Si no estuviera su cama sería fácil confundir la habitación de Alejandro Colli con un laboratorio o una pequeña fábrica. Tiene 19 años, está estudiando ingeniería y duerme cada noche en su casa de Lanús arrullado por el sonido constante de dos impresoras tres 3D. Una la fue haciendo con sus propias manos, comprando las partes en la ferretería y siguiendo tutoriales de YouTube. Lo que Alejandro no tiene, lo inventa.
“Vi que había gente trabajando con prótesis para humanos pero nadie estaba haciendo para animales, así que me puse a investigar”, dice. No tiene perro ni mascota, no es un fanático de los animales y sin embargo pasa casi todo su día pensando en perritos. Perritos a los que les falta una pata, perritos que no pueden caminar.
Alejandro diseña e imprime prótesis y carritos a medida de cada animal y va haciendo ajustes y mejoras con cada nuevo encargo. Todavía no pasaron dos meses desde que lanzó su oferta a las redes.
Gente estoy realizando Sillas de ruedas para perros con impresión 3D. Para todos los tamaños y pesos TOTALMENTE GRATIS, espero que me puedan ayudar a difundir.
— Ale Colli (@Alecolli1) August 14, 2019
Solo pido rt para poder llegar a todos los casos posibles pic.twitter.com/41Lc0ChKa1
Ya entregó 15 y tiene otros 10 carros listos para despachar. ¿El precio? Cero. No le cobra a los dueños de las mascotas. “Muchas veces son perros que tuvieron algún accidente y ya vienen gastando un montón en veterinarios”, explica Alejandro. Su proyecto se basa hasta ahora en aportes de los seguidores de @propawlab, el nombre que su emprendimiento solidario tomó en Instagram.
“Me gusta hacer esto y el momento de entrega es único e irrepetible“, describió acerca de la motivación que tiene para llevar adelante el proyecto.