La actividad porcina es uno de los pocos sectores agropecuarios y de la economía en general del país que muestra un crecimiento constante tanto en producción de carne, como en exportaciones y consumo interno hace ya varios años. Sin embargo, en los últimos meses comenzó a mostrar señales de un desaceleramiento en el mismo, de la mano de una desmejora en los niveles de rentabilidad por cuestiones de precios y en la suba de costos, que plasmó un deterioro en la relación insumo-producto.
Según un informe del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea, en los últimos meses la faena de cerdos comenzó a perder impulso debido a los mayores costos que enfrentan los productores porcinos. En este sentido la entidad indicó que si bien durante el último trimestre la industria frigorífica porcina se expandió 5,5% en la medición interanual, este crecimiento se encuentra por debajo del crecimiento de los últimos 12 meses, que fue de 7,2%.
Este “ritmo decreciente” en la faena se debe a dos factores principales: en primer lugar, a la caída del 18% del valor del capón en términos reales entre noviembre de 2020 y junio frente a la inflación. Si bien a finales del sexto mes del año el kilo de animal vivo fue de 123 pesos y se ubicó sustancialmente por encima de los 87,9 pesos por kilo que se pagaron en junio de 2019, quedó muy por debajo de los 150,6 pesos por kilo que llegaron a pagarse en noviembre de 2020, tras la incertidumbre que sembró en el sector la pandemia de coronavirus.Si bien durante el último trimestre la industria frigorífica porcina se expandió 5,5% en la medición interanual, este crecimiento se encuentra por debajo del crecimiento de los últimos 12 meses, que fue de 7,2%
En diálogo con Infobae, el economista y autor del informe, Nicolás Torre, señaló que “la mejora del precio durante la segunda parte de 2020 ayudó a mejorar la rentabilidad de la producción porcina y eso aceleró el crecimiento, que llegó a un 7,2% en los últimos 12 meses. Veníamos de dos años donde se estaba faenando con un crecimiento bajo y se empezó a acelerar, pero eso duró hasta finales de año y con el paso de los meses el precio del capón se estancó en relación a lo que está pasando con la inflación y, sobre todo, quedó bastante atrasado en la relación insumo-producto”.
Básicamente, el índice al que hace referencia Torre puede traducirse en la relación capón-maíz o cuántos kilos se pueden comprar del cereal con un kilo de cerdo. El trabajo realizado por Torre remarca que dicha relación en junio hoy se ubicaba “en mínimos para los últimos 6 años” en una ecuación que da 6,6 kilos de maíz por kilo de capón en junio, situándose 1 kilo (-12%) por debajo de la media para junio del período 2016-2021.
“La ecuación está bastante desmejorada en relación a años anteriores. Es un ratio muy negativo porque significa que con un kilo de capón se compran 6,5 kilos de maíz, cuando en otras épocas se podía comprar 8,5 o 9 kilos de maíz”, indicó Torre, que advirtió en el informe que el deterioro de esta relación “anticipa un freno en el crecimiento de la producción (faena) para los próximos meses/año” .
El especialista marcó que una de las vías para mejorar dicho índice radica en subir el precio del capón “más rápido de lo que viene sucediendo, ya que está medio estancado en los últimos meses y cayendo en términos reales ante la inflación. O sea, de no producirse una señal en precios copiando la curva del año pasado, vamos a estar en problemas, lo que quiere decir que la inversión para producir más cerdo se estancaría”, al mismo tiempo que subrayó que “la recuperación del precio del cerdo en pie va ha estar muy condicionada con lo que suceda con el precio en góndola”.
“Por el momento, tiene espacio para acomodarse hacia arriba en valores, porque está bastante barato en relación a la carne bovina, lo que permitiría, de suceder, que se recuperen los indicadores y quitaría un poco de incertidumbre a la rentabilidad de la actividad y pondría de buen humor a los inversores para continuar acrecentando los rodeos. Es muy probable que el precio del cerdo acelere su suba para recomponer la ecuación. De no poder lograrlo, el negocio se desvirtúa o deja de ser negocio. El horizonte proyectado de la producción es que siga creciendo pero a tasas decrecientes, o sea, viendo un crecimiento en la oferta de carne a una velocidad menor a la que se había observado”, concluyó Torre.“Con un kilo de capón se compran 6,5 kilos de maíz, cuando en otras épocas se podía comprar 8,5 o 9 kilos de maíz”” (Torre)
Producción por región
Este desaceleramiento en el crecimiento de la faena de cerdos a nivel nacional que se registró en el segundo semestre del año respecto a lo ocurrido en el período que va de julio 2020 y a junio 2021, también se dio en las diferentes regiones productoras a nivel nacional, que incluso, llegó a tener marcadores negativos en algunas provincias, pero también expansiones por encima de la media en otras.
Por ejemplo, la principal provincia productora, Buenos Aires, que cuenta con 45 frigoríficos, faenó entre julio 2020 / junio 2021 un total de 3.724.534 cabezas, lo que significó un crecimiento interanual del 6,6%, aunque la mejora en el último trimestre fue del 5,9%. Caso similar ocurrió en Santa Fe, donde el aumento en los últimos 12 meses fue del 9,7% , mientras que entre abril y junio de este año fue de 8,7%. Todo lo contrario ocurrió en Córdoba: la expansión anual desde julio de 2020 a junio pasado fue del 4,7% interanual, pero en el segundo trimestre de este año la actividad cayó 0,9%.
Las únicas dos regiones que mostraron un crecimiento en el segundo trimestre superior al registrado en el acumulado de los últimos 12 meses fueron el Noreste y Noroeste Argentino. En el caso del primero, el aumento en la faena fue del 2,5% respecto a julio 2019 / junio 2020, pero la mejora registrada en abril-junio 2021 interanual fue del 6,9%. Más marcado fue en el NOA: cayó 3,1% en el acumulado anual pero creció 7% en el segundo semestre.