ingresos, también puede haber sido porque los operarios ya habían hecho sus planes para el fin de semana largo”, dijeron voceros de la automotriz. “Pero lo concreto es que no se pudo convocar a la cantidad necesaria de operarios para poder producir a dos turnos en un día feriado”.
En Toyota, actualmente, el salario bruto (antes de las deducciones) de la categoría más representativa de los 5.000 operarios es de 156.000 pesos, sin horas extras, pero con los plus de antiguedad, presentismo y productividad.
La segunda categoría más poblada tiene un salario bruto de 148.000 pesos.
Dos semanas atrás el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, presentó un proyecto de ley para modificar el Impuesto a las Ganancias, con una nueva escala donde sólo deberían pagar quienes perciban salarios brutos mayores a $150.000 por mes. “Si ese es el proyecto, igual nuestros operarios no serían alcanzados por el beneficio, porque la mayor parte gana más que eso”, dijeron fuentes de otra automotriz local. “La cuestión de fondo es cómo irán gravando las escalas del impuesto, porque hoy el Estado se está quedando con un porcentaje que desalienta cualquier jornada extra”.
Dentro del Sindicato de Mecánicos (Smata), con buena llegada al Poder Ejecutivo, no confirmaron ni desmintieron los motivos de esa situación que no fue una huelga, pero que de todas maneras terminó paralizando un día de producción. Fuentes del sector aseguraron que el titular del gremio, Ricardo Pignanelli, está presionando para que se pueda hacer una exención al pago del impuesto a las Ganancias una vez que los operarios superen una determinada cantidad de horas trabajadas en el mes.
Las fuentes mencionaron como línea divisoria las 200 horas por mes, que equivaldrían a 22 jornadas de ocho horas e incluso varias horas extra que seguirían siendo alcanzadas por el Impuesto a las Ganancias. Pero pasado ese límite, según las fuentes del sector, el reclamo de Pignanelli sería que sus afiliados puedan percibir las horas extra en sus bolsillos.
En los hecho, el Estado ayer se perdió de recaudar mucho más que ese “plus” que le hubiera quedado por Ganancias.
Tomando un precio de exportación (FOB) de 25.000 dólares por pick up, ayer se dejaron de hacer 400 pick ups para exportar a Brasil y otros 20 destinos de la región que compran las Hilux y SW4 hechas en Zárate (65% de la producción). En otras palabras, ayer la Argentina se perdió de exportar un millón de dólares en vehículos.
Tampoco se fabricaron otras 200 pick ups que hubieran ido al mercado interno, a través de la red de concesionarias oficiales de Toyota. Con precios al público que oscilan entre 2,3 y 5 millones de pesos, esas 200 pick ups hubieran representado un ingreso en impuestos de aproximadamente 400 millones de pesos (59% del precio de un vehículo cero kilómetro en la Argentina son impuestos).