El año que se va esta noche para jamás volver dio como noticia más importante el hecho de que Germán Alfaro dejó el poder sin posibilidad de ser sucedido de forma nepotista por su propia mujer, la senadora Beatriz Ávila.
De esta manera, la gestión más oscura de todos los tiempos en San Miguel de Tucumán dio paso a la nueva administración de Rossana Chahla al frente de la ciudad más importante del norte argentino.
Como no podía ser de otra manera, Germán Alfaro habría estado dispuesto a realizar un golpe institucional a la flamante gestión de Rossana Chahla. Dirigentes que responden al ex intendente se habrían encontrado infiltrados en la nueva administración esperando la orden para pasar a la siguiente fase del golpe durante los primeros días del mes que se irá esta noche para nunca más volver.
Todo esto en el marco de una bomba de tiempo que le habría dejado Alfaro, considerando que habían denuncias de que en la Municipalidad había hasta 5.725 empleados que habrían tenido residencia fuera de la Capital tucumana, y que la nómina incluía a candidatos, punteros y dirigentes del alfarismo en el interior tucumano. Además, en su momento también Alfaro dejó en claro que el ruido que su intentona golpista estaba ocasionando lo llevó a hacer algo desesperado.
Y es que tuvo que aclarar en sus medios amigos excusas para alentar el golpismo contra la nueva gestión en el Municipio que tuvo secuestrado por casi una década, la década perdida para la ciudadanía capitalina.
Sin embargo, en vez de aclarar, oscureció un panorama en el cual la única luz que se avizora es la de la chispa del golpismo institucional. Sin embargo, esto, al menos de momento, habría quedado atrás a causa de la pérdida de apoyo de la ciudadanía.
Si para muestra basta un botón, la realidad se impone y alcanza con recordar lo paupérrima que es la administración alfarista. En primer lugar, en lo que hace a la propuesta inicial de eliminar gastos injustificados del Estado, ¿Acaso tiene amnesia selectiva Germán Alfaro? Y es que el intendente hizo todo lo contrario a lo expuesto en la publicidad electoral. En ese sentido, ya decía Perón que la única verdad es la realidad.
Y la misma indica que el ex mandatario de San Miguel de Tucumán ha centrado su despilfarro de gastos justamente dentro de las cuatro avenidas. Una zona donde ha hecho cosas que no parecen que sean las mejores de acuerdo a la propia perspectiva de los ciudadanos, que cuestionan cada vez más la pésima gestión de Germán Alfaro en la capital, coronando con la estrepitosa derrota electoral de junio.
Desde una plaza Independencia, por ejemplo, que no ha colmado las expectativas de los tucumanos y que representó un costo millonario que pagarán todos los vecinos. Pero eso no es todo, basta con recordar que Germán Alfaro ha semipeatonalizado calles que realmente complican la circulación. Y es que la incompetencia del intendente no le permite darse cuenta de que en San Miguel de Tucumán tenemos una ciudad pequeña.
Pero que posee una enorme densidad, con muchos vehículos y hay que tomar medidas de otra naturaleza para descomprimir. Esto también significó erogaciones superfluas e innecesarias. Y es que la clave pasa por priorizar el transporte público, algo que no se hace con las decisiones que toma el intendente. Cometió muchos errores, como fue la más que recordada (mal) licitación del estacionamiento.
Con una adjudicación de una empresa fallida y dándole el 85% de la recaudación a una sociedad que solo debía bajar una aplicación y generar un sistema de pago automatizado.
Lo cierto es que a lo largo y ancho de todos estos años de pésima gestión quedó más que claro que todo lo que hace el municipio en términos de licitación huele mal. Lo cual remite a la propuesta de campaña que hacía mención a que era necesario hacer más rentable las empresas públicas.
¿Pero cuáles? Si hay numerosas sospechas, números que no cierran, decisiones que rozan lo poco ético. Esto nos lleva a pensar que hay otras intenciones. Se trató de un modelo de gestión agotado, que hay personajes que han agotado la gestión, Germán Alfaro, por caso, en primer lugar. Sólo cabe recordar que la Municipalidad capitalina resolvió dejar sin efecto otra licitación pública millonaria en medio de las tensiones políticas e institucionales que atravesó en su momento con la Provincia.
Lo cual nos lleva a la propuesta de justificar de dónde provienen los fondos. Y es que, acorralado por la Justicia, Germán Alfaro decidió frenar el acto administrativo por el mantenimiento correctivo y preventivo con renovación de tecnología del complejo semafórico. Siempre la administración de Alfaro se caracterizó por una enorme irresponsabilidad e indolencia. Esto lo logró amparándose en la impunidad característica reinante en esta provincia con la que se maneja desde siempre.
¿Cuántas veces más desde Tucumán Despierta se mostró calles detonadas y escombros desparramados por doquier? Si la única verdad es la realidad, está claro que Alfaro es un cúmulo de ineficiencia. Y es que durante los ocho años de su gestión jamás se destacó por haber sido transparente y mucho menos logró justificar gasto alguno. Junto con desidia para no terminar haciéndose cargo de absolutamente nada que tanto lo caracteriza.
Ya no solo no da cuenta de los enormes gastos discrecionales que hace, tampoco rinde cuentas de sus promesas vacías de contenido. ¿O acaso no resulta hasta irónica la propuesta esgrimida en la publicidad electoral cuando señala que existe un supuesto plan de apertura de mercados internacionales para que se dupliquen las exportaciones cuando los que están en la lona siguen siendo el Mercado del Norte?
Como también quienes en el establecimiento trabajaban y quedaron expuestos al abandono y degradación del Mercado del Norte en la gestión alfarista. Además, ¿De qué baja de impuestos hablaba el intendente cuando no hizo más que subirlos? Pero claro, eso no trascendió a causa de que, para colmo, el alfarismo contó con blindaje mediático en toda su gestión. ¿O acaso no se le tapó cuanto acto espurio tuvo lugar de la mano de este nefasto personaje?
Justamente cuando nadie hablaba y ni mostraba su mediocridad en lo que respecta a San Miguel de Tucumán. De todas formas, ni siquiera eso sirvió para salvarlo de la derrota. No en vano, tanto el intendente como la postulante, su propia esposa hasta perdieron en su propio lugar como fue el caso de Villa Amalia. En definitiva, es vergonzoso ver cómo un funcionario con responsabilidades ejecutivas ignora sus competencias incluso después de dejar el poder.
En definitiva, por todo lo mencionado anteriormente es que la ciudad de San Miguel de Tucumán recibió con los brazos abiertos a la nueva administración de Rossana Chahla que le ganó al matrimonio Alfaro-Ávila. Además, en menos de 100 días de arribar a la Intendencia, todo ha comenzado a revertirse mediante la eficiencia y la transparencia, algo que escaseó con el alfarismo en el poder que perdió finalmente en el año que se esfumó para nunca retornar.
Un cambio de época se instala en la ciudad, una forma nueva y transparente de hacer política de la mano de la nueva intendente Rossana Chahla.
Chau 2023…chau Germán Alfaro!!
