El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, culpó a la cultura por los accidentes de tránsito que ocurren en su municipio. En ese sentido, dijo que cuestiones como las denominadas picadas o arrancones de autos que tienen lugar en la Ciudad Jardín, forman parte de la degradación cultural que atravesaría la provincia. Mientras tanto, sigue sin hacerse cargo de un problema histórico que su gestión no logra resolver.
En este marco, la muerte de un joven género un nuevo debate acerca de la falta de eficacia en los controles. Cabe recordar que el chico que protagonizó el terrible accidente en la avenida Aconquija al 2000, tal y como figura en el video compartido por este medio, tiene muerte cerebral luego de haber participado del siniestro que tuvo lugar en la madrugada del sábado pasado en la ciudad de Yerba Buena.
Ni lerdo ni perezoso, el intendente Campero, intentó desligarse de toda responsabilidad que pudiera tener en el marco de una tragedia que se cobra la vida de un joven tucumano en el marco de la inseguridad vial que el intendente de Yerba Buena poco y nada hizo para lograr erradicarla. En ese sentido, volvió a insistir con la idea de buscar una solución más eficaz que los reductores de velocidad altos que se encuentran en las principales avenidas del municipio.
Y es que los mencionados reductores de velocidad no hacen más que poner de relieve la falta de gestión de parte de Mariano Campero. Lo que sucede, es que en pos de satisfacer su ambición de llegar de forma intempestiva a ocupar el cargo de gobernador de Tucumán, ha dejado de lado la administración diaria de los problemas más acuciantes para Yerba Buena. Una de esas problemáticas tiene que ver con la inseguridad y la otra con los accidentes viales.
En ese marco, desde la intendencia de Yerba Buena, ahora pretenden implementar radares como si fueran una especie de solución mágica. En ese sentido, el secretario de transporte de la Ciudad Jardín, Martín Aráoz, aseguró que un sistema de radarización podría lograr que se baje la velocidad en la avenida Aconquija de parte de los conductores de vehículos que transitan por la arteria más importante qué tiene Yerba Buena.
Sin embargo, rápidamente el funcionario aclaró que esto todavía está en proyecto, es decir, es una idea a implementar que surgió de apuro ante el fatídico accidente que tuvo lugar en la madrugada del sábado pasado. Mientras tanto, la improvisación es todo lo que puede brindar la gestión de Campero al frente del municipio de Yerba Buena, cuyos vecinos ruegan a que la administración que conduce la Ciudad Jardín les brinde soluciones.
La gestión de Campero apunta a lograr eficacia mediante la implementación de controles y otras tecnologías. Sin embargo, lo que parece desconocer el mandatario de Yerba Buena es que no hay atajos a la hora de realizar las cosas como se debe. El intendente de la Ciudad Jardín tendrá que recapacitar que su ambición y carrera política no puede tener el alto costo de dejar a la intemperie a los ciudadanos que lo votaron para gestionar.