Un episodio de particular salvajismo ocurrió a comienzos de la noche del martes en medio de un procedimiento policial en José C. Paz. Allí, un delincuente le arrojó una granada a un efectivo de la Policía Bonaerense.
El hecho ocurrió en el cruce de las calles Quirós y Quito, en medio de un operativo a cargo de la Sub DDI de José C. Paz. Las esquirlas de la granada hirieron a un teniente primero, identificado como Marcelo Montenegro, que debió ser llevado al Hospital Mercante.
Luego de la explosión, los otros efectivos detuvieron al acusado, Cristian Raúl Villafañe, de 32 años, quien contaba con antecedentes penales por los delitos de “tenencia ilegal de armas de fuego y encubrimiento agravado”.
La granada estalló y lesionó el cuello de Montenegro, que fue trasladado al hospital Mercante y se encuentra fuera de peligro.
El hecho, caratulado como “tentativa de homicidio agravado y tenencia ilegal de arma de guerra y/o explosivos”, quedó a cargo de la fiscal Lorena Carpovich, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 21 del Departamento Judicial San Martín.
Según relataron efectivos presentes en el hecho, el ataque al grupo dependiente de la DDI de San Martín se desencadenó luego de intentar identificar a un hombre que escapó corriendo, saltó un zanjón y les arrojó el explosivo.
El artefacto rebotó en el cuerpo de Montenegro, que resultó herido por las esquirlas.
Ya habían secuestrado granadas en Ezeiza
En noviembre de 2021, efectivos del Escuadrón 1-11-14 de Gendarmería, que realizaban tareas de patrullaje en el interior del barrio del Bajo Flores, observaron un artefacto de características similares a las de una granada de mano, oculto debajo de la puerta de acceso a un inmueble ubicado sobre el Pasaje San Juan, entre los pasajes Sol y Bolívar.
De inmediato, los gendarmes aseguraron la zona y dieron intervención al personal de la Unidad de Desactivación de Explosivos de Gendarmería, que realizaron el levantamiento del artefacto y un rastrillaje en el sector.
Pero en julio de 2022, se dio un hallazgo de explosivos tan enigmático como alarmante: la Policía Bonaerense recibió el reporte de una serie de bolsas de basura encontradas en el Camino Real y Camino Club Hípico, en el ingreso al camping de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), en el Barrio Uno de Ezeiza.
Las bolsas fueron abiertas: estaban cargadas con explosivos de aparente uso militar. Así, se convocó a la división Explosivos de la PFA para asistir en el trabajo, supervisado por un juzgado federal de Lomas de Zamora. El material fue contabilizado antes de ser detonado: el lote tenía 133 ítems en total.
Según confirmaron fuentes policiales, se hallaron 46 unidades de cohete MB 66, dos unidades granada de fusil M63, 15 proyectiles mortero 81 MM, dos granadas de fusil FMK 1 modelo 0, 59 granadas para ametralladora FMK 3 modelo 1, además de granadas de fusil 65 mm.