“Mientras continúo mi trabajo para limpiar mi nombre, he decidido que es en el mejor interés de LA Opera (nombre oficial de la Ópera de Los Ángeles) que dimita como su director general y que deje mis actuaciones futuras”, sorprendió ayer Plácido Domingo, en un comunicado vía Twitter, replicado a través de los principales medios mundiales.
El tenor español renunció a la dirección general de LA Opera, que ejercía desde 2003, tras la polémica generada por las acusaciones de abuso sexual en su contra. En agosto una investigación periodística de AP reveló 20 acusaciones de presunto acoso y abuso sexual.
“Recientes acusaciones que han sido hechas en contra de mí en la prensa han creado una atmósfera en la que mi habilidad para servir a esta compañía que tanto amo ha sido comprometida”, explicó.
La renuncia de Domingo se aspecta como el final de la carrera del tenor en Estados Unidos, dado que la Ópera de San Francisco y la Filarmónica de Filadelfia ya habían suspendido sus presentaciones, y el sindicato mayoritario de trabajadores de la música estadounidense también investiga las denuncias. Además, hace una semana el tenor se retiró de la Met Ópera de Nueva York, un día antes del estreno de “Macbeth”, que él iba a protagonizar.
Mientras tanto en Europa, Domingo (una de las grandes figuras de la música clásica de todos los tiempos) recibe la solidaridad de artistas y de teatros como el Real de Madrid y el Palau de les Arts de Valencia, que mantienen sus actuaciones previstas.