Ni las cataratas del Niágara, ni la Garganta del Diablo en Iguazú, ni las cascadas del río Noque. Mucho menos la Fontana di Trevi, las fuentes de agua de Las Vegas o un verano de película en New York: otra vez se colapsó un caño deteriorado de la SAT que volvió a cometer un acto papelonesco.
En ese marco, los niños de la Francisco de Aguirre al 2300 tuvieron su tarde de verano a la que le pusieron la mejor cara para combatir los 40° que pegan sin piedad en Tucumán. Y es que la enorme pérdida de agua potable que se dio ayer a la tarde por un histórico caño, obligó a autos y motos a desviarse.
Al menos llevó alivio a los chicos del barrio San Agustín que pasaron una tarde más fresca que la de costumbre y sin pelopincho a la vista más allá de la pileta que se armó sobre el pavimento de la avenida y la esquina de Juan José Passo. Bendición para algunos, maldición para muchos, lo cierto es que quedó al descubierto la ineficiencia de la SAT.
Como si eso no fuera suficiente, el propio titular de la SAT, Augusto Guraiib, publicó en Instagram: “si ves en Francisco de Aguirre al 2200 un inmenso chorro de agua no es una pérdida: es un desagüe que debimos abrir para poder trabajar en la rotura. Ahora estamos en plena prueba del arreglo”.
Cabe destacar que, aunque la situación generó alivio en los jóvenes de la zona, quienes aprovecharon para mitigar el calor en la fuente ocasional. Pero también hubo reclamos por la falta del suministro en los domicilios de la zona durante varias horas. Además, se registraron anegamientos en la misma avenida. En fin, la historia de siempre.
